La convocatoria fracasó al no reunir más de medio millar de personas

Podemos finaliza su escrache al PP con conatos de violencia y enfrentamientos con la Policía

Podemos

Podemos e Izquierda Unida, junto a dirigentes políticos y activistas, han llevado a cabo este martes una ‘cacerolada’ a las puertas de Génova, sede del Partido Popular. Han acudido varios centenares de personas sin superar el medio millar. Los manifestantes han gritado lemas como «ahí está la cueva de Alí Baba», «vuestros sobres, nuestros recortes», «no es un partido, es una mafia» o «la lucha sigue, cueste lo que cueste».

Al término de la manifestación, los agentes antidisturbios se han tenido que afanar al máximo para evitar que la protesta fuera a mayores cuando los manifestantes querían hacer una marcha por la calle sorteando el cordón de seguridad establecido.

Encapuchados encarándose a la Policía

En ese momento, varios manifestantes se han tapado el rostro con pasamontañas. No obstante, al final, el conato de violencia se ha saldado con algunos empujones y gritos de la Policía Nacional.

Varios concejales de Manuela Carmena como Carlos Sánchez Mato, Mauricio Valiente, Yolanda Rodríguez o Rommy Arce –de IU y Ganemos, el ala radical de Ahora Madrid–, así como diputados de Podemos en la Asamblea de Madrid del ala Anticapitalista han acudido a la cita. Arce y la portavoz de Podemos en la cámara autonómica, Lorena Ruiz-Huerta, han encabezado la rebelión encarándose a la Policía.

Se trataba de una convocatoria que no había sido comunicada a la Delegación del Gobierno, como es preceptivo, por lo que los asistentes se han expuesto a multas de 600 euros al menos. El peligro ha sido patente porque al ser un evento no organizado no se ha llegado ha cortar el tráfico y el tránsito por la acera se hacía imposible.

Las sanciones podrían llegar a ser más elevadas en el caso de sus organizadores o propulsores, ya que no habían comunicado la convocatoria en tiempo y forma a las autoridades.

La protesta ha arrancado a las ocho de la tarde y ha sido difundida por redes sociales. En el cartel que han movido como en su día el Pásalo, piden al Partido Popular «que se disuelvan y entreguen la pasta» bajo el lema «el PP no es un partido, es una banda».

Algunos dirigentes han compartido otra versión del cartel en el que se pide la entrega de «las armas», en lugar de pedir «la pasta».

La sanción administrativa por acudir a este tipo de concentraciones no autorizadas, siempre y cuando superen los 20 participantes, suele ser de unos 600 euros. Los agentes proceden a identificar a los manifestantes, y pasarán la respectiva propuesta a la Delegación.

Además, la reformada Ley de Seguridad Ciudadana permite sanciones más importantes dependiendo lo que ocurra. Una infracción grave sería sancionada hasta con 30.000 euros si se produce una negativa a la disolución en un lugar de tránsito público ordenada por la autoridad competente. Sin embargo, la Policía ha dejado que los manifestantes siguieran sus cánticos y golpes a las cacerolas hasta que finalmente se han cansado y se han disuelto.

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