Las modernas bodegas españolas: aire fresco para el mercado internacional

vino
Un trabajador en la vendimia (Foto: GETTY).

En los últimos años hemos oído con frecuencia que la exportación de vino español está en pleno crecimiento, debido a la apertura de «mercados emergentes» y nuevas estrategias comerciales. Pero, ¿es oro todo lo que reluce?

Para entender la situación de España en el extranjero, tomemos el caso de Reino Unido, que es el mayor importador del mundo de nuestros vinos. Hay dos características que definen este mercado:

1 El producto que más se vende en el país británico son los vinos económicos y de gran tirada. Son muchas las bodegas españolas que crean «trajes a medida» para poder entrar en las grandes cadenas de distribución como Sainsbury’s o Tesco.

2 Además de este hándicap, el mercado está saturado de las clásicas denominaciones como Rioja, Ribera o Rueda. Han sido muchos años de exportación trabajando con las mismas bodegas: todas ellas tienen similar imagen de marca y variedades.

La situación en Reino Unido se puede extrapolar a cualquier país, porque los importadores ya están repletos en cuanto al vino español se refiere. Por suerte, España no es el único país en esta tesitura. Grandes productores como Francia e Italia también sufren la saturación de sus vinos en estanterías y cartas de vinos extranjeras.

¿Dónde está entonces la oportunidad? En la novedad. Diferentes  denominaciones de origen a las clásicas y nuevas bodegas con enólogos y vinos innovadores. Y otra forma de entender (y vender) el vino.

Así lo confirma Domingo Robledo, director de exportación de Bodegas Habla: “los vinos del nuevo mundo tienen mucho que ver en este nuevo enfoque. Ellos saben que para introducirse en un mercado hay que ser diferente, fresco y moderno. Y en ocasiones atrevido. Los estudios de mercado demuestran que el consumidor, especialmente el joven, busca variedad y marca: se están alejando de etiquetas pomposas y clásicas”.

Un excelente ejemplo de innovación es la realizada por la marca australiana Yellow Tail. Y con toda intención no utilizo la palabra bodega: lo que venden es marca.

Bien, pues Yellow Tail ha arrasado en los mercados. ¿Cuál es la razón de su éxito?  Vinos modernos, con poca madera y mucha fruta. Una imagen alegre, joven y fácil de identificar. Y con una calidad/precio imbatible. Puedes ver la imagen de la que hablamos en su web.

¿Cómo empezaron? La familia Casella, de origen italiano, lleva produciendo vinos en Australia desde 1971. Pero  el boom llegó en el 2001, cuando creó la mencionada marca. Imagen innovadora, con vinos jóvenes y un estudiado marketing. Incluso con nuevos formatos de botella: individual, de 167 mililitros. Cuenta además con una interesante variedad de productos, desde vinos jóvenes a reserva. ¡Incluso vino al estilo sangría!

El primer año que se lanzaron al mercado estadounidense tenían como objetivo distribuir 300.000 botellas y acabaron vendiendo 12 millones. En el 2005 exportó a dicho país más vino que todos los productores franceses juntos.

Volvamos a España. Visto lo visto, es el momento para que vinos de Bierzo, Cigales, Toro, Extremadura, Valencia, Somontano, alcancen la gloria. En este momento son novedad en los mercados emergentes y las cosas se están haciendo bien: no tienen nada que envidiar a los omnipotentes Riojas o Riberas.

De esta novedad se están aprovechando un buen número de productores, como es el caso de Bodegas Habla. Se trata de un tipo de vino que en una cata a ciegas difícilmente podría posicionarse como español. Para Domingo Robledo “parte de nuestro éxito radica en haber creado un vino moderno, fresco e internacional. Si a esto le añadimos un marketing atrevido estamos ante un concepto nuevo. Y está funcionando muy bien en mercados que eran casi en su totalidad de consumo de vino francés como China, Hong Kong o Corea”.

Y es que ya partían con una ventaja, como la de ser de ‘otra’ denominación de origen: vinos de la tierra de Extremadura.

Lo último en Gastronomía

Últimas noticias