Bronca en Podemos por hacer campaña por el referéndum saltándose la consulta a las bases

Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados. (Foto: Francisco Toledo)
Pablo Iglesias en el Congreso. (Foto: Francisco Toledo)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La irrupción de Podemos en la campaña a favor del referéndum ilegal ha generado malestar interno y un nuevo distanciamiento con las bases, que reprochan que se haya tomado una decisión unilateral previa a la consulta a la militancia, que se realizará entre los días 15 y 18 de este mes. 

La pregunta que se planteará en esa consulta será esta: «¿Crees que Podem Cataluña ha de llamar a la participación  y a la movilización ciudadana el próximo 1 de octubre?». En los últimos días, sin embargo, varios dirigentes del partido se han posicionado abiertamente a favor del referéndum, protagonizando distintos actos en Cataluña y saltándose así la opinión de los militantes.

Es el caso del propio secretario general, Pablo Iglesias, que, como este viernes informaron desde los ‘comunes’- participará el próximo 11 de septiembre junto a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau y el portavoz de En Comú, Xavier Domènech, en un acto que llevará por lema ‘Cataluña soberana’, organizado en Santa Coloma de Gramenet, y en el que defenderán el derecho a decidir por una «Cataluña soberana, diversa y valiente», según informaron desde los ‘comunes’.

Por su parte, el secretario general de Podem, Albano Dante Fachin- enfrentado a Iglesias- participó este sábado en un acto organizado por la CUP en Bonavista (Tarragona), bajo el título «¿Per qué el referéndum?» («¿Por qué el referéndum?»), y no tuvo reparo en anunciarlo en las redes sociales, en lo que se interpreta como un nuevo órdago a la dirección nacional.

La asistencia de Fachin- que compartía cartel con la diputada de la formación antisistema, Gabriela Serra- ha generado malestar interno, en el partido y entre las propias bases, que reprochan la colaboración con los radicales en apoyo claro a la independencia ilegal, ignorando el sentir de la militancia. La dirección catalana de Podemos ya preguntó en junio sobre cuál habría de ser la postura ante el 1 de octubre y, entonces, más del 62 por ciento de sus bases avaló la participación en el referéndum aunque sin considerar «vinculante» el resultado. Pese a ello, ha decidido hacer campaña con los separatistas, aunque ello suponga vincularse incluso al sector más radical. 

El mismo camino siguen otros diputados de la formación, como Joan Giner, que, también este sábado, participó en Mataró (Barcelona) en el acto «Referéndum es democracia», junto a dirigentes de ERC y la CUP, como el exdiputado David Fernández, además de representantes de las organizaciones independentistas, ANC y Súmate.

Calculada ambigüedad

La ruptura entre la dirección catalana y la estatal es evidente. A Iglesias le interesa mantener una calculada ambigüedad sobre el 1 de octubre, y así, al mismo tiempo que defiende el referéndum, asegura también que se trata de una «movilización» en favor del derecho a decidir, ignorando el claro desafío a la legalidad del Gobierno catalán. Entre tanto, Podem se ha alineado claramente con el referéndum ilegal.

Las discrepancias llegan incluso a la fecha de la consulta, que había sido convocada inicialmente por Fachin para la próxima semana, y a quien la dirección de Pablo Iglesias le obligó a retrasarla hasta después de la Diada, lo que la hará coincidir con la campaña previa al 1 de octubre. En respuesta, Podem ha decidido ir por libre y participar en distintos actos en favor del referéndum ilegal, a la vez que acusa a la dirección estatal de anular su autonomía para la toma de decisiones. Desde Podem se ha solicitado a la dirección la cesión del censo y han advertido de que «las decisiones que afectan a Cataluña se deciden y se ejecutan íntegramente en Cataluña».

Iglesias prefiere mantener por ahora una postura diluida en torno al 1 de octubre. Y en esa táctica, ha pasado de asegurar, primero, que «si fuera catalán, no participaría» en el referéndum a definirlo como una «movilización legítima» instando a las instituciones a poner todos los recursos para su celebración.

La táctica le permite contentar a los contrarios a un referéndum unilateral y, al mismo tiempo, seguir los contactos con los independentistas, reforzados en los últimos días en el encuentro que, el pasado sábado, mantuvo con el líder de ERC, Oriol Junqueras, en casa del empresario Jaume Roures.

En esa reunión, los republicanos reclamaron a Iglesias un mayor compromiso con la consulta, que podría entenderse como «moneda de cambio» a una futura alianza en el Congreso contra el gobierno de Mariano Rajoy, en forma de una futura moción de censura.

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