Los barones partidarios de investir a Rajoy repartirían las abstenciones entre varias federaciones

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La presidenta de la Junta, Susana Díaz, con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

Nada ha cambiado en el PSOE en esta semana con respecto al ‘no es no’ de Pedro Sánchez a la investidura de Mariano Rajoy. Sin embargo, los barones socialistas se sienten incómodos ante tanto silencio. Ratifican que tiene que ser el secretario general quien dé la cara y transmita los próximos pasos a seguir de la formación.

Mientras, los presidentes regionales no se quedan quietos y ya estarían calculando lo que llaman: un “reparto proporcional” de abstenciones en función de las federaciones. Esto significa que en caso de que se aprobase una abstención del PSOE, tendrían que participar diputados de distintas federaciones. Desde Andalucía no quieren cargar con este peso, que supone toda una bofetada a esa parte del electorado socialista que sigue empeñado en el ‘no’ a Rajoy.

Si el PP, finalmente, consigue el apoyo de Ciudadanos sumaría 169 diputados. A éstos se sumaría la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, quien ya ha asegurado que está negociando con los populares y fuentes conocedoras aseguran que podrían anunciarlo tras el ‘sí’ de la formación de Albert Rivera.

No descartan una consulta a la militancia

Con 170 diputados la cosa cambia en el PSOE. Al menos, para los barones y cercanos a Sánchez que anunciaron al principio que si el PP se movía y conseguía más apoyos, los socialistas revisarían su postura. Es el caso del extremeño Guillermo Fernández Vara cuando dijo en público que si Rajoy conseguía 170 diputados, “a ver quién es el guapo que, a pesar de ello, dice yo tengo 85, 71 o 14 (diputados) me opongo. ¡Pero, en qué cabeza cabe!”.

Sánchez sigue en sus trece y advierte que no va a convocar un nuevo Comité Federal que cambie su ‘no’. Sin embargo, los barones no se lo van a permitir y calculan que “en última instancia puede salir con alguna de las suyas”, comentan a este medio. Algunos presidentes autonómicos consideran que Sánchez podría consultar a las bases sobre la abstención a Rajoy. Pero, los críticos sopesan que “por mucho que le pese y si Rajoy consigue los 170 diputados, el PSOE se tendrá que abstener”, señalan. Con este panorama, a Rajoy solo le harían falta 11 abstenciones socialistas para conseguir pasar la investidura.

Bajo este contexto, los barones valoran un reparto proporcional de abstenciones de las federaciones para no dejar solos a los andaluces. De lo contrario, podría salirle muy cara la jugada a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, de cara al próximo Congreso si decide presentarse y descabalgar a Sánchez de la Secretaría General. Ella lo sabe y podría estar avisando de este requisito.

Hasta el momento el sector más crítico del PSOE en el Parlamento es el andaluz que cuenta con 20 diputados ‘rebeldes’ dispuestos a ‘ausentarse’ durante la segunda votación del Pleno de investidura si hiciera falta y si, finalmente, se pacta la abstención. También cuatro diputados extremeños de Vara están más que dispuestos si Sánchez no pacta los Presupuestos Generales del Estado de 2017 con Rajoy.

Fernández-Vara sabe que podría ver mermados sus ingresos para defender su territorio el año que viene. Y los diputados de Castilla-La Mancha capitaneados por Emiliano García-Page se encuentran en la misma posición. Ante esto, los dirigentes críticos buscan equidad y el reparto de federaciones, en lugar de salir los 11 diputados andaluces, por ejemplo.

Afínes y críticos ven inevitable la pugna

Los cargos que apoyan a Sánchez y otros que están alineados con el sector crítico dan por hecho que tendrá rival que le hará sombra para aspirar a la secretaría general. Los socialistas tienen previsto convocar su 39 Congreso Federal ordinario una vez que se constituya el nuevo gobierno, con el cometido de elegir al secretario general y la nueva Ejecutiva.

Después de meses de desencuentros entre Sánchez y algunos de los barones de más peso y debido al empeoramiento de los resultados de las dos elecciones generales, la división en el partido se ha consolidado y ha ido abonando el terreno para la pugna por el poder.

«Va a haber un choque de dos modelos de planteamiento del partido», vaticina a EFE un cargo de una de las federaciones críticas, que consideran que tiene que haber un cambio de liderazgo que enderece el rumbo. Según su análisis, desde que Sánchez, al poco de llegar a la secretaría general en julio de 2014, empezó a tomar decisiones sobre las que discrepaban algunos de los barones territoriales, «se ha alejado cada vez más de ellos» hasta el punto de ser impensable la reconciliación.

«Si Díaz se presenta van todos detrás»

Los que respaldan al líder también asumen que «hay un sector decidido a plantar batalla», que «son aquellos que nada tienen que perder», según indica uno de los dirigentes provinciales afín a Sánchez. No obstante, advierte: «Quienes tienen que perder, tienen dudas, porque abrir una guerra a nivel federal también es abrirla en cada federación, por lo que no les va a salir gratis y les generará una oposición interna».

Aunque guarda silencio sobre sus planes, todas las miradas apuntan a la presidenta andaluza como la candidata que está llamada a dar el paso. «Están de acuerdo casi todos. Si Susana Díaz toca el pito, van todos detrás», presagia un histórico del PSOE.

La discreción de Díaz responde, según un miembro del Comité Federal, a que está «expectante», pero no quiere que se vea que interfiere en la postura de la dirección sobre Rajoy. «Tiene hermanos mayores, como Felipe (González) que ya le hacen el trabajo y no tiene que gastar energía», añade este cargo.

La incógnita es si en la elección del secretario general pesará más la simpatía de las bases, que son las que votan en las primarias y que, aparentemente, se inclinarían por Sánchez, o la influencia de los aparatos de las federaciones, donde el peso de Andalucía daría ventaja a Díaz.

Entre los críticos, unos defienden que en el PSOE, «el que manda es el Comité Federal» y «si confluyen la mayoría de los barones, Sánchez no tiene nada que hacer». El secretario general, en cambio, se ve fuerte porque «si tienes el respeto de la militancia, tienes el respeto de los barones», señalan en su entorno.

La hipótesis de la ‘tercera vía’

«El apoyo de las bases es lo más importante que tiene él. Cuando se encuentra en una situación de amenaza, siempre recurre a ellas», analiza un diputado socialista. Si Rajoy finalmente logra la investidura y relega al PSOE a la oposición, los partidarios de Sánchez están convencidos de que aun así se presentaría a la reelección y que «aguantaría con claridad».

«Si algo le caracteriza, es la voluntad. Cualquiera, con las presiones que está teniendo, hubiera abandonado. Zapatero no quiso dar la cara tras salir del gobierno y Pedro ha aguantado una situación muy dura con un desgaste físico y emocional tremendo», enfatiza una de las fuentes.

El único escenario que evitaría el combate en el congreso sería que Sánchez lograra llegar a la Moncloa de la mano de Podemos y otros partidos, lo que Díaz y los principales barones han rechazado desde el inicio sabedores de que eso le reforzaría. «En cualquier otra hipótesis, seguro que habrá batalla», señala una de las fuentes.

Entre los miembros de perfil más conciliador dentro de la Ejecutiva, tratan de hacer ver a los críticos que «lo mejor no es fagocitar a los líderes» ya que «los proyectos son al menos a medio plazo». Otros en Ferraz dejan caer una tercera vía, puesto que «entre Pedro y Susana puede haber más gente» que genere el consenso de todos. Aunque se da por hecha la batalla, hay coincidencia en que «todo está muy parado ahora» y nadie se moverá hasta que haya gobierno, pero «inmediatamente después, se pondrá fecha» al congreso.

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