Entrevista a la ministra de Defensa

Cospedal: «Si no hay un gobierno legalmente constituido en Cataluña, seguirá el 155»

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María Dolores de Cospedal nació en Madrid pero es albaceteña de pura cepa, de la añada del 65, abogada del Estado desde hace 27 años e hija de un ucedista pata negra, Ricardo de Cospedal Peinado. La ministra de Defensa y secretaria general del Partido Popular demuestra en esta entrevista que se halla en el momento de mayor madurez de su carrera política. Y, sobre todo, se exhibe como la ortodoxa del centro-derecha español que es y confirma que carece de complejos y que le resbala la corrección política.

P.- ¿Qué van a hacer ustedes con el 155 si la investidura del nuevo gobierno de Cataluña se hace con un fraude de ley, con un presidente simbólico y fugado de la Justicia?

R.- Es que eso no se puede hacer.

P.- Lo van a intentar… 

R.- Pueden intentar lo que intenten. Pero un presidente de forma fraudulenta no será investido en la Generalitat de Cataluña porque el Estado va a poner todos los medios a su alcance para que eso no sea así. Es que eso no va a pasar.

P.- ¿Eso no va a pasar? ¿Usted puede prometer y promete?

R.-No, yo no puedo ‘prometer y prometo’ porque yo no soy el presidente…

P.- Estoy utilizando un término de Adolfo Suárez, partido que usted conoce bien desde su infancia por razones paternas. Pero, en cualquier caso, si se produce esa situación, ¿habrá más 155 o qué ocurrirá? Porque eso es perfectamente posible a día de hoy…

R.- Yo lo que le tengo que decir, con toda rotundidad, es que entre tanto la Generalitat de Cataluña no tenga un gobierno legalmente constituido, se seguirá aplicando el 155. Y digo legalmente constituido. Por eso le digo que eso no puede pasar.

P.- Miquel Iceta sacó la posibilidad de un indulto. ¿El Gobierno baraja algún tipo de vía de negociación o aquí lo único que va a operar va a ser la Justicia hasta el final y punto?

R.- De ninguna manera. Yo, que he oído esas afirmaciones, las tengo que desmentir tajantemente. El Gobierno tiene muy claro que la aplicación de la ley, sobre todo a los que tienen la responsabilidad de gobernar, es la primera garantía de democracia como es el Estado español, que es un Estado-Nación que se rige por una democracia. De ninguna manera. Eso lo tengo que desmentir tajantemente.

P.-¿Justicia y punto?

R.- Así tiene que ser. Es que otra cosa no la entendería ningún Gobierno, ni desde luego los ciudadanos.

P.- Se habla mucho de si se tendría que haber dado un paso más, por ejemplo con el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). ¿En algún momento el Gobierno se puede plantear un sistema mayor de control, por ejemplo financiero, en seguridad, en los colegios, en Educación… incluso llegar a plantear la recuperación de competencias?

R.- Yo creo que esto, para ser leales a España, para ser rigurosos y para que tenga éxito, hay que hacerlo con la prudencia necesaria. Y hay que medir también lo que se hace y las consecuencias. ¿A qué me refiero? En primer lugar, hasta que no haya un gobierno legal, el artículo 155 se sigue aplicando. Hasta que no sea elegido legalmente un presidente de la Generalitat de Cataluña. Y digo legalmente. En segundo lugar, si el artículo 155 se deja de aplicar, eso de ninguna manera puede suponer que se vuelva a las andadas. Desde el momento en que se produzca una desviación de lo que señala la Constitución, el planteamiento que hay es exactamente el mismo que el que hubo hace unos meses. Y el Estado tendría que actuar de la misma manera.

A partir de ahí, como sabemos, hay abierta una subcomisión en el Congreso de los Diputados para analizar nuestra estructura territorial y el Estado autonómico. Hay que saber lo que funciona y lo que no funciona. También creo que tiene que haber un acuerdo mayoritario en la sociedad española. Lo que no se puede hacer es abrir un proceso que puede beneficiar precisamente a aquellos que no son leales a la Constitución o a aquellos que quieren reventar directamente un modelo. Porque nuestro modelo es susceptible de perfeccionarse, desde luego que sí, pero hasta ahora es el mejor que hemos tenido. Si de verdad también queremos que la sociedad española y catalana entienda que lo que estamos haciendo es trabajar por el futuro de Cataluña y del resto de España y que no se está en otro tipo de ámbito ni en una posición partidista, hay que ir por pasos. Porque aquí la demagogia es muy fácil.

«Si el artículo 155 se deja de aplicar, eso de ninguna manera puede suponer que se vuelva a las andadas»

P.- Lo que está diciendo es que mientras en Cataluña haya derivas independentistas y un lío territorial como el que hay en estos momentos no habrá reforma constitucional…

R.- Cualquier reforma constitucional necesita de un mínimo de sosiego y de un acuerdo muy importante entre las fuerzas políticas que creen en nuestro modelo constitucional. Porque a mí no me vale que sean fuerzas políticas que no creen en nuestro modelo constitucional si de lo que se trata es de mejorar nuestro modelo constitucional. Si no, yo creo que no es el momento más adecuado. Lo creo firmemente. Sí es el momento de mejorar mecanismos. Y en eso sí nos podemos poner de acuerdo.

P.- ¿Por ejemplo?

R.- Por ejemplo, el mecanismo de la inspección educativa del Estado. Creo que tiene que mejorar, y hemos hecho propuestas. El mecanismo de la coordinación en la prestación de los servicios sociales, de la sanidad, de lo que tienen que ser los medios de comunicación social que dependen de las administraciones públicas… Hay muchos mecanismos que se pueden mejorar.

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