¡No acepten una crítica constructiva de alguien que no ha construido nada!

Cataluña Vs. España: ¿divorcio express?

Manifestación-Barcelona
Una gran estelada en una manifestación.

Siempre he creído que uno de los grandes regalos que se nos otorga como seres humanos, es nuestra capacidad intelectual. Las posibilidades que nos brinda ser seres inteligentes para desarrollar nuestros conocimientos, son ciertamente fascinantes, deberíamos hacer un uso responsable de ello ¿no les parece?

Toda persona que conoce mi forma de expresar sabe que suelo ser crítica y tenaz. A veces descarada en la forma, pero justa en el mensaje ¡o ello procuro! Hoy, en mi tribuna de opinión personal será la primera vez que me manifieste acerca del entorno de crispación social y político que vivimos en la actualidad. Por lo que antes de desarrollar mi tesis argumental sobre los hechos sucedidos durante las últimas semanas voy a pedirles que me entiendan como economista, desde la objetividad ya que siento un profundo respeto por todas las partes implicadas, y aquí exclusivamente me refiero ¡al pueblo!

He estudiado hasta la saciedad, pero jamás había acontecido nada parecido en los casi 40 años de vida de la democracia española. Es evidente que la crispación social, provocada por la grave crisis económica, los diferentes casos de corrupción, los populismos y la exaltación de los nacionalismos, ha provocado una tensión político-social que ha cruzado absolutamente todas las líneas rojas de nuestra democracia. La pregunta es; ¿Tiene sentido reinventarse?

Pienso en voz alta… Y firmemente creo que solamente una mente perversa no es capaz de entender, que la situación no se soluciona ni saltándose la legalidad vigente (La Constitución de 1.978), ni reprimiendo una sensibilidad social, de varios millones de personas. La postura de quienes defienden la Ley, es perfectamente compatible con el diálogo. De la misma manera, que la legitimidad de un referéndum ilegal, no excluye un severo acto de reflexión que aparte la ruptura visceral y fomente dicho diálogo. ¡Esto nos daña a todos!

Recuerden señores que nuestra Constitución española de 1.978, ha jugado un papel importantísimo en la Transición, puesto que ha guiado nuestro camino durante 40 años, tras ser aprobada por unanimidad bajo el 87,78% de los votos a favor, necesitándose ¡muchísima mano izquierda! para poder implementar las reformas políticas necesarias entonces, y de ese modo convertir el régimen franquista, ¡en una Democracia! Hoy hablamos mucho de dicha constitución, pues; ¡Respetemos nuestro pasado, y construyamos un mejor futuro dentro del amparo de nuestra Ley!

Como ven, ¡mano izquierda! España se ha forjado desde el consenso y la cintura, comprendiendo las diferentes sensibilidades sociales existentes y en mi humilde opinión, haciendo gala de lo que en parte algunos ven como un problema y para mí es una gran riqueza para este gran país; ¡somos un territorio pluricultural!

¡Vamos pues a lo que nos concierne! Que no es más que el ámbito económico-bursátil. Lo cierto señores, es que como era de esperar, nuestra banca se ha erigido como el principal foco de volatilidad. ¡Siempre dando la nota!

Los motivos por los cuales podríamos considerar que la banca es un sector vulnerable en etapas de crisis podríamos discutirlos desde la “Ley de Peel” de la cual los banqueros privados hicieron “de la Ley la trampa” que en lugar de emitir papel moneda, emitieron depósitos. Hasta pasar a discutir el sistema financiero actual de “Reserva Fraccionaria” con el que la banca está expuesta de facto a cualquier pánico en sus depositantes, y concluyendo por el error histórico de la creación de los Bancos Centrales. ¡Pero vaya, es mi opinión!

En este encuadre político-social y económico, la volatilidad existente en nuestros mercados de Renta Variable, ha sido francamente moderada bajo mi punto de vista, y la hemos capeado perfectamente en nuestros Fondos de Inversión. El cambio de domicilio social, por parte de los Bancos Catalanes, se entiende bajo el pretexto de inseguridad jurídica, pero sobretodo, por el riesgo de pánico entre depositantes.

El miedo infundado sobre la posibilidad de que Caixabank y Banc Sabadell, queden fuera del paraguas del BCE, ¡no tiene sentido alguno! La propia constitución, que declara ilegal el referéndum, mediante el TJC, implica necesariamente que toda persona física y jurídica quede bajo el amparo del ordenamiento jurídico español, con los mismos derechos y obligaciones.

Por lo que en un sentido práctico, los impuestos sobre sociedades, seguirán siendo recaptados por Hacienda y la permanencia en el máximo órgano financiero de Europa, el BCE. Lo que no puede controlar la Ley, es ¡el pánico de los depositantes! y la decisión relámpago de dichos Bancos, ha sido en defensa de clientes y accionistas, como bien han expresado los máximos ejecutivos de ambas entidades.

El segundo punto que compete al selectivo español; Ibex 35, es sin lugar a dudas la deuda pública. Tras las últimas reformas, España ha conseguido cuadrar las cuentas gracias a las reformas estructurales aplicadas. Pero si bien es cierto, que desde 2.012, el déficit se ha reducido del 10,47% hasta el 4,51%, seguimos siendo una economía deficitaria, con un nivel de endeudamiento del 100% sobre el PIB, versus el 35,60% de deuda sobre el PIB que teníamos en 2.007.

Lo que se traduce en un nivel de endeudamiento creciente, como consecuencia del déficit público. Sabemos que la economía española es vulnerable y por supuesto, amparada por las intervenciones del BCE, mediante su programa de compra de deuda. Nuestra economía por lo tanto, es frágil ante cualquier proceso de contracción económica, ya que para reducir el nivel de deuda sobre el PIB, se necesita ¡o bien superávit, o bien inflación! que reduzca el nominal.

¡Lo uno es sano y lo otro doloroso! Con estos datos, es evidente que una ruptura visceral de España, mediante la declaración unilateral de independencia de Cataluña, provocaría un doble escenario. El primero, que España perdería el 20-25% del PIB, pasando a un nivel de deuda sobre el PIB del 120-133%, lo que implicaría la intervención de facto del BCE, para evitar el “default” y las consiguientes turbulencias en los diferentes mercados financieros de Europa.

Por otro lado, Cataluña perdería apoyo internacional, y se quedaría probablemente sin acceso a los mercados de deuda y en un proceso de severa recesión ¡esto es muy serio! Es una opción que entiendo que propone una negociación, puesto que es inconcebible que sea de otra manera. ¡La cuerda se tensa! por una negociación tácita, en la que unos utilizan todo el poder del Estado y otros, el sucio chantaje económico. Pero en la realidad, ambas partes saben que si la cuerda se tensa demasiado, su ruptura traería graves consecuencias en lo político, lo económico y sobre todo; ¡lo social!

Desde Blackbird, nuestro planteamiento analítico, habida cuenta de este encuadre, ¡es el diálogo! Pero siempre bajo el amparo de la Ley señores. Un escenario de declaración unilateral de independencia juega a favor del gobierno del Estado, puesto que de facto, implicaría el artículo 155; la disolución del parlamento y convocatoria de elecciones autonómicas. Luego veríamos un nuevo escenario, que deberíamos analizar; el segundo.

Que parte de que la Generalitat, decida retirar la DUI y abrir la puerta al diálogo y el gobierno de España, se abra a ello, siempre dentro del marco de la legalidad vigente, repito. El primer escenario es el que no se contempla dentro de las principales casas de análisis, puesto que no solamente nos parece irresponsable, sino catastrófico. La posibilidad de un proceso de transición pactado, es una enorme paradoja legal, puesto que el propio ordenamiento jurídico protege a los ciudadanos españoles, así que un posible choque de legalidades, es absolutamente incompatible ¡una auténtica locura, vamos!

Eso me hace pensar, que en caso de que exista el primer escenario, Europa debería intervenir como mediador, pero es una situación muy complicada para con Cataluña, que seguramente perdería apoyos internacionales. La segunda posición y mi preferida sería la del diálogo, es el planteamiento que todos convenimos y que puede terminar de muchas maneras. Bien pactando un referéndum legal (eso implica una reforma constitucional) o bien una reforma del pacto fiscal. La opción del referéndum legal, sería posible en caso de que incremente la inestabilidad y unas nuevas elecciones generales den paso a dicha opción. Sin embargo, me parece un escenario complejo.

Bajo mi punto de vista y habida cuenta del estado actual de descontento social, tras la crisis económica y la exaltación de las diferentes sensibilidades sociales, creo que no me estaría equivocando, si admito que el Estado autonómico ¡precisa YA una reflexión profunda! Tras 40 años de libre autonomía, se ha demostrado que la concepción de la redistribución de la riqueza, de las comunidades con renta per capita más elevada a las más pobres, no ha ayudado a que la brecha de renta per capita converja.

La concepción de una reforma constitucional que adapte el ordenamiento jurídico, a una democracia más madura, es una posibilidad que debemos contemplar. Por otro lado, plantear un nuevo pacto fiscal, que ayude de manera definitiva, a cerrar la brecha entre comunidades y permitir una mayor autonomía más cerca del estado federal que autonómico, sería una opción. Las transferencias en la redistribución de la riqueza en España; del País Vasco, Cataluña, Madrid, Valencia y Baleares, debería realizarse a cambio de aplicar reformas estructurales, que permitan la prosperidad y desarrollo de las diferentes comunidades autónomas a largo plazo, tal y como por ejemplo, está haciendo Europa.

Considero que las transferencias gratuitas y sin límite ¡deben cesar! para realizar un nuevo pacto fiscal, más centrado en la inversión, que en la subvención. Medidas de liberalización económica, deben formar parte de un nuevo marco de convivencia, amparado por una reforma constitucional que se adapte a la manera de vivir del siglo XXI, ¡para el beneficio de todos los españoles!

El corazón de los pueblos, es algo con lo que yo no me atrevería a jugar ¡por ambas partes! Muchos viven atrapados fruto de los populismos, que especulan con la posibilidad de hacer realidad sus sueños. Como Trader que soy, se que especular es una de las principales y más antiguas acciones de la humanidad, desde que existe el ser inteligente.

Pero podría afirmar sin miedo a equivocarme, que quizás en el futuro puedan desaparecer los mercados financieros tal y como los conocemos así como la política que nos acompaña, ¡pero jamás desaparecerá la especulación a todos los niveles! Ya que es un rasgo que nos identifica como seres humanos… Pero si vamos a especular ¡hagámoslo bien! Si no a largo plazo tanto en lo político, económico y social; ¡estaremos sometidos al desastre absoluto!

¡De esta fractura social, que hasta ha provocado lágrimas en mí, nos acordaremos de por vida! Hay que actuar, lo que realmente me importa en esta vida son ¡los actos! Hay algo que todos podemos tener y es sentido común ¡Nada más simple! Caer es parte del juego, ¡son los días que nos construyen como personas, como sociedad!

Y bien sabemos que un pueblo herido te enseña la más dura lección de vida, comporta muchas cosas. Pero caer y permanecer en el suelo es algo nocivamente personal bajo mi humilde punto de vista. ¡Procuremos que nadie caiga! No sé si estarán de acuerdo conmigo en cuanto a que a veces, la mejor manera de ganarse el respeto de tus superiores es desafiándolos, ¡pero señores bajo el respeto que merecemos!

No perdamos la humildad por favor, ni la rara virtud de escuchar con atención a la gente que cree tener la razón, ¡me fascina su arrogancia! Aprendamos pues de sus errores, aunque personalmente prefiera escuchar a la gente que obtiene resultados. ¿Y ustedes? Desafiemos al éxito conjunto como única opción, ¡en unidad y democracia! Así lo deseo.

Gisela Turazzini, CEO de Blackbird

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