MANUAL DEL INVERSOR

Qué son y cómo contratar bonos y obligaciones del Estado

Bonos
(Foto: iStock)

El Estado, de la misma forma que una empresa privada, puede precisar de endeudarse para hacer frente a las inversiones y gastos que debe de afrontar. Para ello, emitirá bonos u obligaciones. Estos dos instrumentos comparten una serie de características comunes:

  • Renta fija: el inversor que invierte en ellos conoce, antes de realizar la compra de la deuda, cuál será el interés que cobrará en el vencimiento pactado.
  • Garantía del Estado: se trata de un activo financiero destinado a los perfiles más conservadores. A no ser que el Estado entre en quiebra, la persona o entidad podrá recuperar su inversión con un determinado interés. Ahora bien, es importante remarcar que el riesgo cero no existe. El Estado como institución, de la misma forma que una empresa, puede quebrar y no ser capaz de afrontar los pagos pendientes.
  • Nominal de mil euros: la totalidad de la deuda se divide en partes iguales de mil euros cada una. Cada inversor, por lo tanto, puede invertir mil euros o un múltiplo de este número.

La única diferencia entre los bonos y las obligaciones es el plazo: en el primer caso, es de entre tres y cinco años, mientras que las obligaciones se acostumbran a emitir en plazos que van desde los diez años a los treinta (aunque los bajos tipos de interés han llevado a alguna administraciones a alargar el plazo hasta los cincuenta años para financiarse a bajo coste).

¿De qué depende el interés de los bonos y obligaciones?

La rentabilidad de un bono u obligación se establece a partir de los siguientes parámetros:

  • Tipos de interés del momento: es una variable con alto impacto en este instrumento. Cuanto más elevados sean los tipos, más caro resulta endeudarse y, por lo tanto, mayor será la rentabilidad que obtendrá el inversor.
  • Solvencia del Estado: de acuerdo a la seguridad y situación económica de un país, el interés que deberá de pagar la Administración por endeudarse será mayor o menor. Es por ese motivo que aquellas economías con mejor salud, como la alemana, llegaron a cobrar por endeudarse. En cambio, las países del sur de Europa se ven obligados a afrontar unos mayores tipos en sus emisiones.
  • Plazo: cuanto mayor sea el plazo del bono u obligación, también lo será el interés que se percibirá.
  • Posibilidad de venta antes del vencimiento: en caso que un inversor mantenga su inversión hasta el vencimiento, cobrará aquello estipulado. Ahora bien, si decide retirar el dinero antes de ello, percibirá el valor por el cual el bono u obligación esté cotizando en el mercado, que puede ser superior o inferior al que se obtendría respecto a esperar hasta el final.
  • Interés reducido en contextos de calma: en aquellos momentos en que la situación económica es estable, puede que un bono u obligación ofrezca un interés inferior a la inflación. Como consecuencia, se acarrea una pérdida de poder adquisitivo.

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