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La moda de los productos ‘vintage’: ¿Por qué invertir en lo antiguo?

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Nokia 3310 inspirado en el mítico modelo de teléfono (Foto: GETTY).

En la toma de decisiones sobre la conveniencia de comprar o invertir en un producto u otro, uno podría pensar que los usuarios siempre actuamos de una forma racional de acuerdo a conceptos como el estudio de la relación calidad-precio o la utilidad que nos aporta.

Ahora bien, no siempre es así, ya que en este proceso se incorpora otro elemento muy difícil de controlar y que, en muchas ocasiones, acaba decantando la balanza: las emociones. Es un aspecto propio del ser humano que “distorsiona” los argumentos racionales y provoca cambios en nuestra forma de actuar.

Solamente a partir de lo que genera una emoción puede entenderse como tantas y tantas personas, en un entorno de continuas innovaciones, apuestan por coleccionar o adquirir piezas pasadas que, actualmente, son poco útiles o tienen muy poco valor. Un ejemplo lo encontramos en el Mobile World Congress.

En un lugar en el cual las grandes compañías presentan sus novedades, Nokia ha conseguido espacio en los titulares gracias a la reedición del antiguo Nokia 3310, un teléfono móvil de gran valor sentimental entre los usuarios pero, en comparación con los actuales, mucho menos innovador.

¿Qué aporta lo antiguo?

Los motivos por los cuales la reedición de piezas pasadas consigue, en algunos casos, tanto éxito, son los siguientes:

  • Vinculación con un tiempo considerado como positivo o feliz: disponer de aquel producto facilita el recuerdo de una determinada época de la vida que se recuerda con simpatía. Es el punto en el cual el elemento emocional juega con más fuerza.
  • Percepción de un cierto elitismo: el hecho de presentarse como persona que conoce qué hay detrás de aquel producto que se ha adquirido transmite la imagen de conocimiento sobre aquello. Por lo tanto, no solamente se trata tanto de un elitismo a nivel económico por ser de los pocos que puede permitirse tal elemento, sino más “intelectual”.
  • Recuperar formas de interaccionar pasadas: el nuevo ritmo de vida provoca en ciertas personas una voluntad de querer frenar y recuperar formas de comunicarse y relacionarse anteriores. Para ello, utilizan como símbolo algún elemento pasado que les ayude a realizar el paso.
  • Escasez: a medida que van saliendo innovaciones, se retiran los productos antiguos que se consideran desfasados. Por lo tanto, cada vez habrá menos de ellos. Así pues, ser de los pocos que mantienen aquel producto que fue tan exitoso en su momento puede generar una emoción especial por la cual se está dispuesto a pagar más por él.
  • Posible incremento de valor futuro: la misma escasez anteriormente comentada provoca que, con el paso del tiempo, a nivel de coleccionista, aquel elemento incremente su valor de forma considerable. Por lo tanto, puede tomarse como una inversión a largo plazo que no precisa de ningún gran mantenimiento, sino solamente dejar pasar el tiempo.

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