Las opciones de Aena para su negocio inmobiliario: crear una empresa o integrarlo en su actividad

terminal aena
Terminal 4 del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.

Aena ultima los detalles de su nuevo plan urbanístico en España. El gestor aeroportuario ha dado a conocer el esbozo de su proyecto en el sector inmobiliario: comercializar un total de 450 hectáreas en los terrenos que rodean el aeropuerto de Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat.

Aunque Aena ya cuenta con asesores externos para el desarrollo del plan, se desconoce el modelo del negocio inmobiliario. Lo cierto es que la compañía tiene dos opciones: crear una sociedad para poner en marcha este ambicioso proyecto o bien, integrarlo en el modelo de gestión aeroportuario, su principal actividad.

El mercado lo tiene claro: lo «lógico» y «lo más adecuado» es que Aena “cree una empresa que forme parte del grupo y que se encargue especialmente de estos proyectos. Es conveniente que se separen las actividades, y sobre todo si las mismas requieren un gran esfuerzo financiero, para que no contaminen las cuentas del negocio principal”, explica Javier Santacruz, economista.

Aena, consultada por OKDIARIO, no ha querido dar más detalles y se ha acogido al Informe de gestión de 2017. Preguntados por cuál será el modelo de negocio, no han respondido y aseguran que, tal y como afirmó el presidente de la compañía, se presentarán con detalle en las próximas semanas.

Mezcla riesgos

La capital se queda con el trozo más grande del pastel: Aena prevé comercializar en 40 años un total de 270 hectáreas con el fin de hacer de Barajas una Airport City que acoja oficinas, espacios de logística y hoteles; mientras que en El Prat la comercialización se extendería a 20 años y abarcaría 180 hectáreas.

Un negocio que se aleja mucho de su actividad principal, la gestión aeroportuaria. Precisamente, por esta razón «es tentador separarlos porque esto da cabida a la entrada de inversores e incluso da la posibilidad de sacar la compañía a Bolsa. Hacerlo diferenciado sería lo lógico porque un inversor no quiere que se le mezclen churras con merinas», apunta el analista experto en el sector inmobiliario José Luis Ruiz Bartolomé.

Algo que se intensifica en el caso de Aena, propiedad al 51% del organismo público Enaire, que es una empresa cotizada. «Todos los ingresos y costes son más predecibles que en otras empresas cotizadas porque además, los precios de las tarifas aeroportuarias se encuentran en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Si a una cosa que es clara, le sumamos un negocio más indeterminado, se dará contra los analistas que desconfíen», señala Santacuz.

Y no sólo puede encontrarse con el rechazo de analistas, sino también con las posibilidades de financiación. «Cuando uno mezcla riesgos de diferentes mercados – que son diametralmente opuestos- genera confusión en el mercado y a lo que se expone es a que la financiación que obtenga sea más cara y escasa», añade Santacruz.

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