ENDESA DEVUELVE EL COLOR A SUS ANTIGUAS MINAS

Minería sostenible: generación de energía y compromiso con el medioambiente

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Lago donde estaba la antigua mina de As Pontes, en La Coruña.

La lucha contra los efectos nocivos de los gases que provocan el denominado efecto invernadero ha introducido en el imaginario colectivo una premisa que no por extendida es verdadera: que la generación de energía implica contaminación. Aunque las energías renovables hayan pasado a un primer plano recientemente la realidad es que en el mix energético español ya existen fuentes de generación tradicionales que no emiten CO2, como la hidráulica y la nuclear.

Además, en su esfuerzo por contribuir a la sostenibilidad de los recursos naturales, las empresas destinan muchos recursos a labores que, pese a permanecer ocultas, son fundamentales para preservar los ecosistemas. Un ejemplo de ello es la restauración de 900 hectáreas que ha hecho Endesa de la última mina de extracción a cielo abierto en Puertollano, en Ciudad Real.

Así, la eléctrica española ha culminado el proceso de restauración medioambiental de los emplazamientos mineros en los que había realizado históricamente labores de extracción de carbón. En concreto, ha rehabilitado 5.000 hectáreas (una superficie equivalente a 5.000 campos de fútbol), con una inversión de más de 100 millones de euros.

Se trata de uno de los cuatro grandes proyectos de restauración que ha realizado la empresa y que han generado 1.105 hectáreas de humedales a las que se han incorporado más de millón y medio de árboles de distintas especies, adecuadas a cada una de las zonas repobladas: As Pontes (La Coruña), Andorra (Teruel), Peñarroya (Córdoba) y Puertollano (Ciudad Real).

La extracción minera de carbón que se desarrolló durante más de 40 años, entre 1972 y 2015, en los cuatro emplazamientos citados produjo 353 millones de toneladas de carbón. Endesa llegó a ser la primera empresa productora de carbón nacional a finales de los años ochenta, con una producción anual de unos 15 millones de toneladas, equivalente al 42% de la producción nacional.

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Fuente: Endesa. (Pinchar en la imagen para ampliar)

La clave de esta minería sostenible se encuentra en la misma génesis del proyecto. Desde que comienza la extracción del mineral existe un plan destinado a la restauración medioambiental. Así, durante el período de explotación de As Pontes (que tiene el proyecto más enblemático), Endesa diseñó y trabajó por el futuro del espacio natural ocupado por la mina. Este emplazamiento gallego ha recibido numerosos premios y reconocimientos a nivel internacional.

El espacio que ocupaba el hueco de la mina se ha convertido en el mayor lago de España: 865 hectáreas y 547 hectómetros cúbicos de agua, donde hoy se practican deportes náuticos y hay zonas de baño y recreo. La escombrera exterior, en la que se acumulaba material estéril procedente del yacimiento, es hoy un paraje natural con una cubierta vegetal de gran riqueza biológica que la fauna autóctona ha colonizado en un proceso natural. En los últimos estudios realizados, se han identificado 217 especies vegetales y 205 especies de animales vertebrados.

En el resto de centros mineros, la restauración ha permitido recuperar 2.360 hectáreas para la agricultura o el desarrollo de vegetación autóctona y fauna local, a pesar de tratarse de entornos semiáridos de difícil repoblación.

De todas ellas, destaca el citado caso de Puertollano, donde 560 hectáreas han vuelto a tener un uso agro-ganadero tras su restauración, con una productividad superior a la de los terrenos circundantes no alterados. En la actualidad, cuenta con una plantación de 28.000 olivos que tienen una producción media anual de 250.000 kg de aceituna de los que se extrae aceite de excelente calidad.

De las 560 hectáreas restuaradas, 244 se han destinado a pastizal y cereal, 126 a olivar, 9 a frutales, 77 a bosque mediterráneo, 96 a lago minero y 27 a reforestación autóctona, y ya se ha constatado la implantación de fauna en estos espacios.

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El antes (1991) y el después (2017) de la mina de Puertollano. (Pinchar en la imagen para ampliar)

En el caso de Andorra, pese a la aridez de esta zona, se consiguió devolver el cultivo cereal en una primera etapa, solución que se ha sustituido posteriormente por plantaciones de frutales, olivos y viñedo, de donde se ha podido elaborar un vino propio bajo la etiqueta “Viña Alloza”.

De la superficie total restaurada en el antiguo centro minero de Peñarroya (835 hectáreas), destacan los lagos mineros de 92 hectáreas de superficie, que se han convertido en un importante refugio de avifauna acuática.

Una restauración sostenible

Para garantizar estos procesos de restauración sostenible, el método de explotación aplicado ha sido el de minería de transferencia, que permite compaginar los trabajos de explotación y restauración. De esta manera, no hay que esperar a la finalización del proyecto minero para comenzar a ejecutar los trabajos de restauración de toda la superficie afectada.

Durante este proceso, tanto la escombrera exterior como la escombrera interior se van conformando para darles formas onduladas parecidas a las del relieve del entorno. Posteriormente, se cubren con tierra vegetal y, después, se hacen un abonado y una siembra con vegetación autóctona. La fase final del proyecto de restauración de un proyecto minero es la recuperación del hueco final de la mina, generalmente a través del almacenamiento de agua.

El éxito de una restauración sostenible está en conseguir un equilibrio entre la masa de agua, el desarrollo de la vegetación de la ribera y la colonización de la fauna autóctona. Este equilibrio se ha logrado en As Pontes, Peñarroya, Andorra y Puertollano, cuatro espacios naturales recuperados que son una referencia de desarrollo sostenible y cuyos detalles se recogen el libro Cuatro actuaciones ambientales en centros mineros de Endesa, que ha sido prologado por el conocido ambientalista, Joaquín Araujo.

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