Los directivos de la textil a un paso del banquillo

La mitad de la cúpula de Blanco no recoge sus querellas por estafa y se encuentra en paradero desconocido

Blanco
Una de las tiendas de la red de Blanco (Foto: Facebook)
María Villardón

El caso de la quiebra de la textil Blanco echa a andar en la Audiencia Nacional (AN). Este jueves Gerard Waters y Nuno Ferreira, dos de los máximos directivos de la compañía Blanco (Global Leiva) acusados de presunta estafa y alzamiento de bienes, han acudido a las instalaciones del alto tribunal para recoger sus querellas y esperar a ser citados para declarar, previsiblemente, en el mes de diciembre. El resto de la cúpula directiva todavía no ha podido ser localizada por la Justicia española, tras la caída de la compañía ningún ente jurídico recoge las citaciones judiciales, según fuentes consultadas por este periódico.

El conocido y sonado caso Blanco, una de las sociedades textiles más conocidas a nivel nacional, comenzó en el Juzgado Nº 4 de Alcorcón, sin embargo, la bola judicial y delictiva alrededor de la gestión de Global Leiva se hizo tan elevada que la juez Raquel Zuil pidió que la causa se elevara a la Audiencia Nacional. En su auto de Inhibición, al que tuvo acceso OKDIARIO, la magistrada explica que, a tenor de la documentación aportada por los empleados (parte denunciante), los movimientos financieros de la sociedad “habrían producido una grave repercusión en la economía nacional” e irían en perjuicio de “una generalidad de personas”.

Zuil concluía en su escrito que los directivos, teniendo siempre en cuenta la documentación de la querella de los empleados de Global Leiva, “a priori, concurrirían indicios de presunto delito de alzamiento de bienes, insolvencia punible y presunta estafa, en las operaciones mercantiles de trasmisión del grupo Blanco hasta llegar a la entidad instrumental Global Leiva”.

Finalmente, tras la petición de la magistrada del juzgado madrileño, el juez de la AN Ismael Moreno se declaró en el mes de agosto competente para investigar el caso por las consecuencias que el caso Blanco tenía en todo el territorio nacional, así como por la nacionalidad extranjera de algunos de los denunciados.

Dos de estos directivos que han estado al frente de Blanco en los últimos años, hasta el cierre definitivo en febrero de 2017, han sido Nuno Ferreira (director financiero) y Gerard Waters (CEO). Éstos, según ha podido saber OKDIARIO, han acudido a la Audiencia Nacional a recoger sus querellas y esperar para ser llamados a declarar en el mes de diciembre.

En el caso del resto de acusados, como Simon Marshall (CEO de Alhokair) y Masus Mohammad Hussein Mamad (CEO de Blanco) todavía no han acudido a alto tribunal porque, según fuentes del sector, no han podido ser localizados para responder ante la Justicia española. 

El fondo saudita Alhokair compra Global Leiva en 2014

En 2014 llegó el fondo Alhokair y compró Global Leiva (Blanco) por 40 millones de euros. El acuerdo alcanzado, según consta en la querella expuesta en el auto de la juez, contemplaba el negocio, así como el mantenimiento de la actividad comercial y los puestos de trabajo.

En el mismo documento de la magistrada de Alcorcón, se explica que la firma saudita creó la sociedad limitada en España Global Leiva SLU y Alhokair, para regularizar la situación económica de la mercantil, constituyó dos créditos participativos consecutivos de 12 millones y 33 millones de euros. Por tanto, siempre según la querella, lo que se hizo fue aumentar la deuda de la empresa incrementando los costes financieros y no elevar su capital social. De algún modo, Global Leiva nació prácticamente en quiebra.

En 2015, las pérdidas de la textil ascendían a 21 millones de euros, un 192% más que un año antes, según datos de Modaes. Los números estaban en rojo, como último intento Alhokair renovó la dirección con directivos británicos, entre los que se encontraba Stephen Craig, pero terminó deshaciéndose de Blanco.

En marzo de ese mismo año, Blanco es traspasada al fondo AC Modus por 83 millones de euros, el doble que lo que Alhokair pagó por ella inicialmente. Aunque, según la escritura de venta a la que ha tenido acceso este periódico, refleja que la operación real fue de 1,19 millones de euros.

En la querella se explicaba además que, en el momento del traspaso, Global Leiva dejó de ser una sociedad instrumental de fondo saudita, para pasar a ser una sociedad independiente sin la solvencia necesaria para afrontar el día a día de la textil. Eso sumado, al abandono financiero del fondo. Según los empleados, AC Modus dejó en inyectar capital, un gesto que provocó la rápida deriva enloquecida de Blanco.

Según la querella de los empleados, lo único que buscaba Alhokair desconectándose de Global Leiva (Blanco) era “eludir la responsabilidad frente a los acreedores y frustrar los pagos de los créditos”. Por ello, en la querella se acusa a la compañía textil de un delito de “alzamiento de bienes” y sostiene que existe “estafa, no solo se engaña al Juzgado de lo Mercantil Nº 8 de Madrid, sino también a los trabajadores y al resto de proveedores y acreedores”. El mismo documento, sostenía, además, que a la vista de las cuentas “se han cometido graves irregularidades contables” en las cifras de 2015 para justificar el concurso de acreedores.

Global Leiva se acogió en noviembre de 2016 al concurso voluntario, en diciembre comenzaba el proceso de liquidación y se dispuso a cerrar todos sus puntos de venta a principios de 2017.

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