Rajoy preocupado por los guiños de C’s a los independentistas

gobierno
Mariano Rajoy con Carles Puigdemont. (Foto: EFE)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Las declaraciones de Inés Arrimadas, este fin de semana, en las que afirmaba estar dispuesta a votar en un referéndum independentista «de ser absolutamente legal» generan incertidumbre a Mariano Rajoy, volcado en una  etapa de ‘deshielo’ en las relaciones con la Generalitat.

Aunque la líder catalana de Ciudadanos matizó este lunes afirmando que nunca ha abogado por un referéndum porque eso «no serviría de nada», sí se mostró dispuesta a aceptar «una consulta para validar, por ejemplo, una reforma de la Constitución».

Matiz incluido, las declaraciones han sido recibidas con sorpresa en Moncloa y en las filas del PP, donde preocupa que Ciudadanos esté «dando alas a los independentistas» con su condescendencia a la celebración de un referéndum.

Desde el sábado, distintos dirigentes del PP han venido rechazando públicamente la actitud de Arrimadas, como la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, quien, sorprendida, pidió a Albert Rivera que diga «si está de acuerdo» con las palabras de la líder de us partido en Cataluña.

La misma reacción se escuchó desde el PP catalán. Xavier García Albiol, reprochó este lunes a Arrimadas que «con mensajes tibios contra el separatismo y discursos ambiguos» esté «traicionando a sus votantes y al bloque constitucionalista» e incluso acusó a la dirigente de Ciudadanos de estar completamente » desorientada».

La polémica llega en plena ‘Operación diálogo’ del Gobierno, la hoja de ruta del Ejecutivo en sus relaciones con la Generalitat.

Un giro de este calado en el discurso de Ciudadanos, consideran fuentes de Génova, podría comprometer esa estrategia, que por el momento avanza con satisfacción por ambas partes gracias al buen talante que ha demostrado Oriol Junqueras.  El líder republicano, que asume la representación del Govern en las conversaciones que lidera Sáenz de Santamaría, se ha revelado como un interlocutor «sensato y moderado», alejado del tono mucho más agresivo que acostumbra a exhibir Puigdemont en sus referencias al Ejecutivo, lo que ha despertado un prudente optimismo entre los populares de que la relación con los independentistas pueda ser encauzada con determinados acuerdos, como un nuevo marco de financiación autonómica.

En este escenario, para el Gobierno resulta esencial contar con una oposición en Cataluña capaz de enfriar las soflamas independentistas. Hasta ahora, el partido de Albert Rivera se había demostrado como un socio válido en ese cometido. Pero las declaraciones de Arrimadas generan dudas y exigen, consideran, una respuesta firme de Albert Rivera.

El presidente de Ciudadanos guarda silencio, pese a que en parte del partido y de su Ejecutiva, las declaraciones han sonado con estrépito.Varios dirigentes consideran que esas palabras suponen una condescendencia inadmisible con los secesionistas, en un momento, además, en que la formación se encuentra inmersa en un proceso de redefinición de su propio ideario que culminará en la asamblea general que Ciudadanos celebrará el próximo febrero.

En ese debate, la postura sobre Cataluña y el nacionalismo genera un encendido debate entre quienes estiman urgente renovar una propuesta territorial que ven anticuada  y los que consideran inadmisible jugar en el terreno de los secesionistas.

Entre estos últimos destaca el portavoz parlamentario, Juan Carlos Girauta, partidario de retomar un discurso rotundo en Cataluña en contra de los independentistas. En la misma línea, Albert Boadella, uno de los fundadores, reprochó el pasado viernes a Arrimadas alguno de sus últimos ‘guiños’, como celebrar una paella el día de la Diada. Entre estos sectores se recuerda también la asistencia de Arrimadas a un encuentro de la Confederación Empresarial Comarcal de Tarrasa (CECOT), una patronal que siempre se ha mostrado cómplice con los soberanistas. En el acto se dedicó una ovación cerrada a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, acusada de desobediencia al Constitucional.

En el fondo de estos gestos estaría, consideran algunas fuentes, la posibilidad de seducir a los electores desencantados con la deriva independentista de Convergència. Un espacio que también se disputan Unió y movimientos como Lliures, impulsado precisamente por el marido de la dirigente catalana, Xavier Cima. 

En definitiva, de convertirse en la líder del nacionalismo moderado, ahora huérfano, e incluso de aquellos que han abrazado el independentismo pero que podrían prescindir del procès a cambio de una mayor financiación para Cataluña.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lo último en España

Últimas noticias