Su negocio en EEUU lastra los números verdes

Almirall cierra un 2017 para olvidar: pierde más de 300 millones de euros

Almirall Ibex 35
Farmacéutica Almirall.

La farmacéutica catalana Almirall entró en 2017 en números rojos, al perder 303,9 millones de euros, frente a los 75,47 millones de euros que ganó en 2016. Las pérdidas se explican fundamentalmente por las provisiones que ha tenido que llevar a cabo por los problemas de su filial estadounidense Aqua.

La farmacéutica controlada por los hermanos Gallardo ha remitido por error esta mañana sus cuentas de 2017 a la CNMV, el regulador bursátil español, a pesar de que tenía previsto hacerlo el lunes, y esta tarde ha querido hacer unas aclaraciones respecto a sus cuentas.

En una nota de prensa, Almirall ha asegurado que el resultado neto normalizado de 2017 fue de 27,1 millones, un 67 % inferior al de 2016, y que sus ingresos alcanzaron en 2017 los 755,8 millones, un 12 % menos que en 2016.

La información colgada esta mañana por Almirall en la CNMV solo incluía los ingresos por ventas (639,38 millones, un 16,35 % inferiores a los de 2016), y la compañía catalana ha querido precisar que en 2017 también obtuvo otros ingresos por valor de 116,4 millones, un 23 % más que en 2016.

Almirall asegura que su beneficio bruto de explotación o Ebitda alcanzó los 142,2 millones en 2017, un 37 % menos que en 2016, y que el margen bruto sumó 411,3 millones, un 23 % menos.

Por otra parte, Almirall propondrá a la Junta General de Accionistas del próximo 10 de mayo aprobar un dividendo de 0,19 euros por acción y solicitará autorización para adquirir un máximo de un 5 % de acciones de la compañía en autocartera. En cuanto a las estimaciones para 2018, Almirall prevé que sus ingresos totales crezcan «un dígito medio» -en torno a un 5 %- y que el Ebitda lo haga un 20 %, impulsado por el negocio principal.

A mediados del año pasado, Almirall se vio obligada a corregir sus estimaciones financieras para 2017 por sus problemas en EEUU, lo que hizo que su acción perdiera casi la mitad de su valor.

En concreto, Almirall ha tenido que afrontar diversos problemas en EEUU, como un uso inadecuado del programa de asistencia al paciente en el caso de su compañía Aqua o la aparición de un genérico que ha hecho la competencia a su fármaco Acticlate, para el tratamiento del acné.

Fuentes de Almirall han explicado a Efe que la compañía ha tenido que provisionar en 2017 unos 326 millones, en buena parte debido a EEUU, y que eso explica las pérdidas, si bien han insistido en que se ha cumplido con las previsiones comunicadas al mercado.

En la nota, Almirall deja claro que sus «accionistas de referencia -los hermanos Gallardo-, que poseen el 66 % de la compañía, reafirman su compromiso a largo plazo con Almirall».

En esta línea, la compañía recuerda que dos de los miembros de la tercera generación de la familia propietaria forman parte de la Junta desde 2014 y ponen su presencia como «una señal de continuidad y confianza en el proyecto de Almirall».

El belga Peter Guenter lleva las riendas de Almirall desde el pasado 1 de octubre, cuando sustituyó a Eduardo Sanchiz. En la nota, Guenter asegura que 2017 ha sido un año «desafiante» para Almirall, porque la compañía «no evolucionó como esperaba», pero subraya que las medidas puestas en marcha para atajar los problemas en EEUU «fueron efectivas en gran medida».

Asimismo, el primer ejecutivo de Almirall recuerda que la farmacéutica catalana está inmersa en el lanzamiento de Skilarence, su nuevo tratamiento para la psoriasis crónica en placa de moderada a severa, y preparando también la entrada en el mercado europeo de tildrakizumab, su primer biológico para la psoriasis, «para finales de 2018 o principios de 2019». 

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