El Govern abrirá nuevas ‘embajadas’ en Dinamarca, Polonia, Croacia y Suiza

Romeva
Raül Romeva. (Foto: EFE)

El Gobierno de la Generalitat de Cataluña ha aprobado este martes la creación de cuatro nuevas delegaciones en el extranjero, que se unen a la red de ocho embajadas que mantiene el Gobierno catalán en el exterior. Se trata de Dinamarca, Polonia, Croacia y Suiza, que se unirán a las ya activas en Washington, Londres, París, Bruselas, Berlín, Viena, Roma y Lisboa (inaugurada el pasado lunes), y con las que la Generalitat pretende completar su particular «mapa de Europa».

En rueda de prensa tras el Consell Executiu, el conseller de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia, Raül Romeva, ha justificado esta expansión de la presencia internacional catalana como medio para «explicarnos con voz propia sobre lo que pasa en Cataluña y estar en los escenarios internacionales donde tienen lugar debates de carácter global, en los que queremos participar», y ha ido más allá, al afirmar que el establecimiento de embajadas en ciudades como Zagreb o Varsovia es «imprescindible», y que «no hacerlo sería una irresponsabilidad».

Los planes del Gobierno catalán no se detienen aquí, pues ya se ha anunciado la intención de crear delegaciones en Rabat (Marruecos), Buenos Aires, México D.F. y Seúl (Corea del Sur), entre otros. Este afán por la representación internacional tiene su origen en el acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP, por el que la coalición que entonces lideraba Artur Mas se comprometió a abrir 15 nuevas delegaciones catalanas en el extranjero.

No obstante, la creación de estas cuatro nuevas delegaciones no pasa aún de declaración de intenciones, ya que su dotación económica depende de los presupuestos de 2017, por lo que este gesto puede interpretarse como un guiño a la formación anticapitalista de cara a la inminente moción de confianza al presidente Carles Puigdemont (en la que ya han anunciado que le apoyarán); y a la vez como un aviso a navegantes de cara a la posterior negociación de presupuestos: «Si disponemos de los recursos la cosa irá mucho más rápido, si se retrasan o son inferiores tardarán un poco más», ha advertido Romeva.

El gasto en delegaciones se dispara

En total, en 2016 la Generalitat prevé gastar en torno a 5 millones de euros en el mantenimiento de sus delegaciones, aunque esa cifra no incluye la formación y movilidad del personal que las integra. No obstante, las cantidades destinadas a esta partida no han hecho sino aumentar en los últimos años: de los 1,1 millones en 2013 la cantidad se duplicó hasta alcanzar los 2,2 millones en 2014, y los 3 millones en 2015. Es decir, en cuatro años el gasto en embajadas prácticamente se habrá quintuplicado.

Otro gasto importante que no aparece reflejado en las partidas destinadas a estas delegaciones es el coste de alquiler de los locales. Las delegaciones de la Generalitat suelen ubicarse en las zonas más exclusivas y caras de las ciudades donde se instalan. Por ejemplo, en 2015 el alquiler de su sede en Bruselas superó los 900.000 euros, mientras que en 2014 la Generalitat pagó 600.000 euros por el alquiler de su sede de París.

 

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