Sólo Aznar se acuerda del 20 aniversario de la primera victoria del PP en unas generales

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Rajoy, Álvarez Cascos, Aznar, Botella y Rato, en la noche del 3 de marzo de 1996.

En pleno debate de investidura, rodeados del ruido del fracaso de Pedro Sánchez en primera votación, atentos al insufle de ánimos para la bancada popular que supuso el discurso de Mariano Rajoy, aturdidos por dos meses y medio de gobierno en funciones tras el varapalo en las urnas… nadie en el PP se ha acordado de que este jueves se cumplen 20 años de la primera vez que ganaron unas elecciones generales.

Sólo el presidente de honor popular, y líder entonces del partido, ha levantado el dedo en su página web personal para pedir la palabra y algo de atención, con un mensaje sencillo, pero reivindicativo. De su figura, de su equipo y de aquella España que hoy queda tan lejos.

Para Aznar, hoy presidente de FAES, la fundación afín al PP pero cada vez más aislada, reivindica aquella victoria como una recompensa «al esfuerzo de mucha gente que creía que España debía y podía tener un Gobierno distinto».

Hace 20 años, en España había terrorismo. Decenas de jueces, fiscales, policías, guardias civiles, funcionarios y políticos caían a tiros y bombazos de ETA. De ellos se ha acordado Aznar en su mensaje.

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Captura de la home de la web de José María Aznar.

Así lo recuerda Aznar, comprometido con «todos los que dieron su vida por ese proyecto comprometidos con España y la libertad». «A todos ellos, gracias».

Hace 20 años, su Partido Popular se avino a llegar a acuerdos con los partidos nacionalistas mayoritarios en Cataluña y País Vasco. Acabó con la figura del gobernador civil, cedió la recaudación del 15% del IRPF a las Comunidades Autónomas… y habló catalán en la intimidad.

Hace 20 años, Aznar se acababa de cargar a Gabriel Cañellas como líder ‘popular’ en las Islas Baleares, por las sospechas de corrupción que le perseguían. Dos décadas después, su sustituto (y luego ministro con él en la Moncloa), Jaume Matas, se sienta en el banquillo del caso Urdangarin, ha visitado la cárcel y le aguardan aún varios juicios por su mal manejo de los dineros públicos.

Hace 20 años, ganó por primera vez las elecciones generales en democracia un partido de derechas («de centro derecha reformista», tras aquel congreso de Sevilla) y acababa la Transición para muchos.

Dos décadas después, Aznar dice mantener su «deuda de gratitud» con los españoles que le dieron su apoyo y con todos los que hicieron posible ese triunfo y «trabajaron para dejar un país mejor que el que recibieron».

Hoy, José María Aznar es sólo el presidente de honor del partido; casi nadie lo refiere como inspiración; ha estado los cuatro años de Rajoy en la Moncloa recordando que «las esencias del PP se están perdiendo»; en la última campaña no tuvo protagonismo alguno… y este jueves se ha quedado solo recordando una victoria electoral histórica. Y lo que es más sangrante para él: una obra política que acercó a España al grupo de cabeza de Europa en lo económico y lo social, que llevó al país al euro, al equilibrio presupuestario, a la cifra más baja de paro de la historia, el 8%…

Así lo recuerda el ex presidente en su web. Un Gobierno «reformista, enérgico, que colocó a España entre las mejores democracias del mundo desde la confianza en la capacidad de los españoles» y con el que nació «un proyecto nuevo respaldado con acuerdos muy amplios con distintas fuerzas políticas que culminaría cuatro años después con la confianza de una gran mayoría de españoles». La mayoría absoluta de su segunda legislatura en la Moncloa.

Hoy, nadie en el Partido Popular ha reivindicado su figura. Lo penalizan los casos de corrupción encadenados que germinaron en algunas regiones durante los años en los que él ejerció el poder, y hoy explotan uno tras otro. Aunque nadie ha podido relacionarlo a él con ninguno de ellos, ni por acción ni por omisión. Pero sobre todo, lo penaliza el esfuerzo de supervivencia del actual líder, Mariano Rajoy, a quien él señaló para sucederlo y hoy, 20 años después, lo mantiene olvidado, recluido en una FAES a la que el Gobierno (del PP) recorta subvenciones y en una pequeña página web.

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