Marjaliza dice que financió al PSOE y al PP y que dio 30.000 € a la ex ‘ciudadana’ Borox

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Francisco Granados y David Marjaliza en una imagen de archivo.

David Marjaliza, presunto cerebro de la ‘trama Púnica’, acusó al PSOE y al PP de la Comunidad de Madrid de haberse beneficiado de sus mordidas por obras y adjudicaciones urbanísticas. En la declaración de junio de 2015 ante el juez Eloy Velasco, Marjaliza tuvo para los dos partídos, e incluso para el emergente Ciudadanos, a cuya número tres en Valdemoro, Eva Borox, acusó de haber callado a cambio de 30.000 euros.

Según Marjaliza, el ex consejero madrileño Francisco Granados se hacía con el 20% de las operaciones inmobiliarias que su empresa desarrolló en Valdemoro cuando éste era alcalde, a través de una sociedad en la que figuraba la mujer de su jefe de gabinete, Ignacio Palacios.

El empresario cabecilla de la trama Púnica pagó 30.000 euros a la número 3 de Ciudadanos Eva Borox, en su etapa como concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Valdemoro. El pago estaba destinado «a que no hiciera mucho ruido» y se posicionara a favor de determinadas adjudicaciones que convenían a la trama. «Era la portavoz del PSOE en Valdemoro y, en un momento dado, interesaba que votara a favor o se abstuviera en determinadas votaciones», explica el empresario en el interrogatorio, al que ha tenido acceso Europa Press.

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Eva Borox.

Según Marjaliza, fue «José Miguel» –en referencia al alcalde de la localidad José Miguel Moreno Torres– el que le pidió que hablara con ella. «Fue en la legislatura que comenzó en 2007», precisó el que fuera amigo de la infancia del ex secretario general del PP madrileño, Francisco Granados.

Borox dimitió como diputada en la Asamblea de Madrid después de que se hiciesen públicas unas imágenes en las que aparecía acompañada de Marjaliza. Aseguró que no tenía relación con él y que simplemente lo conocía por ser un vecino de Valdemoro.

Mordidas en el Pinto socialista

La trama Púnica también pagó contraprestaciones al alcalde socialista de la localidad madrileña de Pinto, Antonio Fernández, por la construcción del proyecto comercial y empresarial Plaza Éboli, según declaró el cabecilla de la trama, David Marjaliza, ante el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco.

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Antonio Fernández, ex alcalde de Pinto.

En los audios de este interrogatorio, practicado en junio de hace un año y a los que ha tenido acceso Europa Press, Marjaliza precisa que esos pagos no fueron realizados directamente por él, sino por el considerado su mano derecha, el también empresario José Luis Capita.

«No recuerdo si eran sobres porque no los llevé yo, pero seguramente sí», dijo el empresario al juez. «¿Cobró algún cargo público?», se le preguntó y Marjaliza contestó: «Sí, sí, Antonio». El empresario indicó que los pagos tuvieron lugar hace una decena de años y, por ello, el posible delito cometido estaría prescrito en este caso.

«Allí lo que se hizo fue un concurso con el grupo Sonae portugués. Nosotros nos quedamos con la parte del hotel y las oficinas y el grupo Sonae con la parte comercial», aseguró.

Antonio Fernández estuvo al frente de la alcaldía de Pinto durante diez años, entre 1995 y el año 2005. Un juez le condenó en 2014 a pagar una multa por un delito de coacción y acoso laboral contra Paloma Crespo, trabajadora municipal de Aserpinto. La sentencia fue anulada por la Audiencia Provincial, que ordenó repetir el juicio.

La corrupción en Valdemoro

Durante las 13 horas de confesión el pasado mes de junio ante el juez del caso Púnica, Eloy Velasco, a las que ha tenido acceso Efe, Marjaliza explicó que cuando Granados llegó a la alcaldía él era un «promotor mediano» y, como la política del suelo «depende de la potestad municipal, empezamos una relación más fluida».

Marjaliza hizo estas declaraciones durante tres días en junio de 2015 y unos meses después, en diciembre, Velasco le impuso una fianza para salir de prisión al entender que había colaborado de forma positiva con la investigación.

Ambos se habían conocido, dijo, en Alianza Popular y luego siguieron caminos diferentes, Granados en la política y Marjaliza como promotor, pero retomaron la amistad cuando el popular alcanzó la alcaldía de la ciudad del sur de Madrid.

Fue entonces, prosiguió Marjaliza, cuando Granados le propuso aliarse con otro promotor mayor de la zona, Ramiro Cid Sicluna, para crear juntos una sociedad inmobiliaria en Valdemoro. Marjaliza dijo no recordar el nombre de esta empresa, alegando que llevaba ocho meses «perdido», aludiendo a su estancia en prisión. El presunto jefe de la trama abandonó la cárcel unos meses después tras abonar 100.000 euros de fianza.

«Ahí empieza el tema», destacó Marjaliza, al relatar que finalmente la sociedad la constituyó con ese promotor y la mujer del jefe de gabinete de Granados, Ignacio Palacios, a la que correspondía un 20% de las ganancias, si bien ese dinero era realmente para el ex consejero madrileño.

Marjaliza relató además cómo Granados les animó a él y a Cid Sicluna a juntarse «para ayudarnos recalificando suelo» y obtener así un porcentaje de las ganancias derivadas de las operaciones inmobiliarias. Así, según su versión, desde 1999 hasta 2007 Granados se llevó entre 3.000 y 6.000 euros por cada vivienda que él promovía.

«En dinero contante y sonante»

«Si se adjudicaban los suelos a un determinado precio, tú lo pactabas y lo pagabas», prosiguió, a lo que siguieron una serie de preguntas y respuestas del juez: «¿Y cómo se pagaba?». «Con dinero». «¿En mano?». «Claro». «¿Contante y sonante?. «Claro». «¿Y se lo llevaba el señor Granados?». «Claro».

Según Marjaliza, las comisiones se daban normalmente en mano a Palacios y en ocasiones a Granados. El imputado dijo que era sencillo para el Ayuntamiento adjudicar las promociones a una determinada empresa porque los pliegos eran «tan amplios que es fácil que haya una decisión política a un lado u otro, y eso no hay técnico que pueda tumbarlo».

«Pero Granados no estaba en la mesa de negociación, ¿bastaba con una indicación política?», le preguntó entonces el juez, a lo que contestó: «Sí, con una indicación política bastaba, había tanta subjetividad que era muy fácil».

De hecho, él ya sabía con antelación los terrenos rústicos que debía comprar porque se iban a recalificar a urbanizables, gracias a las reuniones que mantenía con Granados, quien le decía qué suelo adquirir.

Financiación al PSOE de Madrid

David Marjaliza, presunto cerebro de la trama Púnica, aseguró ante el juez Eloy Velasco que pagaron «mítines, banderolas, bebidas, muchas cosas» al PSOE de Parla (Madrid) a cambio de la adjudicación de «seis o siete parcelas» para la construcción de viviendas.

«Me decían, ¿quieres viviendas en este suelo? Sí. Preséntate a este concurso. Nos presentábamos a veinte parcelas y nos adjudicaban cuatro. En el caso de Parla nos adjudicaron seis o siete por un total de 400 y pico viviendas», relata el cerebro de la trama.

Asegura que el intermediario en esas negociaciones era su socio y ex alcalde de Cartagena (Murcia) José Antonio Alonso Conesa, a quien la trama daba el dinero para las comisiones, y tiene claro que en el 98% de las adjudicaciones de viviendas protegidas se pagaban comisiones.

Marjaliza dijo no saber cuánto se pagó por esas adjudicaciones, pero insiste que fueron «muchas cosas», incluidos mítines «a los que fue Felipe González», banderolas y bebidas. Según su testimonio, en ese caso había una petición «de partido».

En esas facturas ponía «banderolas del Partido Socialista», añade el empresario, quien reconoce que tuvieron que «ir corriendo a cambiar todas las facturas». «Yo, con una promotora, como podrá comprender no utilizo banderolas del Partido Socialista para nada. Entonces se cambiaron las facturas a ‘eventos o no se qué’.

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