No estaba en el pozo, como se creyó en un principio

La asesina de Gabriel cavó una fosa donde mantuvo enterrado el cuerpo desnudo del pequeño

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Ana Julia pasa de ser sospechosa a asesina confesa de Gabriel.
Joan Guirado

Tras el registro que se ha producido esta tarde en la finca de la familia de Ángel Cruz en Rodalquilar (Almería), los investigadores ya tienen más claves sobre cómo actuó Ana Julia Quezada, la asesina de Gabriel Cruz, el día que desapareció el menor. Según ha podido saber OK DIARIO, Quezada cavó una fosa al lado de un pozo situado en el lateral de la casa, que utilizó para esconder el cadáver del niño desnudo.

Los investigadores creen que el crimen se cometió en la misma finca, donde Ana Julia habría trasladado al pequeño, posiblemente ya semi-inconsciente, tras abordarlo en el camino que va de casa de la abuela a casa de sus primos, un camino que se conocía a la perfección y que dura apenas un minuto.

Durante los doce días que la asesina ha estado en libertad, e incluso participando en la búsqueda, la delincuente se paró de camino a su domicilio de Vícar en una urbanización de Retamar, en la zona oeste de la costa almeriense y a treinta quilómetros de Las Hortichuelas, donde desapareció el menor, para deshacerse de la ropa lanzándola a un contenedor. Hoy, la Guardia Civil ha encontrado allí los pantalones y el jersey rojo que llevaba Gabriel Cruz antes de morir.

Ana Julia ha colaborado este martes por primera vez con los investigadores, después que ayer se negara a hacerlo durante los interrogatorios, y tras un exhaustivo cuestionario donde la han ido acorralando, finalmente ha confesado que ella fue la autora material de la muerte del menor, tanto ante los agentes como ante sus abogados. La mujer mató al pequeño tras asestarle un golpe con la parte roma de de un hacha, durante una discusión, y luego le asfixió tapándole la boca y la nariz.

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