Sáenz de Santamaría acude al País Vasco con la mano tendida en plena negociación presupuestaria

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha presidido este lunes en Vitoria el acto de jura de Javier de Andrés como nuevo delegado del Gobierno en el País Vasco en sustitución de Carlos Urquijo. La ‘número dos’ del Ejecutivo se ha presentado con la mano tendida ante su homólogo vasco, el consejero de Gobernanza Pública y Autogobierno, Josu Erkoreka, a falta del lehendakari Iñigo Urkullu, quien no asistió al acto.

La vicepresidenta ha aprovechado el tiempo en País Vasco para departir con los distintos representantes en vísperas de que concluya el plazo para recurrir la Ley Municipal vasca y la de Adicciones. Así, los representantes de ambas administraciones han exhibido sintonía, relación cordial y un discurso cargado de buenas palabras que contribuye a despejar el camino a la incipiente negociación presupuestaria entre PNV y PP.

Sáenz de Santamaría apeló en su discurso al diálogo y al acuerdo como método de trabajo entre las administraciones, cada una con su «propia voz» pero sin «imposiciones».

Este encuentro con la vicepresidenta se produce en un momento clave en el que ambos gobiernos intentan aproximar posturas para la retirada de varios recursos del Ejecutivo central contra cuatro leyes vascas: la Ley Municipal, la de Adicciones, la de víctimas policiales y la de Iniciativa Legislativa Popular. También ambos ejecutivos han seguido negociando cuestiones relacionadas con las diferencias en torno al Cupo vasco y el retraso de las obras del Tren de Alta Velocidad.

Durante una breve intervención, Sáenz de Santamaría destacó que los españoles y los vascos, en las últimas elecciones, han marcado a los gobiernos el diálogo como método de trabajo y el acuerdo como «marco definidor de la política». «Creo que eso debemos ejercerlo en todos los foros y no olvidar ninguno de ellos. Cada uno con su propia voz, sin adhesiones ni imposiciones pero contribuyendo con franqueza a un debate público que nos reclaman los ciudadanos», señaló.

Por su parte, Javier de Andrés, que juró su cargo en castellano y en euskera, destacó que su antecesor ha asumido con «entereza» su actuación para garantizar el cumplimiento de la Constitución. «Nadie que actúe con lealtad a los acuerdos de las cámaras legislativas puede ver como un problema la demanda de su cumplimiento», dijo.

El nuevo delegado se acordó de las víctimas del terrorismo, a las que ha prometido defender frente «a cualquier menosprecio o humillación, particularmente de los que pudieran proceder de las administraciones locales». Así, consideró que las víctimas requieren de una especial protección porque han padecido crímenes que han sido «amparados y jaleados por una parte de la población» y ha subrayado el papel de las Fuerzas de Seguridad en el País Vasco tras décadas de defensa frente a la violencia terrorista de ETA, una experiencia que se convierte ahora en una oportunidad «para prevenir y combatir el terrorismo internacional».

El ‘feo’ en este día lo hizo el lehendakari, Iñigo Urkullu, que, como ya avanzó la semana pasada, no ha asistido al considerar que la figura del delegado del Gobierno «no tiene sentido» en una autonomía como País Vasco «con un régimen singular», aunque pese a estas declaraciones sí que ha habido representación del Gobierno Vasco bipartito PNV-PSE.

Sí que estuvieron presentes, el consejero de Gobernanza Pública y Autogobierno, Josu Erkoreka (PNV), y el titular del Departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda, Iñaki Arriola (PSE-EE), además de una delegación del PP vasco encabezada por su presidente, Alfonso Alonso, mientras que no han asistido representantes de EH Bildu ni de Podemos. Antes del inicio del acto, la vicepresidenta se reunió brevemente con Erkoreka y Arriola en presencia de Alonso, del nuevo delegado y del saliente, y, tras la toma de posesión de De Andrés, han vuelto a charlar en presencia de los medios de comunicación, aunque no trascendió el contenido de la conversación.