El separatismo fracasa en su intento de convertir la huelga en un ‘ensayo de control del territorio’

piquetes
Piquetes cortando una carretera.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El escaso seguimiento de la huelga general de este miércoles en Cataluña-convocada por la la Intersindical-CSC- ha evidenciado el fracaso de los planes independentistas para «controlar el territorio», uno de los grandes ejes de su hoja de ruta.

Las movilizaciones han sido mínimas y «residuales», según el Gobierno. La patronal Pimec ha valorado el seguimiento en el 4,3% y Cecot, apenas en un 20% entre sus afiliados. Los establecimientos y locales comerciales han seguido la jornada con normalidad y la huelga no ha sido apoyada por los sindicatos mayoritarios. La imagen más visible ha sido la de los cortes de carreteras, que han provocado atascos en algunos puntos, sobre todo en las principales vías.

Los secesionistas planeaban aparatosos cortes en las vías de comunicación, que contemplaban incluso el paso ferroviario de La Junquera (Gerona) durante “un par de días” para bloquear el paso de mercancías. Esos planes pusieron en alerta a las fuerzas de seguridad.

En la práctica, la incidencia ha sido muy limitada. Los cortes habían sido objeto de debate en el separatismo por la «oportunidad» de provocar un perjuicio «dentro» de la Comunidad. En varios chats y foros se sugería incluso que esas acciones se limitasen a las grandes entradas a Cataluña para torpedear, en la medida de lo posible, la salida de mercancías hacia el resto del país.

Acciones tras el 21-D

No obstante, en los planes del independentismo la huelga de este miércoles figuraba como un «ensayo» de futuras acciones. Sobre todo, tras el 21-D. Se sugiere que generar malestar y cabreo en estos momentos puede comprometer las aspiraciones electorales, lo que no conviene, sobre todo, para convencer a los «indecisos». Así, se aconseja «centrar los esfuerzos» tras los comicios.

Los planes para controlar el territorio y hacer posible la República catalana figuran en los últimos documentos incautados al Govern. 

En uno de ellos, titulado «Actuaciones y medidas en el escenario del dos de octubre», exponían que «el éxito tendrá mucho que ver con la capacidad real de ejercer un control efectivo sobre el territorio de Cataluña» y sobre «los comportamientos de los ciudadanos y las instituciones».

En este caso, consideraban básico controlar las «infraestructuras críticas» como el aeropuerto de Barcelona, los puertos de Barcelona y Tarragona, las centrales nucleares o la gestión de las aduanas «entre otros elementos que no sólo impactan sobre la viabilidad del despliegue de la nueva República, sino que también lo hacen sobre la estabilidad y la viabilidad del Estado español».

Precisamente esto último es lo que querían poner sobre el tablero de para forzar una negociación con el Gobierno de Mariano Rajoy. De hecho, avisaban de que la «falta de colaboración/cooperación entre ambos actores puede generar una cadena de serios problemas en este ámbito con potencial contagio del resto del sistema económico y financiero europeo e internacional».

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