El Gobierno se prepara para un ‘aluvión’ de reprobaciones a sus ministros

El Gobierno se prepara para que, en los próximos meses, varios ministros sean reprobados por la oposición. En fuentes de Moncloa se resta ya importancia a ese escenario y se considera que esa fórmula de censura no es más que otra herramienta de la oposición para darse «visibilidad» en una legislatura muy enfrentada.

No obstante, se trata de una iniciativa inédita. La senda la abrió hace unos días el PSOE, con una moción para reprobar al ministro de Justicia, Rafael Catalá, en plena crisis de la Fiscalía. Los socialistas aludían a las «responsabilidades políticas del ministro de Justicia como consecuencia de las maniobras que se han producido en el seno del Ministerio Fiscal dirigidas a obstaculizar determinadas causas judiciales contra la corrupción y de las propias actuaciones del ministro en relación con estas causas». El texto fue aprobado con el apoyo de todos los grupos, salvo el PP.

Catalá se convirtió así en el primer ministro de la democracia en ser reprobado en activo por el Congreso. No obstante, la moción tiene únicamente un valor simbólico: sólo el presidente del Gobierno puede destituir a uno de sus ministros, si el titular no dimite. Catalá ha dejado claro que no piensa hacerlo, y el Ejecutivo ha cerrado filas. 

Un mecanismo poco habitual

La reprobación no es un mecanismo habitual, aunque en los últimos tiempos sí ha pasado al primer plano de la actividad parlamentaria. En octubre de 2016, la Comisión de Interior reprobó al exministro Jorge Fernández Díaz cuando estaba en funciones. En 2007, Magdalena Álvarez, exministra de Fomento, también fue reprobada, aunque en este caso por el Senado.

A lo insólito de la moción de Catalá se añadía además que nunca antes se había censurado a dos miembros de la cúpula fiscal, el fiscal general del Estado, José Manuel Maza y el fiscal jefe Anticorrupción, Manuel Moix, que esta misma semana presentó su renuncia.

Así, en fuentes gubernamentales se considera que las reprobaciones serán una práctica más o menos habitual de la oposición en su ofensiva por erosionar al Gobierno. Más aún cuando Pedro Sánchez inicie ya formalmente su mandato en el PSOE, tras el próximo congreso federal del partido.

El Ejecutivo cree que el nuevo líder socialista llevará a cabo una política de oposición muy combativa, empezando por la petición de derogación de las principales reformas del gobierno de Rajoy. Empezando por la laboral. «Empleo temporal y precario, más de la mitad de parados sin cobertura y más mujeres que hombres. Hay que derogar la Reforma Laboral del PP», escribió este mismo viernes en su cuenta de Twitter, tras conocer los datos del paro, los mejores en creación de empleo en un mes de mayo.