El coste económico del Brexit

El Brexit pone en jaque al sector del automóvil: o May garantiza su inversión o se irán de Reino Unido

El Brexit pone en jaque al sector del automóvil: o May garantiza su inversión o se irán de Reino Unido
La reina Isabel II en un Land Rover (Foto
María Villardón

El Gobierno de Reino Unido liderado por Theresa May lo quiere todo, salir de Europa y, además, tener acceso al mercado único de bienes y servicios a través de un buen acuerdo comercial. Sin embargo, desde Bruselas no están por la labor de poner las cosas sencillas a los británicos, al fin y al cabo, fueron ellos los que decidieron la desconexión final que será, previsiblemente, en diciembre de 2020.

Fuentes del entorno europeo comentan que el Brexit debe tener consecuencias, la decisión de Reino Unido no puede salir gratuita porque, además, podría conllevar un ‘efecto llamada’. No puede ser lo mismo estar dentro que fuera de Europa, así señalan fuentes cercanas al gobierno comunitario a este periódico.

May lleva alrededor de dos años teniendo que bailar ‘con la más fea’ y negociar con la Comisión Europea unas nuevas reglas de juego comercial entre ambas partes. Pero, no sólo eso, además tiene que limar asperezas en su propio gabinete, mientras la primera ministra quiere un Brexit suave, otros ministros -como Boris Johson- abogan por llegar a acuerdos comerciales con Europa, pero sin someterse a las reglas comunitarias, es decir, la vía dura. Este viernes, no obstante, el Gobierno inglés ha llegado al acuerdo de aparcar sus diferencias y apoyar la línea ‘soft’ de la inquilina de Downing Street.

Bien, en medio de la tormenta del Brexit, además de los desacuerdos dentro del Ejecutivo, también las empresas están comenzando a hacer cálculos del coste que ‘el divorcio va a tener para ellas y están exigiendo garantías para sus inversiones en suelo ‘british’.

Todos los sectores se verán afectados por el Brexit, pero hay algunos de ellos que tendrán que atender a varios frentes abiertos, como es el caso del sector del automóvil. Por un lado, la salida de Reino Unido de Europa sin un buen trato comercial y, por el otro, la guerra que Donald Trump, presidente de EEUU, ha declarado a medio mundo.

Atendiendo sólo a la salida de Inglaterra del mercado único europeo, los grandes fabricantes de coches con sede o/y origen en Reino Unido han pedido a la primera ministra que brinde garantías de que no van a tener que afrontar costes millonarios por salir de Europa y que las inversiones no se van a paralizar.

Sin ir más lejos, Jaguar-Land Rover ya ha llevado a cabo el cálculo del Brexit para sus cuentas, el coste asciende a alrededor de 1.350 millones de euros. El CEO de la firma, Ralf Speth, ha pedido “protección” para sus 40.000 empleados ingleses, así como a clientes y proveedores para poder “tener la certeza de que podemos seguir haciendo fuertes inversiones en el país”.

Las cifras no son baladí: Jaguar-Land Rover ha hecho una inversión de casi 57.000 millones de euros en Reino Unido en los últimos cinco años. Pero, además, según el Plan Estratégico de la empresa se hará una inversión de más de 90.000 millones de euros en un plazo de cinco años.

Speth, de manera muy clara, ha advertido que la industria británica para seguir siendo competitiva necesita de un acuerdo comercial sin aranceles. «Si estoy obligado a irme porque no tenemos el acuerdo correcto, entonces tendremos que cerrar plantas aquí en el Reino Unido y será muy, pero que muy triste”, ha señalado.

En el caso de la marca Jaguar Land-Rover cabe destacar, además, que forma parte de la Royal Warrant Holders Association, es decir, es una casa proveedora oficial de la Casa Real de Inglaterra. Unos sellos, en este caso cuenta con los tres escudos regios, que da solera a las compañías que los portan. De hecho, uno de cada tres vehículos que se fabrican en Reino Unido proceden de esta enseña automovilística.

Por su parte, BMW ha explicado que, si el acuerdo comercial tarda en llegar o no llega, tendrá que reestructurar su organización e intentar no importar piezas, sino llevar a cabo la fabricación de manera local para una venta local y no acumular stock.

En definitiva, si May no quiere ver como aumenta el desempleo y se erosiona el PIB de Reino Unido por la espantada de la inversión nacional e internacional tendrá que luchar por un buen acuerdo con Europa y, de paso, contentar a su gabinete y a todos los sectores productivos de su país.

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