Elecciones Generales 2015

¿Por qué los dos grandes tienen más posibilidades de ganar?

Mariano-Rajoy-Pedro-Sánchez
El presidente del PP, Mariano Rajoy, junto al líder del PSOE, Pedro Sánchez. (Foto: EFE)

Los sociólogos sienten vértigo estos días después de realizar y elaborar las últimas encuestas. Existen mucha dificultad para estimar cual será el resultado final y, sobre todo, como se traducirá el voto en escaños. Estas últimas jornadas son claves porque el voto indeciso de las provincias pequeñas va a ser determinante. ¿Por qué? Pues por arte y gracia de una persona que protagoniza estos comicios: Víctor d’Hondt, el jurista belga que da nombre a la fórmula de reparto de escaños en el Congreso.

Este sistema, cuando se aplica en las circunscripciones pequeñas y medianas, favorece siempre a los partidos mayoritarios. Sobre todo, al más votado en cada provincia. Y es justo ahí donde va a estar la llave de las elecciones del próximo 20-D. A continuación explicamos como funciona exactamente la tan nombrada Ley d’Hondt.

En primer lugar, imaginemos que una circunscripción en la que se eligen 5 o 7 diputados tiene los siguientes resultados:

tabla_1

Para aplicar la fórmula d’Hondt, dividimos progresivamente entre 1, 2 y 3 los sufragios totales de cada partido:

tabla_2

Y a continuación efectuamos el reparto de los escaños de cada partido. ¿Cómo? Asignamos el primero a la cifra más alta de las divisiones resultantes. Y seguimos la asignación progresivamente, con la cifra siguiente más cercana. Si se eligieran 5 diputados, los dos partidos más votados tendrían 2 escaños cada uno, y el tercer partido, sólo 1.

tabla_3Sin embargo, si en esta misma circunscripción se eligieran dos diputados más (7 escaños) comprobaríamos con sorpresa que los dos partidos más votados suman uno cada uno hasta tener 3, mientras el tercer partido sigue conservando tan sólo 1.tabla_4Los dos escaños adicionales se los habrían repartido las dos formaciones que han obtenido más sufragios, aunque la distancia de voto real con el tercero no sea tan significativa para este castigo. He ahí para muchos la «injusticia» del sistema d’Hondt.

¿Por qué será decisivo el próximo domingo?

Es muy sencillo: las siete circunscripciones más pobladas eligen «solamente» a 127 de los 350 diputados. Entre ellas destacan Madrid, con 36; Barcelona, con 31; o Valencia, con 15. Es aquí donde los partidos emergentes van a tener sus mejores resultados. En primer lugar, porque en las grandes ciudades es donde más fácil arraigan y comienzan los cambios sociales y políticos pero, sobre todo, porque en estas ubicaciones es donde la «corrección» del sistema d’Hondt en favor de los partidos más votados es prácticamente insignificante. El reparto es muy proporcional y está más relacionado con el porcentaje de votos obtenidos.

Sin embargo, la clave está en el resto de demarcaciones. De los 350 asientos en la Carrera de San Jerónimo, 103 diputados se eligen en 28 circunscripciones de cinco o menos diputados como, por ejemplo, Huesca (3) Salamanca (4) o Ciudad Real (5). Además de estos, otros 120 escaños provienen de entre 6 y 9 escaños. Entre ellas, Pontevedra (7) o Toledo (6). Es decir, una amplísima mayoría de 223 diputados van a conseguir su acta en demarcaciones de 9 o menos escaños, bajo la directísima influencia del señor d’Hondt y su sistema de reparto.

Como hemos explicado anteriormente, este sistema impulsa y beneficia a los partidos más votados tanto en las pequeñas como en las medianas circunscripciones. Especialmente, al primero siempre que consiga una distancia significativa con el segundo o el tercero. Si tomamos como buenas las últimas encuestas de esta semana, el PP sería el partido más votado en 35-38 provincias. He ahí donde puede surgir la sorpresa. Unos pocos votos, apenas centenares en esas provincias, van a marcar una importante diferencia y la posibilidad de obtener un resultado en escaños por encima de lo que se contempla en los últimos estudios demoscópicos y, por lo tanto, la posibilidad o no de poder formar gobierno. Tanta puede ser la diferencia que podría pasar de los 120-125 escaños, como auguran algunas proyecciones, a conseguir 145 escaños, incluso más. Debido al sistema d’Hondt, algunas provincial pueden ser claves. Son las menos pobladas, las más rurales, las más envejecidas pero los resultados que arrojen podrían marcar la futura gobernabilidad en España.

Un ejemplo de esto último serían provincias como Teruel o Zamora, donde existe la posibilidad de que el Partido Popular, el más votado, pudiera perder el segundo diputado de los tres en liza. Para que ese escaño lo recogiera un tercer partido, esta última formación tendría que conseguir más de la mitad del porcentaje de voto obtenido por el PP. Si tomamos a Teruel como ejemplo, algunas encuestas pronostican que los populares obtendrían un 32% y Ciudadanos, terceros, un 20%. Por lo tanto, el PP perdería su segundo diputado ya que no conseguiría el 40% de los votos.

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Sin embargo, busquemos otro ejemplo: Cuenca. Según las últimas encuestas, el PP descendería hasta el 46% pero doblaría tanto a Ciudadanos (18%) como a Podemos y conservaría su segundo diputado frente a un tercer partido.

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Al igual que sucede en Teruel o Cuenca, hay ocho provincias en España con tres escaños. En otras siete circunscripciones, el número de diputados es cuatro. En la mayoría, el PP parece que será el claro ganador. Si sumara en ellas un segundo escaño en detrimento del tercer o cuarto partido, el resultado sería muy distinto. En las pequeñas y medianas circunscripciones de Castilla y León, Castilla La Mancha, Galicia y Aragón, el PP podría obtener en torno al 40%. En esas provincias, doblar o no al tercer partido va a ser clave por el sistema d’Hondt. Y en estos lugares particularmente, los emergentes tienen dificultad para superar el 20%. Si esto fuera así, no conseguirían representación.

Por este motivo, el Partido Popular intenta movilizar a sus votantes indecisos en estas provincias de cara al próximo domingo y así aumentar unos puntos su porcentaje de votos. El objetivo fundamental es doblar al tercer partido en tantas circunscripciones como sea posible.

Otra realidad que podría favorecer al PP es la fragmentación de la «oposición». Los tres o cuatro partidos que están detrás de ellos en muchas provincias donde van a ganar se encuentran a bastante distancia de los populares en porcentaje.

La importancia de la participación

Nunca en nuestra democracia se ha producido una confluencia de factores que haga tan impredecible el reparto de sufragios. En esto incide una participación que se preve histórica, un altísimo número de indecisos, ya que alrededor de 7 millones de personas manifiestan aún dudas en su voto, y, lo principal, una altísima competitividad, motivada por la presencia de cuatro partidos políticos con porcentajes de voto que estarán situados entre el 15 y el 30%. Algo inaudito en nuestra democracia.

Por lo tanto, y teniendo en cuenta lo explicado anteriormente, el voto indeciso en las ubicaciones pequeñas va a ser más decisivo que nunca. El señor d’Hondt nos va a tener toda la noche del domingo en vilo mientras esperamos el resultado final. Un puñado de escaños pueden decidir mayorías de gobierno y pocos votos decidirán esos escaños. Si la vanguardia de los cambios radica en las grandes poblaciones, en estos comicios, el mundo rural, la pequeña provincia española va a ser —gracias a un señor belga— más decisiva que en ninguna otra ocasión. El próximo 20 de diciembre, saldremos de dudas sobre la influencia de Víctor d’Hondt en la futura configuración de España.

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