Chalet Pablo Iglesias

Nace una nueva corriente crítica en Podemos tras la crisis del chalé: Izquierda de Mayo

Pablo Iglesias e Irene Montero entrando en el Congreso. FOTO: FRANCISCO TOLEDO
Pablo Iglesias e Irene Montero entrando en el Congreso. FOTO: FRANCISCO TOLEDO
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La consulta sobre la continuidad de Pablo Iglesias e Irene Montero tras la compra del chalé de 600.000 euros no ha aplacado las críticas internas. Más bien al contrario. La indignación de un amplio sector de la militancia contra sus dirigentes es intensa y ha provocado incluso que ya se hable de una nueva corriente crítica dentro del partido: Izquierda de Mayo. 

Así se constata en las opiniones que numerosos simpatizantes han expresado en los últimos días en la plataforma virtual de participación de Podemos y que, decepcionados con sus líderes y el devenir del partido, llaman a integrarse en este nuevo movimiento, que se suma a otras divisiones, como Anticapitalistas.

Entre las críticas, se reprocha abiertamente que Iglesias y Montero se consideren validados con un tercio de los votantes en contra -un 68,5 por ciento de los inscritos consideraron que debían permanecer en el cargo, y un 31,58 por ciento que no- y con un porcentaje de participación cuestionable. Aunque la movilización ha sido la más alta en las consultas registradas,  187.524 electores, supone una cifra pírrica si se compara con los  487.772 inscritos que el partido considera «activos», es decir, que en el último año se han conectado al portal de participación.

«¿Cómo puede el secretario general, que debe ser una figura del máximo consenso, considerarse revalidado, sobre todo cuando una gran parte del voto crítico se ha abstenido? Si hubieran decidido todos los votantes de Podemos, la consulta se habría perdido con seguridad», se pregunta en uno de los foros. Otro inscrito destaca que la crisis del chalé ha provocado un «problema serio de confianza». 

«¿Cómo puede el secretario general, que debe ser una figura del máximo consenso, considerarse revalidado cuando una gran parte del voto crítico se ha abstenido?»

Bajas de militantes

Otros simpatizantes renuncian a organizarse como una corriente crítica y van más allá: anuncian su salida del partido. «Tras esperar una semana para ver si la coherencia estaría por encima de los miedos y las alabanza a los líderes y viendo que todo se perdona y el horizonte del cambio cada vez se aleja más les comunicó con mucha indignación y bronca que dejo definitivamente de entregar mi tiempo a causas comunes», opina en la plataforma un militante podemita que asegura sentirse «engañado» por la «incoherencia» de sus dirigentes.

Otro denuncia los ataques que reciben quienes se posicionan contra el secretario general, y que son calificados por los ‘pablistas’ como «trolls», dando muestra  de su rechazo al debate interno.

«Nunca son malas las opiniones internas cuando son constructivas y consecuentes, Pablo, algo que se te a olvidado últimamente. Este partido apesta. No es necesario que nos echéis. Yo por lo menos me iré por mi propia cuenta. Veréis como poco a poco iréis perdiendo apoyo y votos. Así no. Lo siento. Pero no os preocupéis, camaradas, vuestros votos asegurarán que vuestro líder y la primera dama puedan seguir pagando los 1800€/mes de cuota al banco de ingenieros. Banca cívica. Si. La misma en la que está todo el dinero del partido.  Pablo. Como nos la colaste», reprocha este simpatizante.

Una fractura evidente

Antes de la consulta, la división era ya evidente. A las críticas del sector Anticapitalista, que llegó a pedir a Iglesias que retirase el plebiscito, se unieron, en días anteriores, las de los militantes en el manifiesto ‘No es no’ en el que denunciaban «la incoherencia» de sus líderes que «ha sumido a Podemos en una profunda crisis imposible de solucionar con la inminente consulta».

«Iglesias e Montero deben ser quienes afronten las consecuencias de su incoherencia, en vez de escucharse en las bases del partido», consideraban estos inscritos, entre los que figuraban varios críticos a los que el partido ha abierto expediente sancionador e, incluso, expulsado. 

En la nota criticaban, además, que la consulta se hiciese sin auditores y «sin las mínimas garantías para que los resultados que se obtengan sean enteramente fiables».

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