Entrevista con el magistrado TS

Salas: «El sufrimiento atroz de los delitos gravísimos es desproporcionado con la pena a quien lo causa»

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OKDIARIO entrevista al magistrado del TS, Antonio Salas

Antonio Salas Carceller es magistrado de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo. Ha hablado con OKDIARIO a propósito del debate en torno a la prisión permanente revisable.

Como ciudadano, ¿está usted a favor o en contra de la prisión permanente revisable?

Estoy totalmente a favor, porque entiendo que la sociedad tiene que defenderse frente a aquellas personas que, con absoluto desprecio de los derechos de los demás, causan tanto dolor y destruyen familias. El ser humano tiende en muchas ocasiones al egoísmo y a la maldad, así como a la reiteración en actuaciones delictivas. Creo que el Estado no cumpliría su función de defensa social si a autores de determinados delitos gravísimos les deja en libertad con riesgo de que vuelvan a perpetrar el mismo tipo de acciones.

Como jurista. Hábleme de su postura. 

No comparto la tacha de inconstitucionalidad que se pretende atribuir a la pena de prisión permanente revisable. Se dice que es inhumana, degradante, contraria a la finalidad de reinserción, etc. Entiendo que no es así. La finalidad de reinserción está presente y, además, se cumplen mejor con ella las finalidades de prevención general y especial propias de toda pena. Es más, aunque parezca extraño, sin la existencia de esa pena ya era posible que alguien ingresara en la cárcel a los veinte años y falleciera a los cien años si haber llegado a salir. Bastaba con que cometiera sucesivos delitos en la prisión por los que fuera juzgado sucesivamente y condenado a penas privativas de libertad, ya que en estos casos no se beneficiaría de la acumulación a que se refiere el artículo 76 del Código Penal. Lógicamente en estos casos no habría nada que oponer a la permanencia en la prisión durante el tiempo que fuera necesario.

Son numerosas las encuestas y rotundos los resultados. Al menos siete de cada diez españoles se pronuncian a favor. ¿Podemos excluir de esta cuestión la sensibilidad social mayoritaria?

Yo creo que no. Sería un grave error. Además me parece especialmente rechazable el argumento de que la aplicación de esta pena constituye una “venganza”. Por el contrario existe una notoria desproporción real entre el daño causado por estos delitos tan graves y el que sufre quien simplemente queda privado de libertad, todo ello como consecuencia de la progresiva humanización del Derecho Penal.

Los ciudadanos tienen la sensación de que ciertos tipos de criminales no pasan en prisión el tiempo suficiente… ¿Cree que la legislación penal se utiliza para hacer política?

Por supuesto. Existe una política criminal que lógicamente viene diseñada por el Parlamento mediante el dictado de las normas penales que deben castigar aquellas conductas que resultan más intolerables para una adecuada convivencia. Aquí hay un ámbito en que lógicamente influye la ideología. No hay más que ver las diferencias de opinión que existen en cuanto al carácter más o menos absoluto de la libertad de expresión y si determinadas ofensas deben tener o no sanción penal. También existe la convicción de que, en determinados casos, por delitos graves se pasa menos tiempo en prisión del que debía corresponder. En ocasiones esto se debe a la obtención de beneficios penitenciarios que suponen gozar de una cierta libertad antes del cumplimiento total de la pena.

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