Malestar en el PSOE por la falta de postura ante el órdago independentista

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Mariano Rajoy y Pedro Sánchez en el Palacio de la Moncloa. (Foto: EFE)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Pedro Sánchez reapareció este sábado tras varios días en silencio. El mutismo del líder socialista, en días de máximo desafío para la democracia, ha provocado indignación en buena parte del partido. «Haga lo que haga, ya será tarde de explicar», censura un diputado, crítico con el secretario general. Nadie entiende cómo, ante una crisis como la actual, el líder de los socialistas no ha fijado aún una posición. Ni el la activación del 155, ni tampoco en los límites del respaldo al Gobierno de Mariano Rajoy.

En los últimos acontecimientos-reunión en La Moncloa con el presidente del Gobierno, discurso del Rey e invitación de Puigdemont a la mediación-Sánchez se ha parapetado en comunicados de Ferraz o en declaraciones de sus portavoces: el secretario de Organización, José Luis Ábalos, el de Relaciones Institucionales y Administraciones Públicas,  Alfonso Rodríguez Gómez de Celis o la parlamentaria Margarita Robles. No hubo esta semana ninguna comparecencia en público, tampoco declaraciones a los medios. Una actitud que irrita al partido, ya muy caldeado por la ausencia de una política decidida sobre un momento histórico como el actual. «La tienen PP, Podemos y Ciudadanos, nosotros no. Inexplicable. El terrorismo fue una cuestión de Estado. ¿Por qué esto no lo va a ser?», se lamenta otro diputado.

La única explicación es ésta: que Sánchez quiere esperar a la reunión con sus barones, la próxima semana para evitar tomar, en solitario, una decisión que, sea cual sea, provocará divisiones. El partido convocará al  Consejo de Política Federal, aún en una fecha por cerrar a la espera de cómo se desarrollen los acontecimientos en Cataluña. El martes está previsto el Pleno para que Puigdemont explique la situación tras la celebración del referéndum ilegal, con lo que ese encuentro bien pudiera ser el miércoles.

De hecho, la dirección del PSOE envió ayer una carta a los miembros del Comité Federal, de la Comisión Ejecutiva Federal y del Consejo Político Federal, en la que les convoca a una reunión inminente» ante «las excepcionales circunstancias políticas» que se están viviendo en Cataluña, y en la que se pide a los miembros de los tres órganos que mantengan liberada su agenda para la próxima semana.

En los planes del líder socialista no estaba reunir a esos órganos hasta noviembre, una vez se completen los procesos de renovación en las direcciones territoriales. Pero solo así se explica que se haya demorado tanto una postura del partido en el desafío más grave de la democracia.

Desacuerdos: 155, reprobación, diálogo…

La falta de criterio, por otro lado, no ha hecho más que alimentar las tensiones y discrepancias internas. El partido no sabe aún qué hacer con el artículo 155: rechazado por Sánchez, cada vez son más federaciones-Extremadura y Aragón, las más reivindicativas- que lo defienden. También el grupo parlamentario está partido en dos. Quienes lo demonizan, y quienes quieren verlo como una solución excepcional para una situación de la misma naturaleza.

También hay división en la reprobación a la vicepresidenta del Gobierno. Una iniciativa que muchos no comparten, y menos aún ahora. «Estoy más de acuerdo con el 155», responden tajantes algunos. Desde la dirección del grupo parlamentario, en cambio, niegan fisuras y se reafirman en que es el momento «oportuno» porque Santamaría es la «máxima responsable de la gestión nefasta de una crisis que ha llegado al punto actual».

Otro punto de discrepancia está en los llamamientos al diálogo. Reclamado con insistencia por el PSC, otros coinciden en que tampoco es momento de negociar con golpistas. El apoyo al Ejecutivo, opinan estos últimos, habría de ser total, siguiendo el mensaje del propio Felipe VI. El rechazo de la moción de Ciudadanos en la que instaba a respaldar al Gobierno ante el órdago secesionista ya dejó descolocada, semanas atrás, a una parte de la bancada.

Ante el vacío de liderazgo, en los últimos días han sido distintos dirigentes históricos los que han tomado las riendas. El miércoles, fue el exvicepresidente Alfonso Guerra, quien, en una entrevista radiofónica, desbarató todos los argumentos de Sánchez. Según Guerra, el PSOE «tiene que votar a favor» del 155 porque es un «instrumento» de la democracia en defensa del Estado de Derecho. Consideró, además, que en la actuación policial del 1-O, el Estado «sólo usa su fuerza legítima» y avisó de que no se puede negociar con «los golpistas».

A ese mensaje se sumaron otros dirigentes, entre ellos, los expresidentes de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra y la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina, quienes, en una carta abierta, critican que Sánchez defienda un diálogo con Puigdemont y la iniciativa para reprobar a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, por las cargas policiales del 1 de octubre.

«No entendemos la continua y nunca explicada apelación al diálogo por vuestra parte. ¿Diálogo, ahora, con quién? ¿Diálogo, ahora, para qué? ¿Con los responsables de poner a los españoles al borde del precipicio? ¿Para escuchar, otra vez, que quieren la fractura de España, con razón o sin razón, por unos medios o por otros? Nunca ha servido para nada el diálogo bajo chantaje, a menos que lo único que se quiera sea salvar el pellejo y, a la vez, perder la propia dignidad», exponen en la misiva.

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