El TS no admite las grabaciones del consistorio de Boadilla para desmontar una acusación de mobbing

Ana Garrido (Foto:Efe)
Ana Garrido (Foto:Efe)

El Tribunal Supremo no ha admitido las grabaciones presentadas por el ayuntamiento de Boadilla del Monte que desmontarían las acusaciones del supuesto acoso laboral denunciado por la extrabajadora municipal y testigo del caso Gürtel, Ana Garrido.

El ayuntamiento de la localidad madrileña solicitó al Alto Tribunal incorporar a su recurso de casación los archivos originales de las grabaciones que presuntamente habrían sido «manipuladas» y presentadas por la propia Ana Garrido. Dichos audios fueron entregados al consistorio por su expareja.

El recurso del ayuntamiento de Boadilla indicaba que las grabaciones íntegras demostraban «que el procedimiento iniciado contra el consistorio por la citada ex trabajadora por supuesto acoso laboral, no tiene base alguna» además de añadir que los mismos resultaban «relevantes a los efectos de acreditar que no ha existido acoso laboral».

En dichas grabaciones, entre otras cuestiones, Garrido amenazaba con estar a punto de «abrir la guerra» a su entonces jefe directo, Adolfo Arias. Además, le reconocía que «si recibía la plaza de funcionaria que pedía, retiraba la denuncia por mobbing» y le pedía que insinuara al alcalde su despido. Si no, aclaraba Garrido, «la siguiente denuncia era por mobbing».

En su resolución, el Supremo no admite los audios y el consistorio tendrá que abonar 81.437 euros por el despido voluntario que solicitó Garrido y 14.877 euros por daños morales. Una cantidad que ya fue, por parte del ayuntamiento, consignada al juzgado hace meses, quien ahora tendrá que hacer entrega del dinero a la ex trabajadora.

Un largo y polémico proceso judicial

Durante el proceso judicial, Ana Garrido llegó a estar imputada tras sacar documentación del ayuntamiento. La testigo de Gürtel entró en el consistorio en 1993 tras entrevistarse con el exregidor, Arturo González Panero, imputado en la trama corrupta.

Por su parte, en el consistorio de Boadilla del Monte, que es acusación particular en Gürtel y que llegó a solicitar en junio de 2016 penas que suman 548 años de prisión para 27 imputados además de reclamar 233.000 euros al Partido Popular, «reina la perplejidad». Según las fuentes municipales consultadas, éstas no entiende «cómo ha concluido todo este proceso en el que tendrán que acabar pagando un despido voluntario sin motivación alguna».

Garrido se convirtió en testigo de la Fiscalía Anticorrupción tras entregar un dossier a través de Manos Limpias donde denunciaba la trama Gürtel en el consistorio. Después, volvió a trabajar en su puesto tras la llegada de un nuevo equipo de Gobierno en 2011, ya que solicitó la excedencia mientras gobernaba la localidad Arturo González Panero.

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Arturo González Panero.

Fue entonces cuando Garrido demandó al consistorio, primero, reclamando un mayor salario y posteriormente, por un supuesto acoso laboral por destapar el caso Gürtel. La extrabajadora municipal aportó en el juicio una serie de grabaciones que ella misma había hecho con una grabadora oculta y que posteriormente había guardado en el ordenador portátil, propiedad de su expareja sentimental.

La propia expareja de Garrido denunció entonces que las grabaciones que ésta presentó en los tribunales por mobbing «fueron manuipuladas» porque «cortó y editó fragmentos de audio» en su presencia.

OkDiario ya publicó un documento de varias páginas que mostraba «la manipulación» denunciada por Díaz en las grabaciones. El documento incluía las transcripciones a ordenador de varias conversaciones con indicaciones manuscritas. «Ojo» o «no» eran algunas de las notas empleadas para destacar párrafos que le beneficiarían o perjudicarían para demostrar el acoso. Algunos párrafos que aparecían tachados fueron posteriormente omitidos en las grabaciones presentadas en sede judicial. 

Las conversaciones del documento fueron protagonizadas por la propia Garrido, su entonces jefe directo en el Ayuntamiento, el ex concejal de Deportes y Juventud Adolfo Arias Javaloyes, que no repitió en la lista del PP de Boadilla en 2015, y otros trabajadores municipales. En una de las páginas, se decía literalmente, «solo buscar la parte en la q dice es rencoroso y vengativo, pero cortar la grabación». 

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