Entrevista a Rafael Murillo, catedrático de Derecho Constitucional

«Lo del Parlament es un golpe de Estado jurídico, no tenemos por qué asustarnos de aplicar el 155»

«Lo del Parlament es un golpe de Estado jurídico, no tenemos por qué asustarnos de aplicar el 155»

Rafael Murillo es catedrático de Derecho Constitucional y de Ciencia Política en la Universidad CEU San Pablo. Además es secretario del Departamento de Derecho Público. Una voz autorizada para analizar los últimos acontecimientos vividos en Cataluña, que califica de “golpe de Estado jurídico”.

Para este profesor y jurista, no hay que tener ningún temor si el Gobierno decide aplicar el artículo 155 pero propone alternativas frente al 1-O, y concluye en que debe alcanzarse un acuerdo que permita alcanzar una solución política para Cataluña y el resto de España que pasaría por reformar la Constitución desde la realidad unitaria de España.

Pregunta.- ¿Se puede hablar de lo sucedido en Cataluña como un golpe de Estado?

Respuesta.- Sí, ha sido un golpe de Estado jurídico, porque una comunidad autónoma ha asumido por su cuenta competencias que no le corresponden, en contra de las sentencias del Tribunal Constitucional como la de 2015 y para imponer su voluntad al resto de una comunidad política y una entidad superior de la que forma parte que es España.

«Ha sido un golpe de estado jurídico, porque una comunidad autónoma ha asumido por su cuenta competencias que no le corresponden, en contra de las sentencias del TC «

P.- ¿Y ahora, qué puede ocurrir?

R.- No va a pasar nada, tras la admisión a trámite de los recursos de inconstitucionalidad ante el TC, automáticamente queda paralizada esa decisión del Parlamento catalán de convocar el referéndum, al igual que las demás. Porque según el 161.2 de la Constitución esa suspensión debe ser inmediata. Y así ha sido, como la aprobación de esas leyes: todo ha quedado en suspenso y además devendrá nulo. Una vez paralizado, llegarán los mecanismos penales y se podría suspender a Puigdemont, a parlamentarios y a altos cargos. En ese sentido, puede que no queden inhabilitados, porque ha de decidirlo un juez ordinario como les ha pasado a Homs o Mas, o a otros consejeros, y ponerlo en marcha. Eso es lo que habrá que hacer, pero hay que tranquilizar los ánimos, es momento de que las cosas sigan su curso.

P.- ¿Qué opina de que el Gobierno haya admitido por fin que no renuncia a aplicar el artículo 155 de la Constitución?

R.- Si hay que aplicar otras cosas, pues en el caso extremo incluso se debe plantear la aplicación del 155, no tenemos por qué asustarnos porque es perfectamente aplicable y existe un procedimiento así en todos los países democráticos, por ejemplo en Alemania. No se puede jugar al fútbol con la mano, y si hay que sacar tarjeta por ello, pues se hace.

R.- ¿Y la Ley de Seguridad Nacional?

R.- Creo que no procede para este caso, porque es para otras circunstancias. Se trata de una norma para la coordinación y gestión unitaria de medios para proteger el interés de la seguridad nacional ante, por ejemplo ataques cibernéticos o a infraestructuras sensibles… Para casos de ‘baja intensidad constitucional’. Y para un referéndum de este tipo, está el 116 de la Constitución.

«No tenemos por qué asustarnos del artículo 155, porque es perfectamente aplicable y existe en todos los países democráticos. No se puede jugar al fútbol con la mano, y si hay que sacar tarjeta se hace».

P.- ¿Existen otras alternativas?

R.- La Ley de Seguridad Ciudadana, donde los delegados del Gobierno pueden asumir la coordinación y ordenación de las fuerzas de orden público, como los Mossos d’Esquadra. Ello evitaría que estos profesionales estuvieran sometidos a instrumentación política. Porque como bien ha dejado claro la Fiscalía General del Estado, son una policía judicial, que depende de los jueces.

P.- ¿Admite paralelismos la actuación de los secesionistas en el Parlamento catalán con comportamientos propios de países como Venezuela?

R.- Puede ser, porque es la aplicación de un modelo totalitario: la imposición radical de grupos secesionistas, sobre todo la CUP, que quieren imponer como una minoría una voluntad que no es la mayoritaria ni del pueblo catalán ni de todos los españoles.

P.- La presidenta del Parlamento de Cataluña, Carme Forcadell, acumula querellas, la tercera le llegaba este miércoles ¿se puede hablar de burla a las instituciones?

R.- Yo también sentí vergüenza ante un espectáculo impropio de un parlamento. Habrá que esperar porque habrá que instruir la causa y tendrá que ir a declarar como ya hizo hace unos meses. De nuevo, al estar aforada, se remitirá al TSJC pero hasta que no se celebre la vista no podrá ser condenada. El problema es que la Justicia tienes sus tiempos y creo que en España son los necesarios y suficientes.

P.- ¿Los independentistas han sido más hábiles que el Estado en este proceso?

R.- Lo que han hecho es ser cobardes, porque el TC les dice: el derecho que ustedes dicen tener la Constitución española no lo prohíbe. Lo que ocurre es que hay que modificarla. Pues entonces, ¡sean ustedes valientes y presenten ante el Parlamento nacional una propuesta de reforma que recoja el derecho de secesión! Tampoco fue valiente Puigdemont cuando se le invitó a defender sus planes en las Cortes. En suma, ha habido cobardía y falsedad.

P.- ¿Debe reformarse la Constitución?

R.- Hay que empezar a reflexionar en una adaptación de algunos puntos como el Título VIII, que es excesivamente abierto y racionalizar las competencias de las comunidades autónomas, el problema es que no es el tiempo adecuado para lograr un mínimo consenso sobre pautas comunes. Creo que sería interesante un segundo proceso de descentralización local.

P.- El expresidente del TC Pérez Cobos defendió al dejar el cargo la solución política. ¿Está de acuerdo?

R.- El de Cataluña es un problema histórico que habría que analizar detenidamente y sí, es necesaria, pero es que ya se les ha intentado dar. Se ha ofrecido a los independentistas que vayan al Parlamento, que representa la soberanía nacional, a discutirlo y convencer al resto de los españoles. Y se puede negociar, pero no desde la imposición. Hay que buscar una solución y para eso están los políticos, pero manteniendo la realidad unitaria de España que, lo quieran ver o no, existe.

P.- Esta semana Rajoy se ha reunido con Sánchez y Rivera, ¿es un paso?

R.- Tendría que haberse reunido antes y conjuntamente para dar sensación de unidad de los constitucionalistas. Los tres juntos habrían transmitido seguridad. Y eso que el miércoles la vicepresidenta no lo hizo mal, pero debería haber cogido el timón desde el primer momento Rajoy.

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