Informe de Funcas

Los expertos temen una oleada de despidos a finales de 2020 y comienzos de 2021

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Oficina de Empleo en España en una imagen de archivo. (Foto: Flickr)

La economía española ha vivido en el segundo trimestre de 2020 su momento más negro. Según los cálculos de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), la caída del PIB podría ser de hasta el 18% aunque los principales servicios de estudios aún no se ponen de acuerdo al evaluar la magnitud de la caída. Sin embargo, la recuperación no ha llegado para quedarse sino que podría producirse un rebrote de la crisis a finales del año pasado y comienzos del próximo.

Los parados reales en España, contando los ERTE, superan ya los 7 millones aunque en teoría el Gobierno espera que, tras el fin de esta medida, se logre atemperar el impacto de la crisis sobre el mercado laboral. El problema es que los empresarios, que son los que crean empleo, están avisando de que se producirán despidos tras el final de esta medida excepcional que ha movilizado miles de millones de euros y disparado el déficit público.

En esta línea se pronuncia el último Cuaderno de Información Económica de Funcas, «otro elemento de imprevisibilidad es el comportamiento del empleo una vez finalicen los ERTE». «Es posible que muchos negocios, ante la constatación de una pérdida permanente en su nivel de actividad, tengan finalmente que prescindir de algunos de sus empleados, lo que podría dar lugar a una segunda ola de despidos al final de este año o en los primeros meses del próximo», señala el documento en un artículo de de los economistas Raymond Torres y María Jesús Fernández.

El informe apunta que «las previsiones siguen estando sujetas a un grado de incertidumbre muy elevado y, por tanto, a un margen de error muy superior a lo habitual». «No solo por la posibilidad de que se produzca un rebrote de la pandemia que obligue a nuevos confinamientos o a imponer nuevas restricciones a determinadas actividades económicas, sino también por la gran incertidumbre que existe con respecto al comportamiento de determinadas variables macroeconómicas en una situación tan insólita», remacha.

Funcas, por ejemplo, dice que «solo se pueden hacer hipótesis, más o menos fundamentadas, sobre el nivel que alcanzará el ahorro por motivo de precaución, el cual será un factor determinante del alcance de la recuperación del consumo».

«Otra fuente de incertidumbre, muy relevante en el caso de la economía española, es el relativo a la reacción a corto y medio plazo del turismo internacional, muy difícil de cuantificar a priori, sobre lo que tampoco podemos hacer más que hipótesis», señala.

Sin embargo, además de hablar de la posibilidad de que haya una nueva oleada de despidos, este servicio de estudios también avisa de que no todo tiene que ser malas noticias. Por ejemplo, «la adopción de un plan europeo de recuperación junto con la puesta en marcha de una agenda de reformas aportaría un estímulo a la inversión empresarial, y ayudaría a afianzar la recuperación a partir de 2021».

El problema es que parece que el Consejo Europeo que se va a celebrar este fin de semana no va a llegar a ningún acuerdo para la reconstrucción de la UE, porque hay países como Alemania, Holanda o Suecia que van a exigir a España ajustes o recortes -como ocurrió en el pasado- a cambio de dar las ayudas, algo que empieza a asumir poco a poco el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

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