El plan golpista: convertir las elecciones del 21-D en un referéndum con garantías para la ‘república’

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Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, en el Parlamento catalán. (Foto: EFE)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Una ‘lista única de defensa de la República’, formada por independentistas de la sociedad civil -quizás encabezada por los presidentes de ANC y Òmnium Cultural, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, en prisión imputados por sedición- una campaña para convertir el 21-D en unas elecciones plebiscitarias y, en caso de victoria, bloquear el Parlament durante tres meses, periodo tras el cual se elegiría un presidente.

Es el último plan, surgido en el entorno independentista y secundado, sobre todo, por las plataformas civiles, está basado en una ‘Operación país’, que pasa por elaborar una lista que aglutine a los principales miembros de las organizaciones y apoyada por las principales formaciones secesionistas. El objetivo es avalar, en las urnas, la construcción de la República, otorgándoles un carácter plebiscitario como ya tuvieron para los independentistas las elecciones del 27-S de 2015.

La propuesta ya se planteó entonces, impulsada sobre todo por Òmnium Cultural y su entonces presidente Quim Torras, y avalada desde ERC, la CUP y un sector del PDeCAT. La iniciativa se basaba en una candidatura única denominada ‘Lista Única del Sí’ y en la idea de que ganar aquellos comicios equivaldría a avalar la celebración de un referéndum de independencia. La propuesta no salió finalmente adelante.

La idea original se retoma ahora en ciertos círculos, y a instancias del propio Torras. Se propone que las elecciones del 21-D tengan un carácter plebiscitario, en tanto en cuanto, votar a esa candidatura significará apoyar también la construcción de la República. Además, si esa lista gana las elecciones se comprometería a paralizar el Parlament durante un período de tres meses, durante los cuales se agilizaría la puesta en marcha del Estado independiente. Pasado este tiempo, se elegiría presidente.

La opción haría recaer la mayor visibilidad del independentismo en los movimientos civiles, los principales impulsores de la agitación en la calle La movilización social sería, así, determinante. Desde el pasado viernes, las asociaciones han tratado de imprimir normalidad, ignorando casi por completo la aplicación del 155. De hecho, desde entonces, sus mensajes se centran sobre todo sus mensajes en pedir la libertad para sus líderes encarcelados.

«Llenemos los bares, los cines, los teatros, los gimnasios y las discotecas. Compremos ropa, libros y música. Vayamos a la montaña, a pasear delante de la playa, a comer con los amigos y a visitar a los abuelos. Guardemos energías», señalaron el viernes en una serie de tuits a través de la plataforma Crida per la Democràcia. La intención es transmitir una sensación de normalidad y hacer ver que gobierno destituido está aún legitimado.

Los independentistas irán al 21-D

La opción de concurrir o no a las elecciones convocadas por Mariano Rajoy ha provocado debates en los partidos independentistas durante este fin de semana. Reunidas sus Ejecutivas, este lunes, tanto el PDeCAT como ERC han acordado participar en los comicios, aunque sin aclarar aún la fórmula.

Las mayores incógnitas las tienen, sin duda, los convergentes, obligados a buscar a un candidato electoral. Carles Puigdemont ya anunció meses atrás que no está por la labor, y además su horizonte penal le complicaría en cualquier caso cualquier pretensión, de haberla. El nombre que sobresale en esos círculos es el del exconseller de Territorio, Josep Rull. Rull pertenece al ala ‘dura’ del cesado Govern y, en las últimas horas, ha destacado por sus gestos de desobediencia. Este sábado, asistió a un acto organizado por el Ayuntamiento de Sant Cugat (Barcelona) en calidad de conseller a pesar de haber sido cesado junto a todo el Govern el pasado viernes. Y este mismo lunes, acudió a trabajar con ‘normalidad’ a su despacho del Palau y lo hizo colgando una fotografía en sus redes sociales.

ERC, por su parte, decidirá en los próximos días la fórmula electoral «entre todos los que se sienten agredidos por el 155», ha dicho el portavoz republicano Sergi Sabrià, convencido de que las elecciones serán «una manera más para consolidar la República».

No obstante, la posibilidad de una lista única entre ERC y PDeCAT es lejana. Los republicanos se sienten tentados por algunas encuestas, que les otorgan sus mejores resultados históricos y optan por presentarse en solitario.

Para la antigua Convergència, sin embargo, reeditar la coalición de Junts pel Sí, u otra similar pero que incluya a ERC, sería la única posibilidad de evitar una debacle en las urnas. Mientras, la CUP convocará a su militancia para decidir su participación el 21D.

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