La necesidad de invertir en renovables

Renovables
Operario con placas solares (Foto: GETTY)

En general, existe un consenso a nivel internacional sobre la necesidad de reducir la cantidad de contaminantes en el planeta, especialmente por dos motivos. Primero, por los perjuicios demostrados que causan sobre la salud. Segundo, porque una parte importante de los recursos petrolíferos (la fuente de energía que actualmente mueve el mundo) están situados en países y regiones, en algunos casos, de dudosa calidad democrática.

Por lo tanto, en teoría, se deberían estar desarrollando importantes esfuerzos para impulsar energías renovables. Muestra de ello es la reciente Conferencia en París, donde se llegó a un acuerdo para intentar limitar la subida de temperatura del planeta. En este contexto, uno podría pensar que la inversión en renovables podría ser muy rentable. ¿Pero es realmente así?

Renovables en España

En contra de lo que sucede en otros países de Europa (como, por ejemplo, Dinamarca o Suecia), en el caso español, en los últimos años, ha habido una reducción de las ayudas estatales a la generación de energías renovables.

En el contexto de crisis que hemos vivido, el sector de las renovables ha sido uno de los que ha sufrido un mayor recorte porcentual en la inversión. La constatación más clara de este aspecto son la gran cantidad de demandas contra el Estado ante el CIADI (Centro para Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones), un organismo que actúa como árbitro y que depende del Banco Mundial, por los recortes en la retribución de las energías renovables.

Aunque había empresas punteras en algunos sectores, como la energía solar, muchas han tenido que cerrar consecuencia de una Reforma Energética que generó mucha controversia en el sector.  En esta reforma, se aprobaron importantes recortes en las energías eólica, fotovoltaica y solar, de forma que se marcaba un número máximo de horas de producción retribuida al año muy por debajo de la producción total real.

Gamesa y Abengoa: casos extremos

Dos de las empresas sobre las que más se habló (y, probablemente, hablará) en el mercado bursátil durante el pasado 2015 han sido Gamesa y Abengoa, pero en direcciones muy distintas. La primera, ha destacado por la importante revalorización de sus acciones, de más del 100%. La empresa, que se dedica a la fabricación de aerogeneradores, ha conseguido internacionalizar su actividad, hecho que le ha llevado a ganar presencia a muchos países. Por ejemplo, acaba de vender muy recientemente un parque eólico en Polonia a Windflower.

Torre de una planta solar de Abengoa en Sanlucar La Mayor, Sevilla (Foto: REUTERS).
Torre de una planta solar de Abengoa en Sanlucar La Mayor, Sevilla (Foto: REUTERS).

Por el contrario, Abengoa ha sido la otra cara de la moneda. Con una deuda de 8.904 millones, ha sufrido una espectacular caída de sus acciones (se llegó a suspender su cotización) y su propia viabilidad como empresa está en duda. La situación es tan compleja que las entidades financieras con las cuales ha contraído la deuda están manejando una quita de la deuda como única forma para salvar la empresa y poder cobrar parte de lo que en su momento prestaron.

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