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Francia… ¿un nuevo cisne negro para las bolsas?

Francia
Los cinco candidatos a las elecciones presidenciales en Francia (Foto: AFP)

Abrigamos muchos prejuicios si no dudamos, alguna vez, de todo en lo que hallemos la menor sospecha de incertidumbre». René Descartes

Tras el explosivo arranque de año, como continuación del denominado efecto “BearExit”, el acrónimo que utilizamos en Blackbird para explicar el Brexit, casual y paradójicamente, como el acontecimiento que lejos de hundir nuestros mercados sirvió como elemento de capitulación del reciente mercado bajista, que arrancó tras la primera victoria populista en Europa, en la victoria de Syriza en Grecia, allá en el primer trimestre de 2.015 les suena, ¿verdad?

Contrariamente a lo que muchas veces pensamos, nuestro trabajo como Traders, como operadores de bolsa, no consiste tanto en predecir los precios, como sí en cuidar el capital. Seguir la actualidad política y económica es clave, para comprender los elementos que mueven los precios, puesto que al fin y al cabo, los mercados no son sino, que la agrupación cotizada de las principales empresas de las economías desarrolladas.

Como mantenemos hasta la saciedad en el argot bursátil; ¡los precios lo descuentan todo! lo que explica de algún modo, que a veces, el propio mercado se confía, tal vez por la fiabilidad de unos sondeos, que como estadísticas que son, pueden romperse tal y como vivimos en 2016. El Brexit y la victoria de Donald Trump, han sido dos de los elementos más complejos que han cohabitado en los mercados financieros durante 2016.

Este 2.017, por ahora parece estar liderado por la complacencia, pero Francia vuelve a recordarnos que la volatilidad, provocada por cualquier “cisne negro”, es uno de los elementos de los cuales debemos estar más advertidos. Tal y como nos enseñó Nassim Taleb; un cisne negro es un suceso aleatorio, estadísticamente improbable, o sea, algo que nos coge desprevenidos y nos genera incertidumbre, casualmente, lo que más aborrece la bolsa.

A modo de anécdota, esta semana en Blackbird, nos ha venido a la memoria el verano pasado, puesto que un compañero nuestro de profesión, afincado en la City, nos transmitió una gran preocupación sobre el Brexit hablando literalmente del apocalipsis capitalista, el sí el Leave, vencía al Remain. La City pensó en algún momento, que lo de Lehman Brothers sería un juego de niños, comparado con el Brexit. Tal vez la preocupación estaba tergiversada por los propios intereses del mercado, debido a que la City y sus intereses particulares, colisionan frontalmente con el Brexit.

Lógico, si pensamos que para los exportadores el desplome de la libra les ha venido de perlas, pero para los Traders, el desplome del GBP, les causa una pérdida en divisa exterior, del 30% ¡Nada menos!

Francia por lo tanto, ha cogido el testigo a UK y USA. Los franceses, en principio, se alejarán por los pelos del populismo de Le Pen, lo que daría alas a una Europa que ha quedado en barbecho, tras la huída de los británicos. La victoria de Le Pen, pondría en juego la supervivencia de las naciones unidas de Europa, dejando en evidencia que la memoria histórica es débil, y que los esfuerzos de Churchill, por reivindicar la victoria de la guerra sobre la paz, quedan ya para las clases de historia, debido al primer gran reto que ha colisionado en Europa, tras la segunda guerra mundial, ¡la crisis financiera!

Una derrota del populismo, daría un aire de esperanza para los europeístas, que verían la vuelta al status quo y por ende, a la normalidad; que precisamente no ha sido la norma en los ajetreados años 2.015 y 2.016, en los que salvando curiosamente a España, lo otrora imposible, es lo vigente. ¡Me refiero a los populismos, por supuesto!

En principio, la victoria de Francia sobre el populismo, daría una tregua a los inversores, puesto que como decía, la incertidumbre es lo que el mercado aborrece, pero no descarten volatilidad en esta ocasión, de manera contraria a la que vivimos tras el “Bearexit”. Tal vez se cumpla aquello de “compre con el rumor y venda con la noticia”

Las bolsas esperaban a Francia técnicamente en máximos de 52 semanas, con un cierto aroma a desgaste en el precio, que podría precipitar un ajuste menor o mayor, en función del resultado electoral, de los campos elíseos. ¡Ya no hay vuelta atrás! París se ha convertido en este pasado bonito día de San Jordi y el libro, en la capital del mundo financiero y político.

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Como les expreso en los gráficos, las dificultades vividas en los mercados, en las últimas jornadas, no son más que el reflejo o la intención de los precios de buscar una corrección. Algunos inversores han decidido pasar por caja y ver los toros desde la barrera, ¡algo que no suele ir con mi estilo!

Sin embargo, si bien es cierto que los precios llevan 4 semanas sin dar apenas alegrías a sus inversores, lo cierto es que las cotizaciones únicamente han conseguido desacelerar la tendencia, lo me explica dos cosas; que la verticalidad se ha normalizado y que no es descartable que tengamos meses de sosiego y más que otro susto.

Los mercados se mueven, se han movido y se moverán, siempre de la misma manera, y olvidar, que tras cada impulso, viene una corrección, ¡suele pagarse caro señores/as! Mientras no veamos precios inferiores a los 9.250 puntos para el IBEX 35, no deberíamos preocuparnos por nuestras acciones y ver los 9.500 puntos, debería contemplarse como una oportunidad para incrementar nuestra exposición operativa en Renta Variable. En los niveles actuales, las carteras más agresivas deberían estar en cash, hasta un máximo del 20%, para tratar de amortiguar la volatilidad y reestructurar sus posiciones, ¡en caso de que el ajuste tenga vigencia!

¡Cómo no! La banca sigue siendo el sector estrella del mercado, si bien es cierto que estoy observando cierto refugio en eléctricas, a costa de las cíclicas. Tal vez este movimiento defensivo, me da razones para pensar que nuestra idea operativa es la correcta. Por este motivo, nuestra recomendación, sigue siendo la prudencia a la espera de que el mercado se defina en tiempo o precio.

Como siempre, como cabeza de operaciones mantengo que nuestras tesis operativas en Blackbird, por supuesto no dependen de las bondades del precio, puesto que en caso de tener la certeza absoluta de que los precios se encogerán hacia los 9.500 puntos, lo sensato sería vender todo. De ahí lo del 80% invertido, puesto que como les decía en el comienzo de mi tribuna de opinión, nuestro trabajo consiste en gestionar los riesgos, no en predecir los precios y el mercado, pese a quien le pese, está fuerte; por más que a corto plazo, se intuya un razonable y sano, ajuste técnico.

Como bien citaba Kant, la paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia, la debilidad del fuerte. Por ende, es indiferente en qué lado creamos estar si no somos pacientes en cuanto al resultado, ¡todo llega! si se hace bien. Soy fiel en cuanto a la idea de que todo se pone tarde o temprano en su justo lugar, y sin duda ello nos define.

Confundir la paciencia, coraje de la virtud, con la estúpida indolencia del que se da por vencido es un craso error, como nos reflexionaba Aguiló, pero más allá de las simples posturas coyunturales, hay algo que no nos podrán quitar jamás; y es amar lo que hacemos, luchar es a lo que nos dedicamos. El tiempo y aguardar en él nos hará más fuertes mentalmente.

Y en cuanto al mercado se refiere; ¡no lo hagas si no conviene. No lo digas si no es verdad! Debemos tener el principio de prudencia arraigado, siempre que sepamos ser determinantes cuando realmente valga la pena; “Es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez” Y si el mercado juega al farol, aguardemos despiadados el momento de ataque disfrazando de virtud nuestras inquietudes más primarias.

Gisela Turazzini. CEO de Blackbird.

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