Preocupación en el PP porque el ‘efecto C’s’ trunque sus listas municipales

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Albert Rivera y Mariano Rajoy, en el Congreso.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La victoria de Inés Arrimadas en las elecciones de Cataluña y, en especial, la inmensa distancia entre Ciudadanos y el PP-32 diputados-ha provocado entre los ‘populares’, al menos de momento, un efecto perturbador de cara a las municipales de 2019.

Es una preocupación actual en el partido que las listas de candidatos puedan verse afectadas por la ‘tentación’ de ciertos cargos a ‘cambiar de chaqueta’. Un temor que cobra forma tras las semanas transcurridas desde el 21-D y en vísperas de afrontar la confección de las candidaturas, un paso inminente.

La apuesta por un partido, que ahora parece caballo ganador, podría acabar descolocando al PP en sus apuestas locales. En especial, se señala, en los municipios más pequeños, donde la pertenencia a las siglas se toma de una manera más relajada, y el trasvase entre formaciones se asume con una relativa normalidad.

Escasa implantación territorial

Ciudadanos tiene por delante el reto de construir una estructura territorial fuerte. Es, de hecho, una de las debilidades admitidas por el partido. Los de Albert Rivera ya hicieron un notable esfuerzo en 2015 para cerrar candidaturas en 750 municipios, de los 8.200 que hay en España. Pero ahora, con las expectativas electorales en auge, esa cifra resulta a todas luces mejorable.

En su momento, desde el PP ya se admitió la inquietud por la onda expansiva de C’s en las listas en Cataluña. Un territorio donde Rivera goza de una notable implantación, pese a que los ‘populares’ le lleven años de adelanto.

Ahora,  esa preocupación se traslada a otros territorios, con lo que ello implica para las aspiraciones del partido. Comunidad Valenciana, Madrid, Andalucía, Castilla y León y Castilla-La Mancha… son plazas en las que Rivera ve factible plantar competencia al PP. Como informó OKDIARIO, en Génova se observa ya con preocupación la imagen de su portavoz en el ayuntamiento madrileño, José Luis Martínez-Almeida, en seria desventaja con Begoña Villacís.

Las elecciones municipales, junto a las autonómicas, serán un termómetro para las generales que (en principio) se celebrarán en 2020. Y en contra de los ‘populares’ está una baza importantísima para Rivera: que Ciudadanos no solo ha asumido su discurso, sino que ha reforzado su perfil de oposición en las cuestiones más bochornosas del PP, como la corrupción. Véase, por ejemplo, la presión para que se obligue a dimitir a la senadora Pilar Barreiro, imputada en el ‘caso Púnica’ a cambio del apoyo a los Presupuestos.

Presión de C’s

En las últimas semanas, la tensión entre ambos partidos ha ido in crescendo. Y aunque en Génova se intenten guardar las formas, no se evitan los reproches. Prueba es la insistencia con la que desde el PP se ha criticado a Rivera por no ceder un diputado para formar grupo propio en Cataluña. En una marea de críticas, ambas formaciones intercambiaron versiones cruzadas y contradictorias sobre si que el PP se quedase en el Mixto podría influir al control sobre el gobierno independentista. Los ‘populares’ alegaban que sí, y Ciudadanos, que no tanto.

Otro ejemplo de la competencia es que, en los últimos días, los de Rivera hayan cambiado su versión sobre la prisión permanente revisable. Una medida polémica y con la que el PP busca llevar la iniciativa. Ciudadanos defiende ahora una propuesta legislativa con la que no solo se evita frenar la derogación de esta medida-como reclama el PNV-sino que endurece, en cinco años, el acceso al tercer grado de los condenados. El partido es consciente de que el tema suscita el máximo interés social, tras un caso tan mediático como el asesinato de Diana Quer. 

«Agenda, agenda, agenda»

El PP busca marcar perfil contra los de Rivera. «Agenda, agenda, agenda», es la orden de Mariano Rajoy a los suyos. Y eso se traduce en pisar la calle y en ocuparse en cuestiones temáticas de gran atención ciudadana, a través de las convenciones temáticas que el partido celebrará entre enero y febrero (educación, seguridad y libertad, PYMES y autónomos y conciliación familiar).

Rajoy quiere además activar a la militancia, y el partido ha diseñado una intensa campaña de afiliación, que comenzará en los próximos meses y que imitará a la que, en su día, se pensó para Cristina Cifuentes en la Comunidad de Madrid. Una campaña orientada sobre todo a dispositivos móviles, con contenidos virales y la participación de voluntarios.

«Queremos captar a los que se han ido, pero también a los nuevos votantes», sostiene una fuente de la dirección del PP. Los jóvenes serán así objetivo prioritario del partido en los próximos meses. Y con ellos se buscará revitalizar no solo el electorado, sino también las propias listas.

La renovación de caras, más jóvenes, y el dinamismo del partido son dos de los objetivos que en Génova se asumen como prioritarios y que se plasmarán en una próxima convención nacional.

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