Generalitat Cataluña

Torra avanza en la implantación del polémico voto electrónico

Quim Torra implantará el voto electrónico para los intereses independentistas

Quim Torra, en el Parlament.
Quim Torra, en el Parlament.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El entonces presidente catalán, Carles Puigdemont, ya intentó tener a punto un sistema de votación electrónica para el referéndum ilegal. Cuestiones técnicas y políticas lo impidieron. El proyecto de ley que ultimaba el Govern quedó encallado al no disponer de la mayoría cualificada necesaria -90 diputados- para sacarlo adelante. Y la cuestión quedó, momentáneamente, en el olvido.

Ahora, sin embargo, el nuevo gobierno catalán se dispone a resucitarlo, a través de la secretaría de Telecomunicaciones, Ciberseguridad y Sociedad Digital, a quien ha encomendado «la creación de infraestructuras tecnológicas que faciliten el desarrollo» de este sistema. Ello, añade, «sin perjuicio de las competencias que correspondan al departamento competente en materia de gobierno abierto y procesos electorales».

El voto electrónico es una vieja aspiración de los independentistas, por varias cuestiones. Principalmente, porque ello les permitiría burlar que las fuerzas de seguridad requisasen urnas y papeletas, desmantelando la logística de un eventual referéndum de independencia. Pero, por otro lado, porque es el mecanismo más eficaz para incentivar el voto de la comunidad catalana en el exterior, caladero de voto para el secesionismo.

Este sistema permitiría movilizar a la comunidad exterior, caladero de voto independentista

El sistema plantea, sin embargo, importantes dudas sobre sus garantías. La posibilidad de que los resultados sean manipulados, la suplantación de identidades o que el proceso mismo sea objetivo de ‘hakers’ y ataques informáticos es el principal obstáculo para asegurar un voto efectivo. Y, sobre todo, para dar credibilidad de los resultados. Basta tener en cuenta procesos similares, como las votaciones de primarias de partidos como Podemos. Y no solo la misma votación ofrece incertidumbres. También el recuento, que tendría que ser auditado como absoluta independencia.

La ‘república digital’

El proyecto se inscribe en el plan de Puigdemont para crear una ‘república digital’, y que se plasmó ya en los mismos documentos electorales de Junts per Catalunya. 

Ese programa dedica un apartado en exclusiva a este concepto -lo que denominan ‘E-Estat’– cuya finalidad es desarrollar una administración paralela ‘en la nube’, que sirva a los fines independentistas.

El líder independentista -ahora fugado en Alemania- planteaba para ello varias medidas, como que cada ciudadano tuviese una “identidad digital catalana autogestionada” y  más participación en las “políticas territoriales, económicas y sociales” mediante la extensión de ese voto electrónico en la toma de decisiones. Además, se promovía «la creación de un voluntariado digital organizado para hacer ‘República’ desde la sociedad civil».

El proyecto se inscribe en el plan de Puigdemont para crear una ‘república digital’, y que se plasmó ya en los mismos documentos electorales de Junts per Catalunya

Esa nueva administración virtual, consideran desde el independentismo, les permitirá disponer de un control pleno sobre los datos de los catalanes, una cuestión que adquiere especial relevancia tras la polémica por el posible uso ilegal del censo durante el referéndum del 1 de octubre.  Así, se proponen “trabajar por una Cataluña tecnológicamente soberana en la gestión de los datos de los ciudadanos”.

Los secesionistas quieren avanzar además en una ‘moneda digital catalana’ y en la propuesta del ‘certificado de residencia digital’ para empresas que quieran operar en territorio catalán, lo que permitirá administrar un negocio desde Cataluña sin que la empresa tenga que establecerse físicamente. Una iniciativa con la que intentan frenar la masiva salida de empresas por la crisis secesionista.

El modelo virtual que pretenden aplicar en Cataluña se inspira en Estonia-país que ha implementado una digitalización prácticamente absoluta de los trámites con la administración-y permite, en la práctica, crear un Estado paralelo, independiente y con una economía al margen de los reguladores. 

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