Albiol ve posible una repetición electoral si el PSC intenta un gobierno con ERC

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Mariano Rajoy junto a Xavier García Albiol. (Foto: EFE)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El líder del PPC, Xavier García Albiol, ve posible una repetición electoral ante la posibilidad de un gobierno tripartito entre PSC, ERC y los ‘comunes’.

Así lo ha manifestado este jueves, en un encuentro con periodistas en Madrid, en el que ha destacado que «cualquier escenario de futuro» tras las elecciones del 21 de diciembre «pasará necesariamente por el PSC», bien sea en la forma de un gobierno constitucionalista o con ERC y los ‘comunes’, la «prioridad», considera, del primer secretario Miquel Iceta.

Es más, Albiol cree que si ERC finalmente acepta la fórmula de una solución pactada con el Gobierno, en el marco de la legalidad,  y renuncia a la declaración unilateral de independencia, el pacto está servido.

Compartir gobierno con Oriol Junqueras sería sin embargo letal para los intereses del PSOE a nivel nacional y por ello, no duda en que esa ambición llevará a un enfrentamiento con la dirección de Pedro Sánchez y  el resto de barones autonómicos.

Una crisis quizás definitiva en la ya maltrecha relación entre Ferraz y la federación catalana. Pero, al fin y al cabo, observan en el partido de García Albiol, «los intereses del PSC chocan por completo con los del PSOE». En ese escenario, creen que el propio Sánchez puede acabar forzando una repetición electoral en Cataluña.

Un escenario que en el PPC no ven mal porque, afirman, «el tiempo juega a favor» de sus intereses.

Crisis PSC-PSOE

La sombra de ese nuevo gobierno en Cataluña, presidido por ERC y apoyado por el PSC y Catalunya en Comú sobrevuela como uno de los escenarios más probables tras el 21-D.

En el PP no se creen los intentos de Iceta y del propio líder socialista para desvincularse de un acuerdo con fuerzas independentistas. Este mismo jueves, el líder socialista aseguró que no harán presidente a «ninguna candidatura que abrace el secesionismo» aunque también matizó que no apoyarían a Ciudadanos, partido líder de la oposición en Cataluña.

Sin embargo, los ‘populares’ ponen el foco sobre los matices dialécticos y observan que no es lo mismo facilitar ese gobierno «votando a favor» que hacerlo mediante una «abstención», una opción «perfectamente plausible» para los socialistas. También llaman la atención en que el compromiso del PSOE es no pactar con aquellos que insistan en la ruptura, pero nada se dice si ERC recula y prioriza otras medidas de su programa, como puede ser el apartado social.

La estrategia del PP catalán se diferencia de la del PP nacional, donde por ahora prefieren enfriar los ataques a los socialistas, sin olvidar que su apoyo facilitó la aplicación del artículo 155 en Cataluña. En la dirección de Génova no se pronuncian sobre la ideoneidad de una repetición.

Temor si la participación es del 85%

En el PPC son optimistas con los sondeos internos que pronostican que el bloque constitucionalista (en el que también incluyen a los ‘comunes’) se impondrá a los independentistas.

Según esos mismos sondeos, la movilización el 21-D se situará en torno al 80-82 por ciento, lo que beneficiaría a los partidos constitucionalistas. Los cálculos se basan en que el independentismo ya logró, en 2015, su tope electoral, que se cifra en un 75 por ciento.

Al mismo tiempo, advierten de que una participación que supere esa cifra podría ser perjudicial a sus intereses, ya que implicaría una activación total de los secesionistas.

Confianza en el «voto oculto»

El PP ve positivo que entre un 25-30 por ciento de los votantes declaren que «no saben, no contestan» sobre cuál será el color de su papeleta, porque lo interpretan como un voto «oculto o vergonzante» que tradicionalmente ha ido a parar al partido. Los ‘populares’ aspiran a crecer entre el electorado que tradicionalmente vota al PP en las generales y en las autonómicas ha optado por la abstención.

El partido centrará su esfuerzo de campaña en grandes ciudades, sobre todo en Barcelona, áreas metropolitanas y capitales de provincia. En ese sentido, no descartan incluso recurrir a un ‘mailing’ doble para reforzar su mensaje en determinadas zonas, en las que ven factible movilizar el voto.

De igual forma, los ‘populares’ creen que el independentismo no sufrirá un gran retroceso, si acaso, un 4 por ciento como máximo. Por ello, observan con preocupación toda participación superior al 85 por ciento, una «bomba», opinan fuentes del partido, porque implicará que la movilización de los secesionistas es absoluta y, en consecuencia, será también más difícil de contrarrestar.

Sobre las opciones del PSC, consideran que el acuerdo con Unió puede atraer un cierto perfil de voto, como el empresarial, aunque le podría hacer perder en la zona metropolitana.

Tampoco creen en un crecimiento explosivo de Ciudadanos.  Los ‘populares’ buscan diferenciarse del partido ‘naranja’ advirtiendo de que «por si solos no van a conseguir nada porque necesitarán siempre del apoyo del PP». Aunque la instrucción de Génova es evitar las críticas frontales tanto a socialistas como al partido de Rivera, en el PP no ocultan su malestar porque los ‘naranjas’ intenten apropiarse ahora del «éxito» del 155.

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