Los corrillos del 12-O: «Puigdemont tiene una gran oportunidad, la pelota está en su tejado»

12-O
Rajoy, con los Reyes, en la recepción en el Palacio Real.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Era previsible que Cataluña sería el tema protagonista en los corrillos de este 12 de octubre. Y aunque, con tono contenido, en el Gobierno se destila optimismo, y, sobre todo, esperanza, de que el callejón catalán pueda tener pronto una salida. «Veo al presidente tranquilo», confió un ministro.

La vicepresidenta, mientras, analizó gráficamente que si el próximo lunes Puigdemont contesta que no hubo declaración de independencia «se vuelve a la casilla anterior, antes del pleno del 6 y 7 de septiembre», en el que se aprobaron-en medio de la censura a la oposición-las leyes de la ruptura. Miembros del Gobierno se refirieron a aquella sesión como «el pleno folclórico».

Esto es, si el presidente catalán recula-bajo el riesgo, claro está, de ser rematado por la CUP-«no se activaría la segunda parte», mantienen fuentes del Ejecutivo. La aplicación pura y dura del 155. El polémico artículo parece tener, no obstante, una finalidad clara y reducida: convocar elecciones en Cataluña.

«Puigdemont tiene una gran oportunidad, porque la pelota está en su tejado, de dejar de jugar con todo el mundo», señalaron las mismas fuentes. En el Gobierno se sostiene que puede haber ‘mediación’ sí, pero únicamente en el Congreso de los Diputados. La invitación, la misma que trasladó hace meses a la Generalitat, sigue tendida: que el president venga a la Cámara y proponga una reforma constitucional. Y que se vote.

Satisfacción con el PSOE

El acuerdo con el PSOE ha llenado de satisfacción al Ejecutivo. Se nota en los gestos, y en las palabras. «Muy bien», responden rotundos muchos miembros del Consejo de ministros cuando se pregunta por cómo van las relaciones con los socialistas. «Traslada imagen de seriedad institucional», celebran.

El pacto es que Pedro Sánchez respaldará al Gobierno en sus medidas con Cataluña a cambio de una reforma constitucional. Limitada, eso sí. El Ejecutivo marca las líneas rojas: revisión del Estado autonómico y del modelo de financiación. Del artículo 2, ni hablar. «Cada uno llevará sus propuestas y se verá», concluyen.

Sánchez: «Me he tenido que morder la lengua»

Pedro Sánchez fue otro de los más buscados. Contento también por el acuerdo con Rajoy, del que, dijo, ha informado a sus barones. Al líder socialista se le vio charlar animadamente con el expresidente Zapatero, con quien entró al salón del saludo a los Reyes, y departir también con Albert Rivera.

Concluyó Sánchez que el acuerdo con el Gobierno había sido «difícil». Muchas horas de conversaciones privadas y en línea directa con Rajoy. El final, aparentemente, feliz.  Aunque tuvo también reproches al aire: «Me he tenido que morder la lengua estos días cuando me acusaban de estar de perfil, mientras estaba negociando». Admite que Podemos está más duro, como este miércoles se vio en el pleno en el Congreso.

El socialista no se atrevió a apostar qué contestará Puigdemont el lunes, aunque contestará seguro, añadió. En fuentes socialistas se comparte que «no es tan evidente que se vaya a aplicar el 155», y también que los únicos que quieren que se aplique son «Rivera y Puigdemont». El PSOE intenta buscar a Ciudadanos y Podemos para la reforma de la Carta Magna. Es una oportunidad, señalan, y «tienen que engancharse». Quieren que sea algo épico y por consenso. En otra esquina, Zapatero observaba que la crisis con Cataluña «va a ser un conflicto largo y tenemos que estar preparados» y deseó también no tener que aplicar el 155.

Iglesias, ausente. Borrell, protagonista

En el Palacio Real destacaron las ausencias acostumbradas. La de Puigdemont, como es lógico, y también del lehendakari, Íñigo Urkullu y la navarra Uxue Barkos. Dos ausencias habituales. Tampoco esta vez estuvo Pablo Iglesias. El secretario general de Podemos se ausenta siempre de esa cita, ya lo hizo los dos años anteriores.

Felipe González fue protagonista en el desfile, al que volvió tras dejar de ser presidente del Gobierno. Se le vio charlar animadamente con muchos: con los socialistas Susana Díaz y Javier Fernández, con Alberto Núñez Feijóo y con el ministro Zoido. Josep Borrell fue otro de los más aclamados por su discurso, el pasado domingo, en la manifestación de Barcelona. Contundente y claro contra el secesionismo, la unidad y la convivencia entre Cataluña y el resto del Estado.

La cita estuvo muy marcada por el fallecimiento del piloto del Eurofighter en Albacete. Rajoy se disculpó con los Reyes, ya a su llegada a la recepción y les comunicó que viajaría de inmediato a Albacete, con la ministra de Defensa. En la recepción estuvo todo el Consejo de ministros, a excepción de Luis de Guindos, en EEUU.

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