Absueltos de urdir un complot contra Josep Anglada tres ex dirigentes de su Plataforma per Catalunya

Josep Anglada
El ex líder de la xenófoba Plataforma per Catalunya, Josep Anglada.

La Audiencia de Barcelona ha absuelto a tres ex dirigentes de la xenófoba Plataforma per Catalunya (PxC), al no ver acreditado que urdieran un plan para desacreditar a su ex líder Josep Anglada, con el que estaban enfrentados, emborrachándole para que sufriera un accidente de tráfico.

En la sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, la sección quinta de la Audiencia de Barcelona absuelve a los ex dirigentes de PxC Juan Carlos Fuentes, Robert Hernando e Ignacio Mulleras, a los que Anglada acusaba de un delito de tentativa de homicidio, lesiones, daños y atentado contra la autoridad, si bien la Fiscalía pidió su absolución al no creer tampoco la versión del ex líder.

Según Anglada, los imputados querían emborracharle para que chocara con un camión, con el que supuestamente se habían concertado previamente, con el objetivo de que destrozara su coche y tuviera problemas con la Justicia por haber sufrido un accidente ebrio, con lo que así se le cerrarían las puertas a poder presentarse en las elecciones municipales de 2015 con una candidatura que pudiera hacer sombra a PxC.

Por el contrario, la Audiencia concluye que no se han aportado pruebas que demuestren la existencia de este complot, más allá del testigo de uno de sus colaboradores, que grabó cortos fragmentos de una conversación de los acusados en los que se podía deducir que conspiraban en su contra.

La sala concluye que, aunque fuera cierta la versión de este testigo sobre las conversaciones mantenidas con los acusados, de ello no se puede concluir que tuvieran la «voluntad firme» de atentar contra la vida y la integridad física de Anglada.

Para la sala, «no es inusual que en el entorno de conversaciones distendidas y en situaciones informales, entre interlocutores conocidos y con los que hay una cierta confianza, se pueden manifestar deseos, intenciones e incluso proyectos carentes de toda seriedad, incluso con un contenido que en apariencia pudiera tener cierto fundamento, pero que en el fondo está alejado de una verdadera voluntad de ser ejecutado».

Para el tribunal, ese plan no tenía «ninguna seriedad» y «partiendo de la suposición de que Anglada tuviera la costumbre de beber en demasía —lo que él niega añadiendo que en todo caso no conduciría en esas condiciones— bastaba lograr que le hicieran un control de alcoholemia, para así conseguir el descrédito político perseguido».

«Descrédito», añade la sentencia, «que por otro lado, al parecer, ya sufrió con motivo de un incidente económico ocurrido en el seno de su partido».

La sentencia, que se puede recurrir, no impone las costas a Anglada al no apreciar que actuara con «temeridad o mala fe», ya que la absolución «se basa en la valoración de la prueba de cargo» sin que hayan resultado «inciertas» las conversaciones con que se fundó la querella, sino la interpretación de su contenido.

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