El Gobierno tiene dudas jurídicas de qué hacer si Puigdemont convoca autonómicas para frenar el 155

Roger Torrent
Mariano Rajoy al frente del Consejo de Ministros. (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

El Gobierno está dispuesto a aguantar el tipo si Carles Puigdemont toma la decisión de declarar unilateralmente la independencia y convocar elecciones «constituyentes». Por mucho que se le insista al presidente de la Generalitat en que si convoca a las urnas la aplicación del artículo 155 se puede parar, es evidente que unas cortes constituyentes no entran en esa ecuación. Otra cosa es si Puigdemont convoca unas autonómicas antes de que el viernes el Senado dé luz verde a su destitución.

En ese caso, el Ejecutivo de Mariano Rajoy tiene dudas de cómo deba ser su siguiente paso. Las medidas anunciadas el pasado sábado no sólo suponen la destitución del Govern en pleno, sino la imposibilidad de que el Parlamento autonómico pueda proponer un nuevo candidato a presidente de la Generalitat. Se busca que no haya rendijas por las que pueda colarse un nuevo giro de tuerca en el desafío separatista, que juega al enmarañamiento jurídico. ¿Qué debe hacer el Gobierno si, una vez activado el 155, Puigdemont acelera la salida ‘legal’ de la convocatoria electoral?

El portavoz de la Generalitat, Jordi Turull, ha afirmado este domingo que ninguna de estas posibilidades, en estos momentos, están «sobre la mesa». Pero, pese a ello, el Gobierno prefiere estar preparado para cualquier situación y debatió ya esta posibilidad en el Consejo de Ministros. La conclusión de Mariano Rajoy y su equipo de Gobierno fue clara: si hay DUI y convocatoria de «constituyentes» se trataría de una forma más de desafío al Estado y por lo tanto no debe admitirse.

Se trata de uno de los puntos más delicados de esta semana. Y es que, pese a haberse iniciado ya los trámites de aprobación en el Senado de las medidas de intervención de la Generalitat fruto del artículo 155, lo cierto es que hasta el Pleno del viernes de esta Cámara legislativa no dará su respaldo definitivo. Y, por lo tanto, en teoría no estaría concluido el proceso de intervención.

El temor del Gobierno pasa, precisamente, por la posibilidad de que los partidos separatistas exijan la opción electoral como mecanismo de generación de tensión y de intento de paralización urgente de la adopción del 155.

De hecho, el debate existe entre los partidos golpistas. Y la defensa de la posibilidad de levantar la suspensión de la declaración unilateral de independencia, dejarla con pleno efecto, y acto seguido convocar unas elecciones bajo la supuesta denominación de «constituyentes», es un mecanismo que ha sido defendido con fuerza por los sectores más radicales.

En todo este contexto es como se debatió en el Consejo de Ministros del sábado y en los días previos. Y la confirmación ha llegado ya: si los separatistas deciden ignorar el procedimiento iniciado, rehabilitar la declaración unilateral de independencia que dejó en suspenso el presidente catalán Puigdemont y convocar elecciones autodenominadas como «constituyentes», el 155 continuará.

El conseller de Presidencia de la Generalitat, Jordi Turull, entró al trapo de este debate ayer. Y afirmó que la Generalitat no se plantea la convocatoria de elecciones. En estos momentos «no está sobre la mesa», aseguró en una entrevista a RAC1. Una entrevista en la que acusó al Gobierno central de situarse «al margen de la ley» con las medidas anunciadas este sábado por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Turull, sin embargo, confirmó que el pleno del Parlament anunciado el mismo sábado por Puigdemont sin citar la palabra «independencia» sí servirá para adoptar «una decisión respetuosa con el mandato del 1 de octubre». «Cataluña será lo que decida el Parlament, el representante legítimo de los ciudadanos, no lo que decidan otros», añadió Turull, que cree que así se hará porque se trata de «un tema de dignidad institucional».

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