El promotor del Madrid Arena fue denunciado un año antes por otra macrofiesta con exceso de aforo

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Miguel Ángel Flores. (Foto: EFE)

El 1 de noviembre de 2012 cinco jóvenes murieron aplastadas por una avalancha durante la celebración de la macrofiesta de Halloween en el Madrid Arena. El exceso de aforo en el recinto de titularidad municipal fue una de las causas de una tragedia que se podía haber evitado. Un año antes, el Ayuntamiento de Madrid había recibido una denuncia por hechos similares contra el mismo organizador del evento, Miguel Ángel Flores, por el festival Infinita 2011 celebrado en la Caja Mágica, también de propiedad municipal.

El pasado 13 de mayo el juicio por la tragedia del Madrid Arena quedó visto para sentencia. Pero ha sido ahora cuando un denunciante, que prefiere permanecer en el anonimato, ha entregado a OKDIARIO los documentos de la denuncia presentada el 4 de julio de 2011 ante el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid contra los organizadores del Infinita 2011 –que se celebró los días 2 y 3 de julio en la Caja Mágica de Madrid– y en la que se relatan las graves deficiencias e irregularidades cometidas por la organización del evento que pudo haber acarreado una tragedia.

El foco de la denuncia es la empresa promotora Grupo Space FSM WORLD Clubbing S.L. de la que es titular Miguel Ángel Flores, promotor encausado en el juicio de la tragedia del Madrid Arena y que se enfrenta a una petición de cuatro años de cárcel por cinco delitos de homicidio imprudente, así como la inhabilitación por seis años para ejercer la profesión de empresario u organizador de fiestas.

En la denuncia, se detallan una por una las irregularidades que llevaron al denunciante a poner en conocimiento de los titulares del pabellón deportivo lo que sucedió las noches del 2 y 3 de julio de 2011.

«Me pongo en contacto con ustedes ya que asistí al evento del Infinita en la Caja Mágica, que empezó a las 23 horas del 2 julio de 2011. En tal sentido quiero realizar una denuncia por irregularidades que hubo en el evento, tanto por parte de los organizadores (FSM World Clubbing), como por parte de la administración de Madrid Caja Mágica», señala la persona que puso en conocimiento del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid las irregularidades cometidas por la sociedad de Miguel Ángel Flores. Este espacio depende del Ayuntamiento de Madrid a través de Madrid Espacios y Congresos (Madridec).

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Copia de la denuncia presentada ante el Ayuntamiento un año antes de la tragedia del Madrid Arena.

En el escrito, presentado el 4 de julio de 2011 en la Junta Municipal del Distrito de Usera, según consta en el sello del registro de entrada, se enumeran todo tipo incumplimientos de las normativas como la ausencia de señalización de las salidas de emergencia, exceso de aforo o ventilación insuficiente en el recinto.

Nada más llegar a la Caja Mágica el denunciante intuyó que debía existir un problema de exceso de venta de entradas. «A pesar de haber comprado las entradas hace meses en el punto Space Store de calle Hortaleza estas no fueron válidas para el lector de entrada. Se tuvo que realizar una cola adicional y finalmente se nos dejó entrar, pero no me dieron ningún resguardo y se quedaron con las entradas originales».

El mal funcionamiento de los lectores de entradas se reprodujo un año más tarde en la tragedia del Madrid Arena. De este modo, no existía ningún control sobre el número real de asistentes, ni estos podrían exhibir nunca prueba alguna de su presencia, ya que les requisaban la entrada. En total, los peritos estiman que Miguel Ángel Flores llegó a vender 16.661 entradas para un recinto cuyo aforo es de 10.620 personas.

Exceso de aforo y falta de ventilación

La persona que denunció ante el Ayuntamiento a la empresa de Flores por el festival Infinita 2011 afirmó en su escrito que el exceso de aforo en la Caja Mágica era más que evidente: «Hubo un exceso de personas en el recinto. En ningún momento se observó algún cartel del aforo del local. El local seguramente está diseñado para tener a varios miles de personas sentadas en butacas, pero ¿cuántas pueden estar en la zona baja de la pista de baile? ¿5.000 personas? ¿20.000 personas? En estos casos, ¿se cumplen las normativas de seguridad? ¿Tiene usted un control independiente de personas dentro del evento? Tomen en cuenta que existían varios puntos de ventas de ticket: internet, lista de puertas, etc. ¿Cuál es el límite del aforo?», todas esas preguntas no llegaron a tener respuesta de manera oficial ni consta que se abriera expediente o investigación alguna sobre lo sucedido.

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Copia de la denuncia presentada ante el Ayuntamiento un año antes de la tragedia del Madrid Arena.

Un año después, tras la tragedia de la noche de Halloween, la justicia hizo lo que no hizo el Ayuntamiento: recontar el número real de entradas. Nunca supo la cifra real. Pero acreditó que se vendieron al menos 16.661 cuando el aforo permitido era sólo de 10.620 personas. Flores, en palabras de la Fiscalía, fue «el causante del sobreaforo que se hizo insoportable para los asistentes». «No fue un mero accidente, ni una fatalidad sino que fue una imprudencia».

Pero en 2011, los riesgos para los asistentes al evento en la Caja Mágica no se ciñeron sólo al exceso de aforo. Como relata la denuncia conocida por Ayuntamiento y Comunidad, «para poder acceder a los WC del recinto se instalaron unos andamios escalonados improvisados para poder subir a la planta superior. Estas escaleras, por llamarlas de algún manera, se tambaleaban y en algunos casos subían y bajaban más de 70 personas. Ninguna tenía la iluminación obligada. El largo de los peldaños variaban (en una de ellas de 40 centímetros de largo, dejando un hueco donde se podía caer alguien). Era evidente que los andamios provenían de obras», asegura el denunciante.

Otro de los elementos que debía haber puesto sobre aviso a los responsables de los recintos de ocio madrileños era que en este tipo de celebraciones se incumplían normas elementales como la obligatoriedad de contar con señales de evacuación de emergencia visibles. Así se lo hizo saber a los responsables la persona que denunció los hechos: «El recinto está diseñado para eventos deportivos no se observó señalización de salidas de emergencia», tampoco había planos del local que indicaran las rutas de evacuación.

Para finalizar, la ventilación insuficiente y el hecho de que se incumpliera la normativa que prohíbe fumar en este tipo de recintos, se añaden a un listado de graves irregularidades que podían haber terminado en tragedia justo un año antes de la celebración de la fiesta de Halloween en el Madrid Arena y que segó la vida de cinco personas.

 

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