Tras el impeachment del Senado brasileño

Iglesias sobre la censura a la corrupta Rousseff: «En democracia los mandatos se ganan en las urnas»

Dilma-Rousseff
Dilma Rousseff. (Foto: AFP)
Juanan Jiménez
  • Juanan Jiménez
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El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha otorgado toda su confianza a Pedro Sánchez votando ‘sí’ a la moción de censura a Mariano Rajoy. Un voto incongruente si echamos la vista atrás y rescatamos un tuit del podemita en el que calificaba el impeachment a la corrupta presidenta de Brasil Dilma Rouseff como un golpe de Estado contra el pueblo: «En democracia, los mandatos se ganan en las urnas», aseguró.

Las ideas de Pablo Iglesias son tan volubles como su forma de hacer política. Hace dos años, en concreto el 31 de agosto de 2016, el nº 1 de Podemos escribía un tuit de solidaridad hacia el pueblo brasileño y con la, por entonces presidenta, Dilma Rousseff.

El senado de Brasil inició el proceso de destitución de la sucesora de Lula da Silva por las sospechas de su implicación en el caso Petrobras, una de las tramas corruptas más importantes de la historia de Sudamérica, con ramificaciones en muchos países del cono sur. El propio Lula ha sido condenado a 12 años de prisión por la trama de corrupción.

Cuando la cámara brasileña aprobó destituir de su cargo a Rousseff, Pablo Iglesias, gran admirador tanto de Lula como de Dilma, salió en defensa de la corrupta y aseguró en un tuit que «en democracia los mandatos se ganan en las urnas. Mi solidaridad con Dilma Rousseff y el pueblo de Brasil ante el golpe».

El proceso de impeachment –una suerte de moción de censura– causó una gran polémica en Brasil. Su presidenta se había visto salpicada por el escándalo Petrobras, empresa que tuvo que gestionar cuando fue nombrada por Lula Da Silva ministra de Minas y Energía. La relación de Rousseff con la empresa petrolera, de la que fue miembro del consejo, quedó manchada directamente años después, tras descubrirse en torno a ella un gigantesco caso de corrupción, de sobornos y comisiones que salpicaron tanto a directivos de la compañía como a políticos.

En la votación, mucho menos ajustada que la que ha desalojado de Rajoy de La Moncloa, 61 senadores votaron a favor de despedir a Rousseff, y sólo 20 votaron en su favor.

Tanto Lula como Dilma habían sido dos modelos a seguir, dos iconos para Podemos y sus líderes. Por eso a Iglesias le costó digerir que tanto Da Silva como Roussef fueran dos corruptos. A partir de esa negación, Iglesias se alistó a la legión de partidarios de los miembros del Partido de los Trabajadores que, con el único fin de blanquear dos figura que no tenían tacha hasta ese momento, inventaron una suerte de golpe de Estado en la sombra.

Y ese mensaje no sólo lo ‘compró’ Iglesias. Lo ‘compró’ todo su partido que, en contra de una mayoría de la cámara brasileña, elegida democráticamente, consideraron la decisión como un golpe de Estado. «En democracia los mandatos se ganan en las urnas», decía Iglesias por entonces.

Años después no sólo no se acuerda de aquellas palabras, sino que hace todo lo contrario de lo que predicaba en 2016. La moción de censura a Mariano Rajoy, presentada por Pedro Sánchez a raíz de la lectura de la sentencia de la trama Gürtel, en la que el Partido Popular fue condenado como partícipe a título lucrativo de la red corrupta a pagar una multa de 245.000 euros, ha desalojado al gobierno del Partido Popular de La Moncloa saltándose, como defendía Iglesias que no se podía hacer, el mandato democrático de las urnas.

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