Sánchez no ha solicitado el despacho de ‘jefe de la oposición’ en el Congreso

Carbón
Pedro Sánchez en su escaño en el Congreso de los Diputados. (Foto: AFP)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, no ha solicitado por ahora el despacho que, en el Congreso, se reserva por tradición al ‘jefe de la oposición’, esto es, el líder del partido con el mayor número de diputados, tras el de Gobierno.

Se trata de una tradición arraigada en el Congreso y meramente protocolaria, pero que la Cámara mantiene desde los años 80. De hecho, Sánchez sí hizo uso de ese despacho, situado en la primera planta del edificio, cuando aún era diputado. Pero desde su renuncia al escaño permanece vacío. Ni siquiera ahora, reelegido líder socialista, ha hecho uso de él, y, en fuentes socialistas, tampoco tiene intención de hacerlo. 

La actual situación de Sánchez es controvertida y genera un debate sobre la posibilidad o no de que ocupe esa dependencia. Por tradición, el despacho se reserva al diputado ‘jefe’ del grupo de oposición mayoritario. Pero hecho de que el socialista no sea ya parlamentario plantearía un dilema en las normas de la Cámara para el que ni siquiera los grupos, ni la propia presidencia, tienen respuesta. Alegan además que, en tanto Sánchez no lo requiera, no se afanarán en buscarla.

El hecho de que Sánchez no sea diputado e hiciese uso de ese despacho —que anteriormente han ocupado desde Fraga a Aznar o el propio Rajoy abriría un precedente, que la Cámara tendría que recoger y, consideran desde los grupos, también autorizar al tratarse de una norma no escrita, pero que forma parte del estricto protocolo de la ‘casa’.

Esa dependencia se habilitó en 1983, y por decisión de Gregorio Peces-Barba, presidente socialista del Congreso de los Diputados. El despacho iba acompañado de personal a cargo (secretarios) y otras prerrogativas y buscaba dar un carácter más institucionalizado a ese puesto parlamentario.

La anécdota tiene sobre todo un carácter simbólico, cuando el PSOE busca reforzar su liderazgo en la oposición frente a Podemos. En un encuentro informal con periodistas, esta misma semana, Sánchez insistió precisamente en esa idea: la de consolidar su posición de segunda fuerza del arco parlamentario por delante de Iglesias.

La estrategia tiene la intención, además, de atraer el voto del electorado de centro, el considerado «voto útil», con una oposición «responsable» y más «moderada» frente al extremismo de Podemos.

El líder socialista da por terminada la competición por liderar el espacio de la izquierda que libraron el PSOE y Podemos la pasada legislatura. Una competición que «ganó el PSOE, aunque el PP siga jugando a eso», señalan en el entorno del secretario general, y por eso Sánchez no piensa «confrontar» con Pablo Iglesias, con quien por otra parte habla a menudo para temas concretos del Parlamento.

La soledad de Sánchez en el Congreso

La situación de Sánchez en el Congreso es, no obstante, complicada. El secretario general no tiene una plataforma para hacer réplica al presidente del Gobierno, cada semana. Y eso complica la labor parlamentaria y, sobre todo, la visibilidad del partido.

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez en la tribuna del Congreso.

Esa soledad se evidenció recientemente, en los actos conmemorativos de las primeras elecciones democráticas, que el socialista siguió desde la tribuna de invitados, en soledad y tras el ex presidente del Gobierno José María Aznar. 

«He estado entre el público y ha sido una sensación rara», reconoció después a los periodistas, a quienes dijo que le habían sentado allí por cuestiones de protocolo.

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