OKDIARIO revive en presente cinco días que no debemos olvidar (II)

La mayor movilización ciudadana de la historia

miguel-angel-blanco
Movilización por Miguel Ángel Blanco.

Cae la noche en Ermua y apaga un día gris. Marimar Blanco Garrido sostiene una vela entre sus manos. Absorta en la luz que desprende, la llama se refleja sobre los cristales redondos de unas gafas que le ocupan la mitad del rostro. El secuestro de su hermano le ha obligado a pasar de niña a mujer en menos de 24 horas. Ayer era sólo una chica de 23 años que perfeccionaba el inglés en Gran Bretaña. Hoy, la portavoz de su familia ante la barbarie de ETA.

Lleva una rebeca roja sobre una camisa negra. Está sentada en el suelo de la plaza donde tantas veces ha jugado con Miguel Ángel. Sus padres permanecen callados junto a ella. Su madre, Consuelo Garrido, apoya la cabeza con dificultad sobre la mano izquierda. El paso de las horas acentúa el temblor del cuerpo y la severidad de los rasgos en sus progenitores. Cientos de vecinos los acompañan en plena calle. Es una vigilia sin hora de cierre que se extiende por el resto de España. Todos unidos, sin decir nada. Convencidos de que el silencio es el grito más fuerte.

En este nuevo País Vasco que surge tras el secuestro de Miguel Ángel Blanco, los ciudadanos ya no se esconden ni cuentan las chinas desperdigadas por el asfalto cuando caminan por el pueblo. Ahora yerguen la cabeza llenos de dignidad y miran de frente a los verdugos.

Simpatizantes de Herri Batasuna se han manifestado este viernes a favor del traslado de los presos vascos a Euskadi. La misma exigencia que los terroristas han trasladado al Gobierno a cambio de la vida de Miguel Ángel. Por primera vez, los ciudadanos se han atrevido a gritar en contra de ellos. Al final de la disputa verbal, los efectivos de la Ertzaintza han tenido que proteger a los violentos.

Ermua es el centro de España desde que ETA secuestró el 10 de julio al concejal del PP. Los españoles, vecinos todos de la localidad. El país entero ha llevado un lazo azul durante este viernes: personas, medios de comunicación, instituciones… Desde la Puerta del Sol en Madrid hasta la Plaza del Obradoiro en Santiago de Compostela pasando por Sevilla, Valencia, Tenerife… Los ciudadanos aún confían en que los dirigentes de ETA tengan un súbito ataque de humanidad y descarten el crimen.

La excepción de Batasuna

Miguel Ángel Blanco tenía sólo 11 años cuando Patxi Zabaleta llegó a concejal del Ayuntamiento de Pamplona. Era 1979 y la caída de la dictadura franquista abrió de par en par el panorama político en España. Zabaleta representaba entonces a Unidad Popular, la coalición de Herri Batasuna en la capital de Navarra. El nombre de este antiguo seminarista ha saltado de boca en boca a lo largo de este 11 de julio como posible mediador para conseguir la libertad del edil ermuarra.

Zabaleta es actualmente diputado de Batasuna en el Parlamento navarro y siempre se ha mostrado contrario al terrorismo de ETA. Su intención es mandar una carta a la cúpula de la banda para pedir la liberación del concejal. “Mera cuestión de derechos humanos”, asegura con más optimismo que confianza.

Las peticiones de libertad llegan en riada hasta Ermua. La fachada del Ayuntamiento está repleta de telegramas con mensajes de apoyo para su edil. El edificio se asemeja a una casa de papel con más de 50 metros de folios y hojas de cuaderno que se resumen en un lema: “Miguel Ángel, te esperamos”. Lejos de España, el Papa Juan Pablo II, Amnistía Internacional y el Premio Nobel de la Paz en 1980, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, piden un gesto humanitario a los terroristas.

Mientras tanto, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado trabajan a contrarreloj y sin descanso para encontrar con vida al concejal. El Ejecutivo sigue firme en su voluntad de no ceder ante el “chantaje de ETA”. El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, ha calificado el secuestro de “coacción y amenaza”. Como respuesta, ha destinado más de 5.000 agentes para que rastreen hasta el último camino, callejón y nave industrial del País Vasco.

Reunión de urgencia 

La Mesa de Ajuria Enea ha vuelto a reunir esta mañana a los partidos que firmaron el acuerdo para la normalización y pacificación de Euskadi. Entre los distintos representantes estaban el presidente del PNV, Xabier Arzallus, el presidente del Partido Popular vasco, Carlos Iturgaiz, y el consejero de Justicia, Ramón Jáuregui. El lehendakari, José Antonio Ardanza, ha lanzado un mensaje rotundo a los terroristas: “Este pueblo no ha perdido aún la esperanza, que nadie se atreva a matarla en la persona de Miguel Ángel Blanco”.

Estas palabras han recorrido las calles de Euskadi durante todo el día con la fuerza de un deseo que sirve para no desfallecer. Al llegar la tarde, Marimar Blanco se ha puesto al frente de una manifestación en Ermua para pedir la liberación de “Miguel”, como siempre le dice. Junto a ella, su cuñada. Iban con las manos entrelazadas, seguidas por más de 10.000 personas que caminaban al grito de «libertad». Había tantos ciudadanos que las calles de la población se han quedado pequeñas. Parecían gigantes caminando por una maqueta.

Marimar ha interpelado a su hermano como si lo tuviera delante: “Miguel, en septiembre tienes que realizar un viaje que prometiste a Marimar, tu novia, en el coche que has comprado y que todavía no has visto. También decirte que tengas la entereza necesaria para soportar estos crueles momentos y mantengas la esperanza en tu pronto regreso porque te estamos esperando con muchas ganas de abrazarte”.

Nadie dormirá esta noche 

Pasan ya casi cuatro horas desde esas palabras vespertinas. La vigilia paraliza el pueblo en estos momentos. Marimar sigue con la vela entre las manos en compañía de sus padres y de cientos de vecinos. Todos forman una gran familia en estos días de espera. Todos son compañía necesaria ante la ansiedad de una cuenta atrás sin la más mínima tregua.

Las manecillas del reloj del Ayuntamiento de Ermua sobrepasan ya la medianoche. Estamos en los primeros minutos del 12 de julio, el día señalado por ETA. Quedan menos de 16 horas para saber si los etarras serán capaces de cumplir su amenaza. Mengua el tiempo y crece la angustia. Los segundos pasan rápido y, al mismo tiempo, caen pesados como sentencias. “Aún es posible…”, dicen en el pueblo. Se aferran a esa frase. Desdeñan el sueño. Las horas siguen corriendo en contra de Miguel Ángel Blanco. Nadie vislumbra por ahora la manera de poner una pausa a esta pesadilla.

Lo último en España

Últimas noticias