La IFRS 9 entró en vigor el pasado enero

La nueva normativa contable obliga a la gran banca a provisionar 630 millones más de lo esperado

Linde, Banco de España, Banco Popular
El exgobernador del Banco de España, Luis María Linde. (Foto: EFE)

La nueva normativa contable que ha entrado en vigor este año (IFRS 9) obligará al sector financiero español a elevar sus provisiones por encima de lo esperado. La distinta valoración de los activos que contempla la regulación obligará a las grandes entidades españolas a provisionar 630 millones de euros más de lo que estimaban el pasado año.

La cantidad total de los grandes del Ibex rondará los 4.400 millones y será asumida en las cuentas del primer trimestre de este año. Si se suman las que deberá realizar la banca mediana y pequeña la cifra total alcanzará los 5.200 millones.

La principal novedad que introduce la nueva normativa es que desde el pasado uno de enero las provisiones se deberán calcular en función de la probabilidad de que los créditos sean impagados durante toda la vida del préstamo, en lugar de la limitación de doce meses que existía en la anterior regulación.

Las fuentes financieras consultadas indican que esta modificación contable no afectará de forma significativa a la solvencia de las grandes entidades, aunque los bancos medianos y pequeños podrían tener problemas para mantener unos niveles de capital acordes con las exigencias del supervisor.

La nueva regulación obliga a aumentar las provisiones por los créditos a promotores inmobiliarios, préstamos a empresas e hipotecas que sin haber sido contabilizadas como dudosos o impagados hayan sido puesto en «vigilancia especial» por riesgo de mora.  Sin embargo, en el caso de los préstamos al consumo y las tarjetas de crédito los bancos no tendrán que reservar fondos adicionales con cargo a su patrimonio.

Por entidades, BBVA y Santander tendrán que realizar provisiones extra por importe de unos 1.200 millones cada uno, mientras que CaixaBank reservará unos 750 millones de euros. Por su parte, Bankia aumentará sus provisiones por la nueva normativa contable en unos 350 millones y Sabadell en 900 millones de euros.

Precisamente, el servicio de estudios de BBVA considera que «el reconocimiento temprano de pérdidas puede poner a algunos bancos [los pequeños] al límite de la insolvencia desde el punto de vista contable», un efecto que podría agravarse «todavía más» si se implementa un ejercicio de estrés durante una recesión.

Así lo indica la entidad en un informe realizado a finales de 2017 en el que considera que, aunque el impacto de la IFRS 9 en la gran banca española «no es muy grande, sigue siendo relevante y debería ser monitorizado».

La adaptación de la banca española a esta nueva normativa contable llega en un momento en el que las entidades comienzan a vislumbrar el fin del camino en el desierto gracias a la esperada normalización monetaria en Europa. Las entidades esperan que el Banco Central Europeo (BCE) retome la subida de los tipos de interés en 2019 y que la mejora del mercado laboral español mejore la parte alta de la cuenta de resultados (el margen de intermediación o de intereses).

El citado incremento de provisiones se produce tras unos años de recesión en los que el sector financiero español ha tenido que asumir un volumen total por este concepto de cerca de 250.000 millones de euros, equivalente al 25% del Producto Interior Bruto (PIB).

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