El sustituto de Puigdemont puesto a ‘dedo’ no dura ni dos meses

Ballesta
Albert Ballesta, ex alcalde de Girona y sustituto de Puigdemont. (Foto: EFE)

Apenas llevaba dos meses de mandato y el sustituto de Carles Puigdemont, Albert Ballesta, abandona su cargo como alcalde de Gerona y como concejal. Desde su partido indican a OKDIARIO que la dimisión tiene el objetivo de permitir que se apruebe el equipo de Gobierno tras el rechazo que obtuvo en pleno de toda la oposición, con la excepción del PP. Sin embargo, el propio Ballesta salió una hora más tarde recriminando a ERC presiones por las que se hizo insoportable la situación y ha tenido que abandonar. Los que conocen bien el asunto en el consistorio apuntan que «ambas partes tienen lo suyo», en cuanto a los reproches y maniobras para erosionar el gobierno y las ‘Ballestadas’, como algunos llaman a los actos «o hazañas de subirse el sueldo hasta 75.000 euros, y que el resto le aplaudiera» o su propia elección a ‘dedo’ «cuando figuraba el número 19 en las listas de Convergencia», señala un concejal.

‘Las Ballestadas’

Ballesta fue elegido a ‘dedo’ tras la salida del que ahora es president de la Generalitat, Carles Puigdemont. Figuraba el número 19 en las listas y, según apuntan, la decisión enfadó a más de uno en ERC. Su designación obligó a renunciar a 17 miembros de la lista que encabezó el actual president, nueve de ellos concejales electos. Polémico fue hasta el pleno de investidura que tuvo que repetirse de nuevo al no haber jurado ni prometido el cargo. Ahora, la sustituta será la primera teniente de alcalde Marta Madrenas. Un nombre que ya estuvo sobre la mesa antes del ‘dedazo’ y que las tensiones en el seno de CiU obligaron a no elegir.

Desde la oposición indican que las tensiones siguieron en aumento cuando Ballesta no consiguió los apoyos suficientes para subirse el sueldo. Indican que no ayudó nada que su primera medida fuera proponer un aumento de sueldo. A última hora, Ciudadanos se cayó en apoyos y el edil no consiguió su deseo solo con los votos del PP. Los republicanos le exigían un sueldo menor y que recortara cargos de confianza. No cumplió ni lo uno ni lo otro, explican a este medio. El alcalde aseguró ese día que no estaba «reclamando nada que no sea equiparable en comparación a otros consistorios y alcaldes de pueblos y ciudades similares a las de Girona». Criticó que Puigdemont como era diputado solo cobraba las dietas. Finalmente, se fijó el sueldo en 68.500 euros para contentar a ERC, tal y como se explicó desde el consistorio.

Este martes, Ballesta siguió excusándose con lo del salario llegando a decir que lo de ERC ha sido una «campaña de erosión descarnada» que en muchos casos, recordó, ha rozado aspectos personales «que me han dolido profundamente» como el hecho de tener que pasar por alguien que ansiaba un gran salario. «Es injusto, cuando tenía un salario mejor y una opción laboral más confortable antes de promover mi candidatura a la alcaldía».

Tanto llegó la ‘sangre al río’, como así explican, que el propio Parlament tuvo que mediar en alguna reunión ‘in extremis’ celebrada estas últimas semanas para que Convergentes y socialistas desbloquearan la situación. «Se llegó a una situación extrema con tonos muy duros entre unos y otros», relatan.

El propio Ballesta, en rueda de prensa, ha expresado que su primera opción desde el principio fue negociar Gobierno con ERC y las propuestas «fueron rechazadas o con condiciones que las hacían imposibles» y recordó que tampoco Puigdemont lo consiguió años antes. Ante esta situación y según el edil de Girona: «He priorizado la estabilidad y el máximo acuerdo huyendo de la táctica de ducha escocesa», en referencia a los separatistas a los que les acusa de los grandes «filtradores» de su Gobierno.

Ahora su renuncia anima a los socialistas a apoyar a su sustituta y algunos ya comentan que «a mal tiempo buena cara porque se suma el pacto con los socialistas». Un acuerdo que permite gobernar con la mayoría que los grupos impidieron a Ballesta. Para cortar la polémica desatada ha tenido que intervenir la portavoz de Puigdemont, Neus Munté, ‘quitando hierro al asunto’ y diciendo que se trata de «dinámicas locales» para justificar los movimientos de su partido y la ruptura de ERC. Ahora las cosas van más allá y a la propuesta de CDC de repetir coalición junto a ERC en caso de que haya generales en junio, los separatistas dicen «no». 

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