Catalá inaugura la nueva sede de la Audiencia Nacional entre protestas por sus estrechas oficinas

Audiencia-Nacional
Protestas ante el ministro Catalá. (Foto: Getty)

Rafael Catalá ha inaugurado este jueves la nueva sede de la Audiencia Nacional con las protestas de sus trabajadores de fondo. Construida sobre el viejo edificio de la calle Génova, la instalación agrada a pocos.

Sin ir más lejos, el pasado mes, recién acabadas las obras, se inundaron los calabozos. Los empleados aseguran que las oficinas van a la par y denuncian «condiciones infrahumanas» al tiempo que los despachos de jueces y fiscales parecen «salones de baile».

El ministro ha pasado por alto las quejas y celebrado la «modernidad y la transparencia» del edificio, cualidades que, ha opinado, deben caracterizar a la Justicia en España.

«Es un edificio con absoluta dignidad, sin lujos ni excesos pero con un evidente compromiso de calidad», ha afirmado Catalá, acompañado de otras autoridades del ramo.

Con camisetas amarillas y con el lema ‘Sin Justicia no hay derechos’, los trabajadores de la Audiencia han pedido al ministro «menos inaugurar y más solucionar».

La nueva sede, de 11.500 metros cuadrados en su edificio principal y 3.500 más en dos plantas subterráneas bajo el parque de la plaza de la Villa de París, frente al Tribunal Supremo, ha costado 27 millones de euros.

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