La CUP impone su programa a Colau: más gasto y eliminar los antidisturbios de la Guardia Urbana

Ada Colau.
Ada Colau (Foto: GETTY).

Gerardo Pisarello, teniente de alcalde de Barcelona, ha anunciado el desmantelamiento de la unidad de de antidisturbios de la Guardia Urbana al tiempo que se conocía el acuerdo de Barcelona en Comú y de la CUP para la aprobación de los presupuestos municipales de 2016. Los independentistas radicales de izquierdas han logrado imponer su programa a los de Ada Colau, que logran aprobar unas cuentas públicas para el consistorio barcelonés, pero no las suyas.

Si el refranero español se puede aplicar en Cataluña, una región que pertenece al Reino de España, cuando el río suena agua lleva. Y si además de que los policías municipales de Barcelona ya no van a tener cuerpos de intervención rápida se conoce que el Ayuntamiento a aumentar el gasto en más de cinco millones de euros para partidas de gasto social reclamadas por los concejales de la CUP, todo encaja. Hay acuerdo para los presupuestos, y su sesgo ideológico es el de la formación que ya aprendió en otoño a estirar las negociaciones hasta lograr sus objetivos maximalistas. Entonces acabaron con Artur Mas a cambio de apoyar a Junts pel Si en el Parlament. Ahora, las concesiones de Ada Colau la mantienen en el sillón de alcaldesa, pero ¿a cambio de qué?

Las locuciones latinas que han permanecido en el acervo actual lo han hecho por la universalidad de su aplicación. Y quien antes de que lo acusen de nada ya está justificándose lo que logra es desnudar su culpa. Excusatio non petita, accusatio manifesta, reza el latinajo. Y es lo que ha hecho el primer teniente de alcalde de Barcelona, Gerardo Pisarello, cuando confirmaba este miércoles que la Guardia Urbana dejará de hacer funciones de antidisturbios por una «convicción» de Barcelona en Comú. Curiosamente, esa convicción se expresa el día del acuerdo.

Pero además el equipo de Colau ha recrecido el gasto social al dictado de los independentistas radicales en más de 5,2 millones de euros, que se suman a los 275 ya comprometidos por el equipo de gobierno. Se amplían las ayudas al alquiler de vivienda y además se crean partidas con nombres tan genéricos y posibilistas como la dedicada a la lucha contra la «feminización de la pobreza».

Colau, que sólo cuenta con 11 de los 41 concejales que componen el Ayuntamiento barcelonés, tuvo que retrasar el pleno para el debate y aprobación de los presupuestos el martes 26 de abril. Lo hizo a última hora cuando las negociaciones con los anticapitalistas se rompieron y quedó claro que no lograría sacar adelante las cuentas.

La convicción que el gobierno municipal dice tener es que el cuerpo de la Guardia Urbana debe llevar a cabo labores de proximidad y que las funciones antidisturbios no son propias de la Guardia Urbana», ha dicho Pisarello a preguntas de los periodistas. «Cualquier otra interpretación que se quiera dar pretende generar una confusión para no tener el debate presupuestario que tendremos mañana», ha añadido Pisarello en alusión a la portavoz municipal de CiU, Sònia Recasens, que denunció un «pacto oculto» entre BComú y la CUP para eliminar la unidad antidisturbios de la Guardia Urbana.

El primer teniente de alcalde ha asegurado que esta supresión de las unidad antidisturbios «no es consecuencia del grupo de trabajo que tenemos con la CUP [de cara a aprobar una ampliación de presupuestos municipales de 275 millones de euros], sino que es una convicción del gobierno municipal que se expresó desde un primer momento».

Fuentes municipales han explicado a Efe que este proceso de remodelación de la Guardia Urbana ya está contemplado en el Plan Director de la policía municipal para hacerla un cuerpo de proximidad porque las tareas de orden público y antidisturbios son competencia de otro cuerpo policial.

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