Soraya logra atraerse a los empresarios catalanes y provoca un ataque de celos en la Generalitat

Stoichkov
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría (Foto: Efe)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La iniciativa de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, de reforzar los contactos con el empresariado han provocado los recelos en el Gobierno catalán, y en especial en en entorno del president, Carles Puigdemont. A esa circunstancia se añade que Oriol Junqueras ha demostrado en los últimos tiempos ser el interlocutor más valorado por Moncloa en su ‘operación’ institucional con la Generalitat.

Santamaría y Junqueras coincidieron este lunes en la entrega de los Premios Empresa del Año, organizados por El Periódico, a la que también asistió la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. Ante más de 300 invitados, y la primera plana de la clase empresarial de Cataluña, la vicepresidenta aprovechó para recordar que «la estabilidad es un elemento muy importante para el desarrollo económico y social» y aseguró que el Gobierno asumirá la parte que le corresponde y buscará «diálogo político, parlamentario, social y territorial».

«Esperamos que encontremos siempre al otro lado interlocutores como lo son ustedes», reafirmó Sáenz de Santamaría. Junqueras, por su parte, evitó cualquier alusión al ‘procès’ —lo que fue visto con amargor desde ciertas filas del Govern— y presumió de los buenos datos económicos, con un crecimiento del PIB del 3,5% el año pasado. 

El Gobierno ha encontrado en los círculos empresariales un aliado para desactivar la hoja de ruta de Puigdemont y debilitar el independentismo. Tanto Santamaría, como el propio presidente Mariano Rajoy, además del delegado de Gobierno, Enric Millo, han coincidido en los últimos tiempos en multiplicar sus contactos, la mayoría discretos, con los principales sectores del empresariado.

El objetivo de esa ‘operación’, que se desarrolla en varios niveles —tanto municipal como autonómico— es demostrar que el Ejecutivo tiene intención de hablar y resolver los problemas, potenciar en definitiva los lazos con la sociedad civil. Así, y además del empresariado, Rajoy ha encargado aumentar los contactos con representantes de la cultura, de la sociedad y de organizaciones de distinta índole, en el marco de la iniciativa privada.

Desde el partido se arropa esta estrategia para «desmontar el mito independentista» y provocar una «reconducción de afectos» tras las deriva secesionista de la Generalitat. El mismo Rajoy, en la clausura del Congreso Nacional del PP, dio ya orden de empeñar el esfuerzo en escuchar al tejido social de Cataluña, explicar las consecuencias de una eventual independencia y problemas como la salida del mercado único o la imposibilidad de hacer frente al gasto público, en sanidad o pensiones.

En esos contactos se han constatado ya, según fuentes gubernamentales, las demandas de una salida al bloqueo y una mayor atención a los problemas reales de la sociedad catalana.

Esos contactos van paralelos al intento de reactivar la agenda institucional, con un nuevo encuentro entre Mariano Rajoy y Carles Puigdemont, aún sin fecha y «discreto», como es intención del Gobierno.

La próxima cita relevante se producirá este mismo domingo, en la inauguración del Mobile Word Congress (MWC), la gran cita internacional del sector de la telefonía, y dependiente en parte del Ministerio de Industria. Allí, Santamaría coincidirá con el Rey Felipe, además de con Puigdemont. El encuentro toma un significado especial en un momento en que se ha avivado la tensión independentista y en vísperas de que Francesc Homs declare ante el Supremo-este lunes-por el referéndum del 9N. 

Lo último en España

Últimas noticias