Mar Raventós abandona la presidencia de Codorníu a finales de 2018 y centraliza todo el poder en su CEO

Codorníu
Mar Raventós y Javier Pagés, presidenta y CEO de Codorníu, respectivamente
María Villardón

Mar Raventós abandona la presidencia de Codorníu a finales de 2018 y centraliza todo el poder en su CEO, Javier Pagés Font. La empresaria deja la primera fila de la compañía centenaria catalana tras más de 40 años en la gestión y dos décadas al frente de la gestión de la sociedad. En el último año, a pesar de haber elevado el beneficio en 11 millones de euros hasta diciembre, la compañía se ha tenido que enfrentar a amargos momentos generados por el llamado ‘procés’, un ERE para un centenar de empleados y un boicot de sus productos por el hecho de llevara el sello catalán.

Según ha informado la compañía, está previsto que el hasta ahora CEO del grupo vitivinícola, Javier Pagés Font, asuma la presidencia, «dando paso a un proceso de selección para elegir al nuevo ejecutivo que dirigirá Codorníu». Mar Raventós, de 65 años, se unió al grupo Codorníu Raventós con apenas 24 años. Desde 1976 pasó por múltiples departamentos hasta que, en 1998, fue elegida presidenta del grupo Codorníu Raventós.

Durante su presidencia y con Javier Pagés al frente de la dirección, el grupo «ha vivido una de las etapas más decisivas de su larga historia, con la compra de bodegas y viñedos, así como una expansión nacional e internacional inéditas», explican.

En la actualidad, señalan, el grupo posee 10 bodegas en las denominaciones de origen más prestigiosas del mundo como por ejemplo Bodegas Bilbaínas en La Rioja, Codorníu en Cava, Scala Dei en Priorat, Legaris en Ribera del Duero, Raimat en Costers del Segre, Abadia de Poblet en Conca de Barberà, Artesa en Napa Valley (California), y Septima en Mendoza (Argentina).

Cordorníu aumenta su beneficio el 61% hasta febrero

El grupo Codorníu Raventós cierra el primer semestre del curso 2017/18 (agosto- diciembre 2017) con un beneficio de 11 millones de euros, lo que supone un 61% de incremento respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. La compañía catalana ha tenido que sortear un semestre intenso con la crisis independentista, el boicot a los productos procedentes de la región de Cataluña y el traslado de su sede social a La Rioja.

Codorníu decidió trasladar su sede social de Cataluña a La Rioja a mediados de octubre ante el complicado escenario que está viviendo la región tras la consulta ilegal del 1 de octubre. La sociedad de los Raventós se unía de esta manera al masivo éxodo de sociedades (más de 2.000 hasta el momento) que salen de la comunidad ante la inseguridad jurídica generada por el independentismo.

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