Flecha amarilla

Inversor conservador: ¿Dónde buscar valor más allá del depósito y el ‘ladrillo’?

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Construcción (Foto: ISTOCK)

Mientras muchos asesores financieros, analistas y estrategas de inversión continúan debatiendo si la gestión indexada aporta más o menos valor a un inversor que la gestión activa, o mientras continúan los diferentes razonamientos en torno a si se mantendrá o no en el tiempo la actual divergencia entre el comportamiento de las bolsas estadounidenses y las del resto del mundo, todo esto parece no tener la menor importancia para una gran mayoría de españoles que, no sin esfuerzo, logran ahorrar.

Hace pocos días me enteraba que, en base a una encuesta que había llevado a cabo el Banco de España, casi 40% de los españoles tenían sus ahorros en casa. Es decir, que a pesar de la posibilidad de que alguien “amigo de lo ajeno” pudiera hacer uso de nuestros ahorros, muchos prefieren tener el dinero en un jarrón, entre los libros o, incluso, debajo de un colchón.

Y es que España, a pesar del devenir de los distintos mercados de capitales en los últimos años, sigue siendo un país en el que los ahorradores prefirieren mayoritariamente invertir en depósitos bancarios o en “ladrillo” (en el sector inmobiliario).

Es más, la baja rentabilidad que ofrecen ahora los depósitos, las malas experiencias con algunos productos de inversión y la escasa cultura financiera ha llevado a muchos de nuestros conciudadanos a dejar inmovilizado el dinero o bien en una cuenta corriente, o a tener parte del dinero en casa o, incluso, a volver al ladrillo.

Ello explicaría en parte cómo, unos diez años después de la crisis económica y financiera de nuestro país, estamos asistiendo a un nuevo y espectacular alza en el precios de muchos inmuebles. Algo que, por cierto, poco tiene que ver con la actuación de fondos “buitre”, de Socimis o del propio Sareb.

Pero, y llegados a este punto, en el mundo de los productos financieros, ¿hay vida más allá del “colchónBank”, del depósito bancario o del “ladrillo” para un inversor conservador? La respuesta es que sí, sí la hay. En mi opinión, y dentro del mundo de los fondos de inversión, la combinación de varias ideas podría aportar una rentabilidad decente a un inversor poco dispuesto a asumir riesgos que, al menos, superara la inflación anual de nuestro país. En este sentido, algunas de estas ideas podrían ser:

  • Determinados fondos de renta fija que lleven a cabo una gestión muy oportunística de sus carteras. Algún nombre propio podrían ser los fondos Buy & Hold Renta Fija FI o el fondo NB Euro Bond FI.
  • Determinados fondos con vocación de retorno absoluto. Es decir, productos de inversión que, sin ser garantizados, tratan de obtener una rentabilidad positiva, año tras año, sin asumir elevados niveles de riesgo. Algún fondo interesante, dentro de esta categoría, podría ser Renta 4 Pegasus; F&C Real Estate Equity Long/Shrt A EUR; Penta Inversión; H2O Adagio,…
  • Y algún mixto de bolsa que pudiéramos calificarlo como “anti estrés”. Es decir, fondos que en momentos positivos para los mercados de acciones puedan aprovecharlo parcialmente. Pero que, en momentos de tensión, sepan defender a los partícipes del mismo. Un ejemplo podría ser el fondo Inconometric Global Arrow Fund.

Quede bien claro que los fondos de inversión, anteriormente señalados, no se tratan de ideas comerciales sino de alternativas de inversión que siempre recomendaría valorar, de la mano de un asesor financiero, en función del perfil de riesgo de cada uno. Además, estas ideas de inversión no tienen porqué ser sustitutivas al hecho de contar con liquidez (algo que siempre es un verdadero tesoro) o a la posibilidad de invertir en inmuebles. No, no lo son. En todo caso, son ideas complementarias dentro de una adecuada planificación financiero y fiscal de nuestros ahorros.

Por último, me viene a la memoria una cita de una famosa política británica que decía: “nadie recordaría al buen samaritano si además de buenas intenciones no hubiera tenido dinero”. En este sentido, creo que es muy importante cuidar que las personas que viven en un país tengan la capacidad de ahorrar, pero igualmente es fundamental que dichos ahorros se inviertan bien pues, siendo el ahorro fruto de nuestro esfuerzo y trabajo, también serán la semilla de un futuro financiero mejor.

Para ello, también creo que es un pilar fundamental apostar por una mejor educación financiera de todo nuestro país -algo bien distinto a lo que pudiera entenderse como adoctrinar-, puesto que no sólo evitaría cometer errores del pasado sino que, además, permitiría que las personas tuvieran mayor autonomía financiera y mucha más libertad sobre qué hacer con sus dineros.

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