Los golpistas pretendían obligar a los bancos a condonar deuda a la futura Cataluña independiente

JxCat
Oriol Junqueras y Carles Puigdemont. (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

Los partidos golpistas tenían un plan para obligar a los bancos a perdonar al menos parte de la deuda acumulada por lo que pretendían que fuera la república catalana independiente. Los manuscritos de la agenda de Josep Maria Jové revelan las reuniones en las cuales se hablaba con total naturalidad de esta decisión.

Los golpistas eran conscientes de que llevaban a su pueblo a la ruina y buscaron vías de financiación alternativas. Entre ellas, obligar a los bancos a asumir una reestructuración de la deuda pública. O, dicho de otra manera, que las entidades bancarias que operan con ellos tuviesen que condonarles parte de la deuda, algo que hubiese puesto en una situación muy delicada a esos bancos y que puede explicar también en parte, la decisión de abandonar Cataluña de las grandes entidades financieras.

En algunas de las reuniones estuvieron presentes miembros de la CUP. Y el resumen de lo hablado, según lo plasmado en la agenda Moleskine manuscrita por Jové, recoge con rotundidad una frase: “Impago deuda”. A partir de ahí de detalla: “Renegociación deuda con bancos. Renegociación intereses y principal”.

Aparecen además otras anotaciones. Una, por ejemplo en la que se detalla “FLA con PV y IB [País Vasco y Baleares]”, y que no se especifica si se refiere a pretender buscar una vía de financiación y rescate con cargo a esas dos comunidades”.

Los propios papeles reconocen que “a corto plazo” el impago no se podrá realizar. Pero las alusiones a su posible uso a más largo plazo son abundantes. En otras páginas de la libreta se destaca que la situación económica de la futura Cataluña independiente no será buena. Se habla de la necesidad de fondos para crear una Seguridad Social propia. Y se asume que será necesaria una profunda subida de impuestos para intentar evitar una caída en picado de los ingresos y, por lo tanto, una situación muy peligrosa desde el punto de vista social y financiero.

Y ahí vuelve a anotarse la siguiente inscripción: “Reconsideración políticas de pago de la deuda”. Porque consideraban prioritario “librar recursos plan de choque social reducir carga deuda”, tal y como figura textualmente.
No se trataba de la única deuda que pretendían impagar. De hecho, el FLA      -Fondo de Liquidez Autonómico, el rescate pagado por todos los españoles para evitar la quiebra de Cataluña- es otro de los conceptos que tenían claro que se podía incluir en el capítulo de los impagos. Esta cifra, la del FLA, asciende en estos momentos a nada menos que 71.000 millones de euros.

De hecho, las propias anotaciones sobre el impago de parte de la deuda a los bancos tampoco recoge exclusivamente que se refiera a deuda pública. Y es que la CUP pretendía ampliar este concepto a condonaciones de deuda también privada, de los ciudadanos catalanes, una medida que hubiese lanzado directamente a una situación imposible a cualquier banco afectado.
Hay que recordar que en el transcurso del golpe separatista, las dos grandes entidades financieras catalanas decidieron trasladar sus sedes fuera de esta comunidad. Primero lo hizo el Banco Sabadell y días más tarde adoptó la decisión la propia Caixa. A la vista de la documentación que va localizando la Guardia Civil, la decisión de ambas entidades se entiende aún más como absolutamente necesaria y justificada.

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