El impacto del petróleo en las inversiones

europa combustible
Plataforma de extracción de crudo.

El petróleo es una fuente de energía con un gran impacto en la economía. La mayoría de las transacciones comerciales tanto a nivel interno como internacional no se podrían realizar sin él.

Conscientes de la alta dependencia que tenemos ahora mismo de este elemento, en muchos países han empezado a desarrollar alternativas para, de esta forma, no verse afectados por sus fluctuaciones de precio y, especialmente, en un futuro, del fin de sus reservas o de los altos costes de extracción que se deberán afrontar.

El impacto del petróleo en las inversiones

Por lo tanto, el petróleo es un elemento que tiene un alto impacto en cualquier inversión y en el desarrollo de una compañía. Durante este año, el precio del barril ha disminuido de forma importante. Consecuencia de ello, ha sucedido lo siguiente:

– Disminución de los costes de transporte: uno de los costes más altos a los que deben enfrentarse las empresas internacionalizadas que son capaces de distribuir sus productos a distintos países es el transporte. En parte, este coste viene muy determinado por el precio de petróleo, ya que es la fuente de energía que mueve, por ejemplo, aviones o barcos. Por lo tanto, si este gasto disminuye, las empresas tienen más facilidad para colocar su producción fuera de su país y ven reducido el riesgo de exportar, ya que precisarán de una inversión menor.

– Aumento de la renta disponible de los consumidores: uno de los gastos que afrontan los consumidores es el de la gasolina. Si baja, podrán disponer de más dinero para comprar y su consumo aumentará. Si el consumo aumenta, las empresas tendrán incentivos para colocar más productos en el mercado, contratarán a trabajadores y se creará riqueza.

– Aumento de la actividad económica: el resultado de los dos puntos anteriores es un aumento de los intercambios generales a nivel internacional, hecho que favorece el crecimiento y la actividad.

– Falsa creencia de recuperación: es complicado saber, como consecuencia de la bajada del precio del crudo, qué parte del crecimiento económica ha sido gracias a un aumento real de la actividad y qué parte gracias a este contexto más favorable. ¿Se habría crecido de igual modo en caso de unos precios del petróleo más altos? ¿Realmente se han desarrollado sectores de actividad de valor añadido que permitan consolidar una recuperación a largo plazo? Éstas son algunas de las preguntas que causan amplios debates entre economistas.

– Pocos incentivos para desarrollar fuentes alternativas de generación de energía: si el petróleo es barato, los Estados y las propias empresas no tienen tantos incentivos para generar fuentes de energía alternativas que, ahora mismo, suponen un coste mayor al petróleo. Se trata de un peligro, porque el precio del petróleo, igual que ha bajado, puede volver a subir y, entonces, nos encontraremos que deberemos afrontar unos costes mayores y, encima, no habremos avanzado en la consecución de alternativas más saludables y que no supongan una alta dependencia al crudo y a su fijación de precios y reservas.

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